GUERRA EN GAZA

Israel, los cascos azules y la carta de Washington

La carta a Israel por parte de Estados Unidos juega un importante papel político electoral. | Jorge Faljo

Escrito en OPINIÓN el

El gobierno de Israel tiene abiertos múltiples frentes de conflicto militar. La violencia repercute sobre los territorios bajo su ocupación militar, Gaza y Cisjordania, y se extiende de manera creciente a Líbano, Yemen, Irán y Siria. Abordaré únicamente dos elementos que deterioran las relaciones entre Israel y sus aliados.  

Ataque a los cascos azules. El 23 de septiembre Israel empezó un severo bombardeo de Líbano, incluyendo su capital Beirut. Fue un importante escalamiento en su lucha contra el grupo político militar Hezbolá (parte del gobierno de Líbano) que continuará, según declara este último, mientras no haya un cese al fuego en Gaza.  

El uno de octubre Israel demandó la evacuación de 25 pueblos del sur de Líbano e inició una invasión por tierra. Su objetivo es destruir la capacidad de Hezbolá para lanzar proyectiles sobre el norte de Israel que impide que regresen a sus hogares 60 mil desplazados israelitas. No lo ha conseguido.

Entretanto en Líbano, hay cerca de 1.2 millones de refugiados internos y los ataques al sistema hospitalario y a viviendas han provocado más de dos mil seiscientos muertos.  La capacidad militar de Hezbolá no parece disminuida a pesar de la muerte de sus lideres.

Al empezar la invasión israelita las fuerzas de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), conocidas como cascos azules, se retiraron a varios kilómetros de la frontera. No son combatientes ni tienen fuerza militar, se limitan a ser observadores del conflicto y a llevar ayuda humanitaria a la población que continúa en la zona. Hay poco más de 10 mil cascos azules en la zona fronteriza de Líbano con Israel procedentes de Indonesia, India, Italia, España, Francia y China entre otros.

Israel ataca los puestos de observación y derriba las torres de telecomunicación de los cascos azules, ha herido a más de una treintena. Exige que se retiren y los culpa del riesgo que corren. Pero con gran heroísmo se niegan a moverse, apoyados por la ONU y sus países de origen.

Ante los ataques israelitas crece la indignación internacional. Destaca la posición de los lideres de Francia (Macron), España (Sanchez) e Italia (Meloni) que en una declaración conjunta señalaron que tales ataques son injustificables y constituyen una grave violación de las obligaciones de Israel y del Derecho Internacional Humanitario; por lo que deben cesar de inmediato. Los tres gobiernos convocaron a los embajadores respectivos de Israel para manifestar su protesta.

Meloni, la primer ministro de Italia fue más allá e hizo una visita a oficial a Jordania y Líbano, donde declaró que debe garantizarse la seguridad de los cascos azules. Ante el primer ministro de Líbano reiteró el compromiso de Italia con el alto al fuego de 21 días que desde septiembre promueven diversos países.

Según el gobierno libanés Hezbolá y Netanyahu ya habían aceptado ese alto al fuego, pero el segundo lo traicionó y aprovechó la confianza de Hezbolá para asesinar a su plana mayor de líderes.  

Carta de Washington a Israel. El 13 de octubre los secretarios norteamericanos Antony J. Blinken, de Estado y Lloyd J. Austin III, de Defensa, firmaron y entregaron una carta a los ministros israelitas Yoav Gallant, de Defensa y Ron Dermer, de Asuntos Estratégicos, en la que señalan la posibilidad de una suspensión de la ayuda militar norteamericana si Israel no cumple con sus anteriores acuerdos para permitir el paso de la ayuda humanitaria de los Estados Unidos y sus aliados a la franja de Gaza.

La carta es explicita al señalar que la situación humanitaria de más de dos millones de civiles en Gaza es desesperada. Las múltiples ordenes de evacuación han forzado que 1.7 millones de personas se encuentren en situación de extremo hacinamiento en una estrecha franja costera y no pueden cubrir sus más esenciales necesidades para sobrevivir. Los camiones con ayuda humanitaria esencial financiados por Estados Unidos son detenidos en los puestos de control. En septiembre se impidió el paso de cerca del 90 por ciento de los transportes humanitarios entre el norte y sur de Gaza. A pesar de sus compromisos de abril pasado Israel redujo el paso de ayuda humanitaria en más de 50 por ciento.

Israel debe, dice la carta, cumplir sus anteriores compromisos y revertir la trayectoria a la baja de la ayuda humanitaria en los siguientes 30 días. Indica las siguientes medidas específicas: permitir el paso de 350 camiones diarios de ayuda humanitaria; instituir pausas humanitarias en el conflicto para permitir actividades humanitarias; permitir a la gente hacinada en la costa moverse al interior de Gaza antes del invierno; abstenerse de ordenar evacuaciones no necesarias; facilitar la  reparación de caminos y bodegas planeada por el Programa Mundial de Alimentos; asegurar la comunicación entre los convoyes de ayuda humanitaria y los mandos militares israelitas; elevar a 400 el número de choferes autorizados; reducir la lista de artículos prohibidos; reafirmar que no se forzará la evacuación de civiles del norte al sur de Gaza; y asegurar el acceso de ayuda humanitaria al norte de Gaza. Este entre otras reveladoras demandas.

Que el gobierno norteamericano emita una carta tan explicita y firmada por dos de los más decididos pro israelitas de su administración, no es suficiente para entusiasmarse. Hay varios motivos para desconfiar.

La carta cumple con una obligación inscrita en las leyes norteamericanas: no proporcionar ayuda militar a países que no permiten la distribución de ayuda humanitaria de Estados Unidos y sus aliados. En este sentido es un formalismo que ya en abril pasado había obtenido compromisos del gobierno de Israel que Estados Unidos y ahora seis meses después revela que no los cumplió.

La carta señala diversas atrocidades del gobierno israelita, como las marchas de la muerte en la que repetidas evacuaciones forzadas facilitan los ataques a la población palestina y el uso del hambre como estrategia bélica. El incumplimiento humanitario israelita debió llevar a la suspensión de la ayuda militar desde el mes de abril.

La carta establece un plazo de 30 días para que Israel cumpla con lo que se le solicita. Eso permite que la administración demócrata no tome medida alguna antes de las elecciones presidenciales norteamericanas. Entretanto la carta juega un papel político electoral atrayendo a votar por los demócratas a los que se oponen al genocidio y a la ayuda militar a Israel. La carta también aparenta alinear a los Estados Unidos con las crecientes preocupaciones expresadas por sus aliados europeos.

Por lo pronto, el gobierno israelita reacciona apresurando el exterminio de los palestinos por hambre y sed, agotamiento extremo y enfermedades.

¿Cumplirá Washington, es decir Biden, su amenaza a los 30 días si Israel no le hace caso?  Es dudoso; lo más probable es que, como la última vez, tarde otros seis meses en verificar el resultado.   

En el frente iraní. La madrugada del sábado 26 de octubre Israel atacó instalaciones militares cercanas a Teherán, la capital de Irán. Se reportan varios militares iranies muertos, pero aún no se conoce la magnitud de los daños. Irán declaró de inmediato que tiene derecho a defenderse. Sigue escalando el conflicto.

 

Jorge Faljo

@JorgeFaljo