La semana pasada un medio publicó un “artículo” en el que se comparaba el crecimiento del PIB desde Carlos Salinas hasta el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
Como hemos mencionado antes, los datos y cifras pueden interpretarse según el color con que se miren, pero, lo que es un hecho, es que se deben explicar en contexto y es precisamente lo que el medio omitió.
Pongamos un poco de contexto a las cifras del PIB de cada sexenio señalado. El gobierno de Salinas fue ensueño para muchos al abrir las puertas a la política neoliberal, modificó la constitución para adecuarse a los requerimientos del TLCAN y se pensó que México entraría al primer mundo, de hecho, hubo quienes suspiraron con la reelección de Carlos Salinas.
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Pero el sueño se esfumó veinte días después de terminar su sexenio y el crecimiento del PIB se esfumó por causa de la segunda mayor crisis económica de la historia de México. El resultado, una gran fuga de capitales, una fuerte devaluación y una hiperinflación que repartieron culpas y responsabilidades entre Salinas y Zedillo de las cuales, al día de hoy, ni uno, ni otro asume la propia ante esa crisis.
El “crecimiento” en el gobierno Zedillista, se amparó en tres factores. El primero, el sometimiento de la economía mexicana a los designios de Estado Unidos para poder ser “rescatados” del error de diciembre con 50 mil millones de dólares, monto inédito utilizado por la Casa Blanca para rescatar a un país.
A esa deuda, Zedillo sumó al erario público el Fobaproa generando así el mayor endeudamiento de la historia, además por supuesto del costo social, la exigencia de profundizar la apertura económica y la privatización del sector energético.
Con Fox, ya con la política neoliberal en marcha, la llegada de inversiones de toda índole, los ingresos extraordinarios por las exportaciones de petróleo y las remesas generaron las reservas en dólares más grandes de la historia del Banco de México. El asunto fue que dichos recursos se utilizaron como fondos de “contención” para mantener el tipo de cambio y continuar a rajatabla las recetas del Banco Mundial de disciplina fiscal.
El sexenio de Fox, tuvo crecimiento, pero aumentó la deuda y las reservas fueron diluidas controlando el tipo de cambio y conteniendo la inflación.
Con Felipe Calderón no hubo diferencia, al igual que su antecesor, se dedicó a gestionar el proceso neoliberal con tres focos específicos, privatizar el sector energético, apretar el gasto público y seguir controlando la inflación con una política de bajos salarios.
Ese sexenio enfrentó la crisis mundial de los bonos basura, con ello, Calderón perdió brillo, pero apuntaló la “estabilidad económica” con menos gasto público y con la mano de obra barata como factor de competitividad para atraer inversión. Su sexenio duplicó la deuda del país.
Para Peña Nieto fue tarea dar continuidad la política neoliberal y aperturar, el sector energético, cosa que logró a medias, eso le permitió apuntalar su gestión en materia económica, no sin antes, terminar con las reservas históricas acumuladas en tiempos de Fox para contener el tipo de cambio durante sus dos últimos años de gobierno. Al final, el peso terminó devaluado.
En la última mañanera del 30 de septiembre, López Obrador mostró las devaluaciones del peso desde Luis Echeverría hasta Peña Nieto porque en este sexenio, el peso se revaluó 3.3% poniendo fin a 50 años de devaluaciones continuas cada sexenio.
En ese marco, mencionamos otros datos económicos que no fueron mencionados y que tampoco nadie menciona pero que marcan una diferencia con otros sexenios. Hay que recalcar que los logros en materia económica del gobierno de López Obrador, deben reconocerse en el contexto de la pandemia y la crisis económica mundial generada por ésta. Desdeñar, obviar o desestimar lo anterior, sería una infamia.
Así, vale decir que los salarios mínimos se revaluaron como no ocurría en mucho tiempo, los críticos desinformaron señalando que la inflación había nulificado los aumentos salariales durante el sexenio.
Eso es falso. El salario mínimo en 2018 valía 88.40 pesos diarios, si deflactamos la cantidad, es decir, si la ajustamos a la inflación acumulada del periodo, obtenemos que esa cantidad equivale a 116.91 pesos y el salario mínimo vigente al día de hoy es de 248.90 pesos. Esto significa que, en términos reales, el salario mínimo se duplicó. Esta es una de las razones que ayudaron a disminuir la pobreza durante este gobierno.
La inflación tampoco es muy diferente a la de gobiernos anteriores. Con Fox, la inflación acumulada fue de 26.6%, con Calderón 25.65%, Peña Nieto 25.14% y López Obrador 30.81%. En ese mismo orden, la inflación promedio con Fox fue de 4.44%, con Calderón 4.28%, Peña Nieto 4.19% y López Obrador 5.14%.
En cuanto a los precios promedio de las gasolinas, con Fox cerró en 6.8 pesos por litro, con Calderón 11 pesos, Peña Nieto 19 pesos y con López Obrador 22.33 pesos. Si revisamos con lupa, el incremento del combustible en el último sexenio es el menor con respecto a otros sexenios, y si deflactamos, el precio de cierre más alto fue con Peña Nieto.
Cierto aún hay pendientes, todavía hay que muchos mexicanos en la pobreza, falta generar más empleo, se debe garantizar el acceso a la educación pública superior a más mexicanos, implementar una política industrial que fomente la creación de más empresas nacionales y trabajar de la mano de la iniciativa privada, pues lo que este gobierno mostró, es que se puede impulsar el desarrollo y crecimiento social, sin detener el crecimiento económico del país y el de las empresas.