Sin veterinarios no hay bienestar animal. Es así de simple. El tema de rescates, refugios, adopciones, generar salud pública, políticas sociales y cambios legales deben si o si tener una visión de los profesionales que por 5 años se preparan para salvar, entender, conocer la biología, prepararse para los procedimientos, retos y dificultades que implican las cirugías, así como con el tiempo ir conociendo de especialidades que , a diferencia de los humanos, no están plenamente reconocidas pero que con el tiempo les dan un valor invaluable en el ámbito de la salud animal
Desde esta nueva etapa de Agatan queremos no solo fortalecer nuestra acción social y trabajo en calle sino darle un nuevo valor público, social, y apoyo permanente a todos esos veterinarios que con su trabajo, convicción, talento y entrega hacen posible le rescate de animales abandonados, la atención a tantos animales en albergues, así como le seguimiento de la salud de animales de tantas familias capitalinas
Las y los veterinarios enfocados en hacer fuertes a los rescatistas son, para nosotros sin duda un aliado que será permanente protegido y acompañado para tener el lugar que se merecen en la consideración pública.
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Si bien existen distintas visiones de lo que debe o no hacer un veterinario en términos de la causa de protección de los animales, nosotros estaremos al pie del cañón por ellos que no vean a los animales como mercancías y que quieran construir con nosotros una sociedad donde todos somos piezas fundamentales para tener una sociedad libre de maltrato animal.
Así es que dedico esta columna a las y los veterinarios con los que ahora estaremos trabajando de la mano, en el Bosque de Chapultepec en las oficinas centrales de Agatan así como al gran equipo que conforma con nosotros el Hospital Veterinario de Iztapalapa.
Sus retos, necesidades, aspiraciones y acciones inmediatas ahora son nuestras y con el respaldo permanente de la Secretaria de Medio Ambiente, Julia Álvarez Icaza, juntos haremos de ese valioso proyecto el mejor espacio de la ciudad para ayudar a los capitalinos que menos tienen
En mis 24 años como rescatista no imagino un solo momento donde yo hubiera hecho un rescate sin la ayuda de un veterinario. Porque no solo la vida de los animales está en sus manos sino la posibilidad de entender de acuerdo a su compartimiento y signos físico biológicos, todo le dolor y traumas físicos que soportaron antes de poder ser socorridos.
Los veterinarios, juntos con los regatistas, son la otra parte que necesitamos para salir adelante en esta construcción de una ciudad animalista y con mucho trabajo, y visión poco a poco podremos lograr que ellos estén mejor.
Así que ¡equipo hay mucho por hacer! En las calles, en las redes, en las alcaldías, en las escuelas, pero también en los consultorios clínicos. Con visión para fortalecer su papel en la ciudad y la sociedad trabajaremos tofos los días para hacer de los compromisos de Clara Brugada y las exigencias y necesidades de nuestros médicos veterinarios animalistas, una realidad
¡La CDMX será animalista o no será!