En un acto inusitado, no sólo en México sino a nivel mundial, un Juez de Distrito especializado en materia laboral, ordenó la recolocación de las mantas alusivas a un movimiento huelguístico que, sin razón, habían retirado miembros del ejército mexicano un martes por la tarde del 26 de marzo de 2024.
El viernes 14 de junio de 2024, pasadas las 9 de la mañana, acudió el Juez de Distrito de nombre Gustavo Juan Ariel Lezcano Álvarez a las instalaciones del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ), ubicadas en el Km. 36.5 de la Carretera México-Toluca, donde habían ocurrido los lamentables hechos.
Llegó acompañado de la doctora Elizabeth Dolores Echeverría Manrique, en representación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y de los integrantes de su Juzgado, Alejandra Licano, Oficial Administrativo, Andrés Lobato, secretario instructor, y Miguel Caracas, actuario Judicial, para cerciorarse de que se colocaran las mantas sindicales retiradas de manera arbitraria.
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Fueron 10 mantas sindicales que se repusieron bajo la fe del actuario judicial en distintos lugares del Centro Nuclear en compañía de representantes del ININ y del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear (SUTIN), buscando quedaran en lugares visibles y que no obstruyeran la visión de áreas vitales que afectaran la seguridad de ese centro nuclear.
En ese acto el secretario general del SUTIN, Ricardo Flores Bello, manifestó ante el juez federal que la reposición de las mantas no significa que ante la organización sindical que representa quedara resarcido el ejercicio de su libertad sindical y de expresión. Reiteró que el sindicato continuaría con la queja internacional presentada ante la OIT.
La cara de los afiliados al sindicato afectado rebosaba de alegría, acompañados del fedatario judicial. Se reinstalaban una a una las mantas donde otras organizaciones sindicales les expresaban solidaridad. Durante más de 40 años habían ejercido su derecho a la libertad de expresión y, después de una asamblea donde fue rechazado el aumento del 3.8% ofrecido por el ININ, los militares retiraron sus mantas.
Se escuchaba de los sindicalistas decir: “que queden arriba, donde se vean mejor, que queden bien sujetas para que ya no las retiren”.
El funcionario judicial apuntaba los lugares donde quedaban repuestas las mantas sindicales.
Llamó la atención que estuviera presente en ese acto la doctora Echeverría. Antes de la llegada de Pedro Américo Furtado de Oliveira, Director de la OIT en México, los representantes de esa organización internacional se rehusaban a participar en cualquier acto que significara cuestionar la política del gobierno mexicano en materia laboral. Por fortuna, los tiempos cambian para bien.
Al final del acta judicial, aparecen en la siguiente fotografía el secretario general del SUTIN, Ricardo Flores, el director del ININ, Javier Palacios (ambos sonrientes de manera inusual), el juez Gustavo Lezcano, Elizabeth Echeverria de la OIT, Jaime Ayala, de la comisión de vigilancia y, en el extremo izquierdo, para variar, el autor de esta columna como asesor sindical:
La recolocación de las mantas sindicales, que fueron retiradas por personal militar, es un acto de gran trascendencia, porque involucra al gobierno de México, y porque reconoce el valor de la libertad de expresión como un elemento inseparable de la libertad sindical, como lo resolvió la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso de Alfredo Lagos del Campo contra Perú.
Sin embargo, este hecho, como lo defendió el SUTIN, no repara en absoluto el acto de retiro de mantas por parte del personal militar. El gobierno de México debe responder ante la OIT la queja internacional interpuesta.
De otros avatares
Llamó la atención la reciente publicación de un informe llamado “Índice de los Derechos de 2024”, promovido supuestamente por la Confederación Sindical Internacional (CSI), con poco sustento, y sin exponer casos recientes, ya que la absoluta mayoría son anteriores a 2018.
En este deficiente estudio se ubica a México con un puntaje de 4, que significa que es un país “con violaciones sistemáticas a los derechos laborales”.
Es una pena que una organización internacional sindical difunda un estudio con tan poca seriedad, y que medios periodísticos le den eco, como si tuvieran certeza y actualidad en sus datos.
Hacen falta análisis que revisen los claroscuros de la reforma laboral de 2019, que enfrenta ahora enormes retos por una austeridad lamentable. Los trabajadores son los más interesados en conocer las críticas, pero también las propuestas y soluciones.