SEGURIDAD EN CHIAPAS

Operación "Barredora" en Chiapas, una oportunidad para la paz

El gobernador electo de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguilar, ha asumido el compromiso de devolver la tranquilidad al estado en tan solo seis meses. | José Luis Castillejos

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El gobernador electo de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguilar, ha asumido el compromiso de devolver la tranquilidad al estado en tan solo seis meses. Esta promesa, aunque ambiciosa, responde al clamor de una sociedad cansada de la violencia que ha fracturado la vida cotidiana en el sureste de México.

Chiapas enfrenta desafíos colosales en materia de seguridad. Su ubicación estratégica en la frontera con Guatemala lo convierte en un epicentro de actividades ilícitas, desde el narcotráfico hasta el tráfico de personas. Esta región, rica en cultura y recursos, ha sido eclipsada por la presencia de cárteles como el de Sinaloa y el CJNG, cuyas disputas han desatado una ola de violencia sin precedentes.

La criminalidad no conoce fronteras. Guatemala también sufre las consecuencias de estas dinámicas, con incursiones de grupos criminales que cruzan la frontera. En 2023, el ejército guatemalteco desplegó más de 2,000 soldados para intentar frenar esta ola delictiva, mostrando la magnitud del problema.

Ramírez Aguilar ha planteado un plan audaz llamado "Operación Barredora", que incluye una revisión profunda de las fiscalías y estructuras de seguridad. Su mensaje de "mover el enjambre" simboliza la voluntad de desmantelar redes de corrupción enquistadas en las instituciones del estado.

La estrategia también contempla el uso de herramientas de inteligencia y contrainteligencia para golpear al crimen organizado en sus puntos neurálgicos. Además, busca dignificar la labor policial mediante mejoras salariales y la protección de los derechos de quienes enfrentan los mayores riesgos en el terreno.

Pero las soluciones no pueden limitarse a la fuerza. El llamado "Efecto Globo", donde la presión en una zona simplemente desplaza el crimen a otra, es una realidad compleja. Sin una estrategia integral, el problema persistirá, aunque en diferentes geografías.

Por ello, Ramírez Aguilar ha destacado la importancia de la colaboración internacional. Eventuales operativos conjuntos y el intercambio de información con agencias como la DEA y la CIA podrían ser determinantes para abordar este fenómeno transnacional.

En paralelo, fortalecer las instituciones es imprescindible. Policías capacitados, bien equipados y con salarios dignos tienen mayor capacidad para proteger a la población. La seguridad comienza con quienes están en la primera línea.

El desarrollo social también debe formar parte del enfoque. Invertir en educación, empleo y programas comunitarios es una medida preventiva que ataca las raíces del problema. Las comunidades necesitan oportunidades para alejarse del círculo de la violencia.

La frontera sur de México simboliza los desafíos globales en seguridad. Resolver este problema requiere voluntad política, pero también humanidad. Es una oportunidad para devolver la paz a Chiapas y su gente.

Ramírez Aguilar enfrenta un reto monumental, pero también tiene la oportunidad histórica de cambiar el rumbo del estado. Sus acciones no solo afectarán a Chiapas, sino que tendrán repercusiones en toda la región. Los próximos meses serán determinantes para evaluar si esta promesa puede convertirse en una realidad tangible.

 

José Luis Castillejos

@JLCastillejos