CHARLATANES MÉDICOS

México, un paraíso para charlatanes médicos

Nuestro país, por desgracia, está lleno de clínicas patitos por lo que es un paraíso para charlatanes médicos, y no va a ser un problema fácil de erradicar. | Mauricio Sarmiento

Escrito en OPINIÓN el

México es un paraíso para los charlatanes en el área de la salud. Esto ha sido así desde hace muchos años. La autoridad actúa de manera muy lenta en contra de las clínicas clandestinas y de las personas que ejercen sin las autorizaciones necesarias. 

Ya se nos olvidó el caso de septiembre de 2023, en el cual, a una mujer supuestamente no le habían entregado a sus dos recién nacidos después de una cesárea. El caso se hizo viral y dio un giro inesperado: resulta que la mujer nunca estuvo embarazada y el personal de salud que le dio la atención desde el inicio del supuesto embarazo y que le realizó los ultrasonidos no contaban con la pericia necesaria. El caso se volvió mediático y las autoridades comenzaron a actuar. Lo mismo de siempre: clausuras, comunicados, conferencias, etcétera; pero, en ese caso como en muchos previos nos preguntábamos: ¿Por qué los dejaron trabajar tanto tiempo? 

Otro caso fue el de Miriam Yukie Gaona (del cual escribí en una columna previa) a quien apodaron “la matabellas”. A ella la detuvieron después de que existieron al menos 100 denuncias en su contra y fue condenada a 18 años de prisión. En este caso, la persona se hacía pasar por cirujana plástica sin contar con las autorizaciones correspondientes. De nueva cuenta, se le dejó trabajar y ocasionar daños por muchos años antes de ser detenida.  

Yo me dedico a casos de negligencia médica y puedo afirmar de primera mano la indiferencia de las autoridades cuando se trata de perseguir charlatanes. Sólo les importan los casos mediáticos. Hace unas semanas me contactó una familia que perdió a su mamá por una cirugía mal practicada por una persona que ni siquiera era médico. El caso ya lo había llevado otro abogado. Como era de esperar, la fiscalía sólo les daba largas por meses.  

El caso de Marylin Cote es un ejemplo más. Por muchos años esta abogada se hizo pasar por médico psiquiatra y no fue hasta que su caso se hizo viral que la autoridad tomó cartas en el asunto. Si alguien no sabe quién es Marylin Cote, los invito a ver en youtube el episodio de Mr. Doctor titulado: Marilyn Cote: la abogada que decía ser psiquiatra. Me parece que es uno de los videos más completos sobre el tema.  

¿Por qué es tan fácil ser charlatán en México? 

Son muchos factores. En primer lugar, las autoridades; quienes, en ocasiones, son indiferentes ante el fenómeno y, en otras, son cómplices. En segundo, es fácil hacerse de un prestigio falso. Podemos ver las páginas de mercadotecnia para médicos en donde por un cómodo pago te ofertan como un experto en tu área e incluso te dan reconocimientos que no significan nada, pero apantallan a los posibles pacientes. También están las clínicas y hospitales que no cumplen con su deber de vigilancia y dejan operar o rentar consultorios a personas que no cuentan con las credenciales necesarias. 

Otro factor que en mi opinión ha influido mucho en la proliferación de charlatanes es el reciente desmantelamiento de las instituciones de salud pública y social. No es un secreto que nuestras instituciones de salud están superadas y esto ha favorecido el crecimiento del sector privado. El problema es que dentro del sector privado encontramos una parte muy seria y profesional y, otra, que es completamente improvisada. Cada vez encontramos más clínicas clandestinas, hospitales pequeños que no cumplen con los requisitos mínimos para operar y quirófanos en donde dejan operar a cualquiera bajo el argumento de que a ellos no les toca verificar quien opera ahí ya que únicamente rentan el espacio. Por desgracia la atención en salud en México está en un momento crítico y los charlatanes han sabido lucrar con este problema. 

También, existen publicaciones que tienen lineamientos editoriales poco éticos. Revistas y periódicos en donde pagas porque te anuncies como médico especialista cuando no cuentas con el grado. Esta publicidad pagada en ocasiones se esconde en forma de entrevistas y supuestas opiniones, aunque, en realidad, son anuncios pagados. No es raro encontrarnos en nuestros correos electrónicos algún mail de una revista o publicación que nos ofrece un premio o un doctorado honoris causa por cierta cantidad de dinero. En México nada es lo que parece. La reputación es algo más que el número de seguidores, las portadas en revistas, los premios editoriales. Es difícil decir que separa a un buen médico de uno malo. Lo cierto es que no siempre los mejores médicos son los que mejor se venden. Los incentivos en el área de la salud están completamente alterados (en gran parte del mundo) y para los pacientes es difícil encontrar a los buenos médicos, se tienen que conformar con los populares. 

Algunas instituciones de educación contribuyen al problema. Se ofertan cursos, maestrías y especialidades no médicas que prometen a sus estudiantes que van a obtener la misma o mejor preparación que aquellos que han cursado una residencia médica. Por supuesto que estos cursos cuestan mucho dinero y no cuentan con el mismo rigor académico o las horas necesarias para acreditar una residencia médica. Como resultado de esto tenemos muchos casos de negligencias derivadas de médicos que realizan procedimientos para los que no tienen la pericia necesaria.  

Un elemento adicional que a mí me parece importante es la falta de unión en el gremio médico. Muchas veces el celo profesional y las rivalidades dentro de las mismas especialidades evitan que se tenga una mejor regulación de las especialidades médicas. Este es el factor más difícil de explicar. A veces, son los problemas dentro de las mismas especialidades las que evitan que se traten estos temas y se creen alternativas para detectar y hacer frente a los charlatanes. Los gremios de las diversas especialidades están –en ocasiones– tan inmiscuidos en pugnas internas, que no pueden hacer un frente común contra los charlatanes que desprestigian su profesión.

Las profesiones de la salud se basan en la confianza y a la gente no le gusta preguntarle a su médico si cuenta con cédula y certificación vigente. Yo a esa gente le contesto siempre lo mismo: a las únicas personas que les molesta que les preguntes por sus cédulas es a los charlatanes. Nunca, un médico que tiene todo en orden, se va a enojar por que le preguntes, al contrario, se sentirá orgulloso de todo lo que ha estudiado. Tenemos que cambiar esta práctica. Nadie se debe molestar porque el paciente pregunte si usted es el especialista correcto para su padecimiento y los médicos deben de cumplir con la normativa y tener a la vista los diplomas que lo acreditan como especialistas.

Nuestro país, por desgracia, está lleno de clínicas patitos y charlatanes. No va a ser un problema fácil de erradicar. No sólo se trata de tener mejores autoridades, también es de cambiar la cultura tanto del personal de salud como de los establecimientos de salud. Esperemos que el caso de Marylin Cote nos ayude a crear conciencia del problema. Que las instituciones de salud vigilen que el personal que trabaja dentro de ellas tenga las credenciales necesarias y que el gremio médico haga frente común y exija que se cumpla la ley. Lo ideal es que los pacientes también revisen con quien se están atendiendo, pero, por desgracia, a veces la gente necesita la atención y no tienen tiempo de revisar los antecedentes de la persona con quien se está atendiendo. Recordemos que la salud se comporta como un mercado asimétrico, en donde los pacientes cuentan con muy poca información al momento de elegir a la persona que los va a atender, por lo que es un campo propicio para los charlatanes, sobre todo cuando las autoridades no cumplen con su función de sacarlos del mercado. 

Mauricio Sarmiento

@Sarmientomau