Escrito en OPINIÓN el
En dos entregas anteriores hablamos sobre la importancia de que, quienes resulten triunfadores para integrar la próxima Cámara de diputadas y diputados federal, deberán considerar en la agenda legislativa respectiva una necesaria reforma electoral que haga más eficiente los procesos electorales.
A continuación, enlisto los temas que, entre otros, considero fundamentales:
- Analizar la conveniencia de implementar al interior de la República el voto electrónico: a través de urnas electrónicas en las casillas que sean instaladas y el voto por internet para las personas que decidan utilizar esta vía, tal cual sucede el día de hoy para las y los mexicanos residentes en el extranjero que deciden votar desde el exterior.
- Revisar el método de selección de las personas candidatas a las consejerías electorales del Consejo General del INE, bajo condiciones de transparencia, pulcritud y capacidad probada de las y los aspirantes.
- Debe establecerse con claridad en la legislación electoral, con base en las experiencias de las elecciones 2021 y 2024 la proporcionalidad de acciones afirmativas que deberán cumplirse para la integración de la Cámara de diputaciones y de la Cámara de senadurías que, en ningún caso, deberá ser menor a la que está contemplada para este 2024.
- Desde la legislación deben quedar previstas las disposiciones para el voto para las personas con algún impedimento o incapacidad, no pueden votar de forma presencial en su casilla, lo puedan realizar de manera anticipada, vía electrónica, desde su domicilio.
- Para el caso del voto de las personas que se encuentran en prisión preventiva, su registro debe quedar con plena claridad en la legislación con base en las sentencias de las instancias electorales jurisdiccionales y de los resultados obtenidos en la prueba piloto de 2021 y del proceso electoral 2024.
- Es necesario considerar en la legislación que el INE, en coordinación con instituciones del gobierno federal, organismos autónomos y de la sociedad civil elaboren con anticipación a las elecciones, una agenda de riesgos para prevenir eventualidades que perturben el buen desarrollo de los procesos electorales.
- Debe reconsiderarse el sistema por medio del cual se otorga el financiamiento público a los partidos políticos, con la intención de hacerlo equitativo, reducirlo considerablemente bajo las condiciones socioeconómicas prevalecientes en nuestro país de acuerdo con las mediciones e indicadores establecidos por el INEGI.
- Es necesario repensar el método para fijar los topes de gastos de campaña, estos deberían delimitarse por zonas y considerar diversos indicadores propios de la región.
- Debe considerarse en la legislación la posibilidad de generar responsabilidades a las o los servidores públicos, de cualquier nivel, que no entreguen información solicitada por el INE para los efectos de cumplir con una óptima fiscalización.
- No es buena idea, de ninguna manera, desaparecer a los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE); en cada entidad hay circunstancias diferentes que implican una especialización regionalizada de la forma de realizar elecciones e incluso, en algunas entidades estos organismos, además, llevan a cabo múltiples ejercicios de participación ciudadana.
- Debe revisarse un esquema más estricto para que, una vez conformadas ambas Cámaras, no se genere, como ha sucedido hasta ahora, el fenómeno de sobre y subrepresentación y subrepresentación de diversas fuerzas políticas que solo irrumpen la voluntad original de la ciudadanía depositada en las urnas.
- Es necesario que el órgano legislativo considere diversas opciones instrumentadas en otros países para incentivar la participación de la ciudadanía en las elecciones, en especial de las juventudes.
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Estos son solo algunas consideraciones, entre varias más, que tendría el próximo cuerpo legislativo que, en mi opinión, deberían materializarse para ser instrumentadas en el proceso electoral de 2027.
El Legislativo próxima tendrá la última palabra.