Durante los distintos procesos democráticos, siempre se genera la inquietud sobre qué es la democracia y cómo debemos concebirla cuando la población va a las urnas. Así, se dice que la democracia es la manifestación de las ideas e intereses grupales y colectivos a través del voto, por lo tanto, la mayoría de quienes comparten esas ideas e intereses, ganan elecciones y tienen por sobre los demás, una ventaja para marcar las reglas del juego mientras permanezca en el poder la corriente política ganadora.
En ese sentido, qué mayoría tendría más peso la del 0.5% o una del 59% esto en los términos en que, los otrora grupos en el poder hoy oposición, le otorgan al 0.5 el mismo “valor democrático” que el representado por el 59. Cuál es la lógica, que el 0.5 era más democrático porque en el papel, las cámaras estaban repartidas entre tres partidos, aunque en la realidad, el PRIANATO controlaba 200 diputaciones entonces mayoría para reformar a placer lo que hubiera que reformar, entre ello la constitución.
La mayoría del 0.5 decidió por sobre el resto de la población que era necesario iniciar una guerra frontal contra el narcotráfico siguiendo los lineamientos de los Estados Unidos quien suministró las armas y el financiamiento para emprender una cruzada que justificaría las pérdidas “civiles” como daños colaterales.
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Una guerra que no necesitó el aval de la cámara de senadores ni de diputados, pues fue una decisión individual y unilateral ante las facultades que la constitución le otorgan al ejecutivo como comandante en jefe de las fuerzas armadas. Por supuesto que, sí casualmente la entonces oposición, hoy gobierno, hubiera interpuesto una controversia constitucional o hubiese impugnado mediante amparo dicha decisión, sus protestas hubieran sido ignoradas por la suprema corte de justicia.
Así que, como una dictadura, el 0.5 de la población decidió que valía la pena sacrificar más de 100 mil vidas fueran o no delincuentes sin que la guerra emprendida garantizara los resultados de acabar con el narcotráfico que, en todo caso, sólo benefició de distintas formas a quienes orquestaron y asumieron la responsabilidad de ejercer la democracia entendida como su “derecho” para incendiar al país.
Ese 0.5 representado como mayoría democrática, también decidió mantener congelados los salarios mínimos, ampliar las facultades de las empresas para contratar vía outsourcing, desmantelar los servicios de salud para su privatización, sustentar la competitividad del país por sus salarios bajos y un largo de etcéteras que su entonces mayoría, les otorgó en las urnas.
Así que, al entender de la hoy oposición, el 2 a 1, es decir más de 33 millones de personas o el 59% por ciento de los votantes, tiene menor “valor democrático” que los poco más de 700 mil votantes que decidieron otorgarle el triunfo a Calderón a quien entregaron en sus manos los congresos, la suprema corte de justicia y la seguridad nacional.
Pero ¿desde cuándo 0.5% es mayor que 59%? En aritmética las cifras y los volúmenes son claros, es decir, no debería existir ninguna duda a menos que esa mayoría, espante sobremanera al 0.5. Las preocupaciones de esa minoría aritmética pueden ser muchas pero lo que es cierto, es que, no es, ni el autoritarismo, ni la dictadura como insisten en llamar a la manifestación clara y democrática de más de 33 millones de mexicanos el pasado 2 de junio.
Descalificar y denigrar, es una práctica común de la hoy oposición y para ellos, puede ser que el 0.5 tenga mayor valía y calidad “moral” que, el 59, por el simple hecho de que, quienes componen esa minoría a su entender, tienen mucho mayor valía que los millones de mexicanos que son de un estrato social devaluado.
Pero las asimetrías democráticas, no están basadas en quienes son “ciudadanos de primera” o, quienes de segunda y hasta cuarta categoría. No, las diferencias radican en cómo la oposición concibe una sociedad en la que no caben más que los privilegiados y esas diferencias para su espanto, son mucho más profundas que solo definir a los ciudadanos de primera o cuarta categoría.