En numerosos medios de comunicación a nivel mundial la salud del actual presidente de los Estados Unidos de América, Joe Biden, ha sido motivo de preocupación, especulación y análisis.
Biden fue investido como el 46.º presidente de los Estados Unidos el 20 de enero de 2021, siendo a los 78 años la persona de mayor edad en asumir el cargo. Desde el inicio de su gestión, sus detractores, calificaron la edad del presidente como un motivo de alarma y se encendería en poco tiempo.
Todos hemos sido testigos de lo evidente, la salud de Joe Biden no está en su mejor momento, tiene un andar lento acompañado de movimientos rígidos; se le ve confundido, olvidadizo y en ocasiones pareciera que está desorientado sin saber qué hace y por qué está ahí.
Te podría interesar
En sus apariciones públicas da la impresión de vejez, se tropieza en las escaleras, se distrae de los pódiums, balbucea en las entrevistas y pareciera no reconocer a quienes le rodean.
No son pocas las pistas que ponen en entredicho la salud y capacidad de Joe Biden tanto para continuar en la presidencia como para buscar la reelección en noviembre próximo. En días pasados el mundo entero pudo ver un Biden desorientado en la reunión del G7 en Italia; En el 80 aniversario del Desembarco de Normandía, tuvo dificultades para sentarse en el sitio que le fue asignado y en otras imágenes se aprecia cómo olvidó que ya había saludado a Chuck Schumer, líder de la mayoría del Senado en un acto también público. Fue apenas este fin de semana cuando en un evento de recaudación de fondos en Los Ángeles, California, Joe Biden se quedó nuevamente pasmado, reforzando las especulaciones de que su salud y lucidez se encuentran en una franca crisis.
Claro que también hay entrevistas en donde luce mucho mejor, vemos un Biden, que aunque mayor, está concentrado, es lúcido es sus ideas y férreo en sus convicciones, así se ve en las entrevista concedidas hace poco a 60 minutos y a Enrique Acevedo de Univisión.
El entorno del presidente insiste en que su salud es buena y sus capacidades para dirigir a la nación están intactas, sin embargo, es imposible tapar el sol con un dedo, la imagen que se proyecta es la de un hombre mayor al que el tiempo le ha cobrado factura.
La carrera por la presidencia de los Estados Unidos de América está en marcha, los dos precandidatos, Donald Trump y Joe Biden, se pelean a las audiencias, buscan hacer de su oferta política la visión mayoritaria de las y los estadounidenses. Sabemos que los republicanos intentarán aprovechar la debilidad de Biden para posicionar a su candidato como la alternativa más conveniente.
El estado de salud de Joe Biden no solo preocupa a los medios de comunicación y a la clase política estadounidense, empieza a ser también un foco rojo para los ciudadanos que, si bien es cierto lo identifican como el demócrata mejor posicionado para las elecciones de este año, también les preocupa que no esté en condiciones óptimas para seguir dirigiendo a la nación.
Quedan días fundamentales, debates, búsqueda de apoyos, sin olvidar que se está en mitad de la crisis de guerras intensas y provocaciones militares rusas. ¿En verdad los Estados Unidos quieren a Biden y su perfil como candidato? ¿Joe Biden se encuentra en condiciones de competir en la elección y posteriormente dirigir a la nación más poderosa del mundo? Estas y otras preguntas están a muy pocos meses de ser respondidas por el pueblo norteamericano.