Un elemento fundamental de nuestro sistema político mexicano es que la democracia se desarrolle plenamente, a través de elecciones libres y equitativas que son el referente de un Estado que aspira a ser democrático y de Derecho, además de ser el mecanismo legítimo para gestionar de forma pacífica la transferencia del poder público.
Es por ello que los procesos electorales para su óptimo desarrollo deben contener diversos componentes de integridad, es decir, deben estar basados en principios democráticos tales como la garantía de elecciones libres, con un sufragio universal, libre y secreto, que se desarrollen en condiciones de igualdad, que exista equidad en todos los elementos del proceso electoral y bajo principios rectores tales como certeza, legalidad, imparcialidad, objetividad y máxima publicidad.
En este sentido, la Comisión Global sobre Elecciones y Seguridad establece que: “Las elecciones con integridad generan otros beneficios tangibles para la ciudadanía y que son importantes para empoderar a las mujeres, luchar contra la corrupción, acercarles bienes y servicios necesarios a los pobres, mejorar la gobernabilidad …”.
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La integridad electoral depende de múltiples factores, entre otros, de un proceso electoral competitivo, con instituciones electorales confiables, pero, sobre todo, con la participación informada de las y los ciudadanos.
La ciudadanía informada fortalece nuestro sistema democrático y exige que los actores políticos actúen conforme a las exigencias sociales y legales, dan equilibrio al proceso electoral y generan al final un voto informado fundamental para fortalecer el derecho al sufragio. Por ello, la desinformación o información falsa o parcialmente falsa, exagerada, o plenamente contraria a una realidad generan en el ámbito electoral un deterioro de los principios democráticos.
Ejemplo de esto lo tenemos en la divulgación de rumores, la emisión de noticias falsas, chismes y hasta acosos en línea que se van traduciendo en generar desprestigio a diversos actores políticos o incluso instituciones que producen en un ambiente polarizado que puede llegar a irrumpir nuestra paz social.
La desinformación se presenta de diversas maneras, pero con la modernización de la tecnología, las redes sociales se han convertido en una buena referencia para encontrar todo tipo de tácticas antidemocráticas de desinformación que, por su impacto, velocidad de transmisión y hasta de replicación, generan un posicionamiento negativo en contra de la información certera y verídica.
Ante este panorama, el Instituto Nacional Electoral (INE) puso en marcha la iniciativa denominada #CertezaINE2024, que constituye una herramienta multidisciplinaria cuyo objetivo es “… combatir la desinformación en redes sociales durante los procesos electorales”.
Para lograr combatir la desinformación, #CertezaINE2024 basa su operación en el monitoreo constante tanto de las diferentes redes sociales como de los medios tradicionales de comunicación con la intención de detectar las noticias falsas para posicionar públicamente que las mismas son noticias falsas.
¿Por qué el monitoreo a las redes sociales? De acuerdo con registros de la Universidad de Oxford (2022) los niveles más altos para acceder a las noticias se dan justamente en las redes sociales ya que el 87% de las y los mexicanos toman como principal fuente de información las noticias en redes sociales o en plataformas por internet.
El INE, desde el proceso electoral de 2018 implementa acciones para combatir la desinformación para evitar que las noticias falsas, imprecisas o hasta desestabilizadoras generen un impacto negativo en el óptimo desarrollo del proceso electoral.
#CertezaINE2024 se presenta como una herramienta que busca garantizar y reforzar los principios democráticos constitucionales y legales en beneficio de nuestra democracia y de la ciudadanía para que, con ello, tengamos este 2 de junio próximo, elecciones pacíficas, libres, equitativas e igualitarias.