El domingo fue una elección de Estado como no se veía desde los tiempos del viejo PRI. No son urnas robadas o muertos votantes, es un gobierno que durante más de tres años se dedicó a ganar la elección, prueba de ello es que 9 de cada 10 votos de Claudia fueron por ser la continuación de López Obrador… nunca un presidente había tenido tantas amonestaciones por meterse en la elección y nunca la autoridad electoral sirvió para tan poco. Es más, el simple hecho de que AMLO suspendiera sus “mañaneras” en la veda electoral es prueba de que se asumió a sí mismo como un actor electoral y no como un presidente de la República.
También hay que decirlo, hay mucho descontento y muchas inconsistencias en actas y traspaso de resultados, hay casillas (las que están en zonas más peligrosas) en donde hay 100% de participación 100% de votos por Morena… hay miles de actas en las transcribieron al PREP como “ilegibles” resultados muy bueno de la oposición y eso se puede ver en los datos del INE; mis redes están llenas de fotos de inconsistencias que me mandan y se verán en los conteos que inician el día que sale este escrito, pero no es sólo eso.
El uso de programas sociales como prebenda del gobierno orilló a 7 de cada 10 beneficiarios a votar por Morena, con personas (servidores de la nación) que les recordaban que los podían perder, incluso Claudia Sheinbaum, y el INE permitió que eso fuera así ya que no quiso una campaña institucional, como la ha habido en otros años, donde se informara a la población que no se podían condicionar los apoyos al voto. En fin, el resultado está ahí y se debe impugnar, pero también es justo decir que hubo temas dentro de los partidos de oposición que debieron ser diferentes.
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La identidad del PAN es la más clara y sólida de todos los partidos importantes de México. Es el pilar en el que se sustenta su voto y es importante que su claridad sea parte de su narrativa y no lo fue en la elección pasada. Algunas cosas que deben seguir para el PAN en el aspecto filosófico, narrativo y comunicativo, que son mi especialidad:
- El PAN tiene que retomar su vocación de partido de centro derecha con un énfasis marcado en las libertades y el gobierno chico. No se trata de llegar al extremo que lo lleva Milei en Argentina, pero sí en tener claridad sobre las diferencias entre una visión y otra. Tampoco se trata de llevar una propuesta o una imagen como Bukele del Salvador, que es seguridad sin derechos humanos, pero el PAN siempre ha sido derechos humanos y seguridad. El tema no debió ser “la guerra de Calderón o los muertos de Calderón”… eso fue hace 12 años, eran los abrazos y los muertos de López Obrador.
- El PAN tiene dentro de sus pilares la subsidiariedad y esto quiere decir que se cree en programas sociales subsidiarios no clientelares. Un programa subsidiario es como el que implementó Fox de Oportunidades, que tiene el objetivo de sacar a la gente de la pobreza no de eternizarla ahí y también se trata de dar apoyos, pero cumpliendo objetivos claros o dicho de una manera más metafórica es regalar el pescado mientras el beneficiario aprende a pescar, no para siempre. En la elección hubo un punto en que parecía que se trataba de quién ofrecía regalar y aumentar más los programas. Por mucho que se usara el discurso los beneficiarios no votaron por la opción de Xóchitl e incluso se perdió el voto de la clase media alta… curioso dilema, pero quizás hubiera sido más efectivo decir que se quitarían los programas clientelares (excluyendo la pensión a adultos mayores que es el más efectivo) a que se aumentarían. Usaron el “clip” de Fox para atacar a Xóchitl, pero quizás… sólo quizás, lo que decía Fox representa más al voto del PAN y de la clase media, que decir que se pagaran apoyos o se aumentaran apoyos a todo mundo endeudando al país. Sucumbir ante la tentación de que los apoyos sociales se volvieran una pugna como de subasta es la derrota de la subsidiariedad y se tiene que retomar la causa.
- El PAN es la única opción provida en el espectro político de México. Como Xóchitl no lo es, el tema fue tibio en la elección y para muchas mexicanas y mexicanos era un tema central para decidir su voto. De hecho, desde hace décadas son los temas morales los que definen las identidades políticas. Aunque el tema de aborto/vida se matizó con el lema de “vida, verdad y libertad” no fue claro en el aspecto provida. Quizás por temas como este la victoria del PAN en Guanajuato es contundente pero no se respaldó del mismo modo a Xóchitl Gálvez.
Creo que es importante retomar lo que se es y serlo con orgullo. No bajar la voz, ni sucumbir ante la tentación de tomar posiciones que parecen “populares” pero que te dejan en el peor de los lugares posible, en donde tu voto no vota contigo y el voto al que aspiras alcanzar tampoco, porque no se convence de tu posición. El PAN debe tomar su identidad y portarla con orgullo porque es por esa identidad por la que han votado millones de mexicanos en casi 85 años.