A poco menos de un mes de que se realicen las elecciones en Estados Unidos, la batalla entre Kamala Harris y Donald Trump se perfila como una de las más cerradas en los últimos años, otorgando una ligera ventaja al candidato republicano. Programadas para el próximo 5 de noviembre, estas elecciones no solo reflejan la polarización política y los resultados de la selección de candidatos, sino también dos visiones opuestas sobre el futuro del país en los próximos años. A pesar de que las encuestas otorgan una ligera ventaja a Trump, la diferencia es tan mínima que muchos ya hablan de un empate técnico.
Quedan pocos días de campaña y ambos contendientes han impregnado sus estilos personales en la narrativa, con la finalidad de cautivar votantes. Por un lado, el expresidente ha recurrido a su ya conocida táctica de descalificaciones y ataques directos. La estrategia de Trump, como en elecciones anteriores, se basa en la división, alimentando el miedo y las tensiones sociales para consolidar el voto de quienes sienten que el cambio los excluye. Además, calificar a Harris como "extremadamente liberal" ha resonado entre su base conservadora, que percibe a la vicepresidenta como un riesgo para las tradiciones y la estabilidad del país.
Por otro lado, Kamala Harris ha apelado a la memoria colectiva, resaltando los momentos más “escandalosos” de Trump. Sin embargo, estas estrategias no han generado el impulso esperado. Ambos candidatos parecen estancados, con poco movimiento en las encuestas, lo que ha creado una atmósfera de incertidumbre a pocas semanas de la elección.
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Este escenario de estancamiento es particularmente notable en comparación con elecciones anteriores. En 2008, 2012, 2016 y 2020, siempre había un candidato que, en este punto de la campaña, gozaba de una ventaja clara en algunos estados clave, lo que le permitía ser visto como el favorito, aunque no de manera abrumadora. Sin embargo, en 2024, los márgenes son tan reducidos que no hay un claro ganador. Según encuestas recientes, la competencia se mantiene dentro del margen de error, lo que significa que cualquiera de los dos podría alzarse con la victoria.
A medida que se acercan los últimos días de campaña, queda claro que estas elecciones podrían ser las más reñidas en la historia contemporánea de Estados Unidos. Con la sociedad profundamente dividida y el futuro del país en juego, la incertidumbre prevalece.
¿Podrá Trump capitalizar el temor al cambio? ¿O logrará Harris consolidar una coalición lo suficientemente fuerte como para llevar su visión de progreso al poder?
La respuesta está en manos de los votantes, y solo el tiempo dirá si las estrategias que ambos candidatos han adoptado en estos días finales serán suficientes para inclinar la balanza.
Quedan apenas unas semanas para que cada uno haga lo necesario para aumentar o revertir el margen. La batalla de Kamala vs. Trump aún no está en su asalto final y cualquier tropiezo será muy costoso.