VIOLENCIA

Crisis de violencia electoral o metástasis de inseguridad

La creciente violencia en México se extiende por todos los rincones del país, o al menos eso es lo que los medios masivos de información es lo que desean que percibamos. | Ismael Jiménez

Escrito en OPINIÓN el

La violencia rampante, recorre todos los rincones de México sin que nadie pueda estar a salvo o exento de sufrir sus embates o, sucumbir ante los “ataques de la reinante delincuencia organizada, o al menos eso es lo que los medios masivos de información es lo que desean que percibamos. 

Que hay más muertos en este sexenio que en ningún otro gobierno, sería cosa de analizarlo a detalle y cruzar toda la información disponible a la mano, pero que bien valdría la pena comenzar por las pilas de expedientes acumulados en los juzgados y no necesariamente en las morgues o en las calles que es desde donde se reportan los casos y las evidencias que los medios de comunicación replican hasta la saciedad. 

Cierto, no negamos ni mucho menos ignoramos las vidas que se han perdido en los últimos dos meses por causa de la violencia, lo cual dicho sea de paso, por momentos parece sin sentido, ni propósito pues en el caso de los jóvenes de Guanajuato, la matanza aparenta carecer de motivos. 

El asunto es que anteriormente, quienes deseaban informarse de este tipo de noticias recurrían a dos otros medios especializados en nota roja, la ¡Alarma! Era el referente de estos casos y para quienes no la conocieron, les aseguro que el medio se encargaba de colocar entre sus páginas, eventos tan o más violentos que los que hoy replica la radio y la televisión. Macheteados y descuartizados eran su portada regularmente.

Con esto no pretendemos decir que la violencia era más o igual que antes, no, lo que queremos decir, es que hoy, los medios que generalmente se entendía eran de asuntos generales, se han vuelto de nota roja y con el poder de la televisión y de los medios digitales, la propagación de esas notas en más elocuente que antes y tienen el objetivo único de mostrar un país incendiado e inseguro a toda hora. 

Si el periódico la ¡Alarma! Hubiera contado con los recursos digitales de hoy, tenga por seguro amigo lector que, todos los días sus noticias hubieran sido trending topic. El asunto que nos ocupa en este espacio es el manejo de la información y la intención de sembrar miedo y confusión ante un gobierno que para algunos, en sus palabras, prefiere abrazar a los delincuentes en vez de salir a cazarlos hasta su madriguera. 

En este espacio habíamos advertido que conforme se acercara el tiempo de las elecciones, veríamos cómo la violencia aumentaría, no porque tuviéramos una bola de cristal, si no, porque los medios se encargarían de ponerle más gasolina a una hoguera que encendió Calderón, estemos o no de acuerdo, fue su gobierno el que dio paso a los actos violentos a plena luz del día en buena parte del territorio mexicano sembrando descabezados por las carreteras, lo que habría sido un festín para los fotoreporteros de la ¡Alarma!

La violencia siempre ha estado presente, pero los medios se han encargado de matizar o acrecentar su impacto en la sociedad según convengan los tiempos electorales, ya sean locales o federales. Así, durante la jefatura de gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas en la ciudad de México en 1997, esto para quienes todavía no nacían o tenían menos de 10 años de edad, se desató una ola de violencia que hizo parecer a la capital un gobierno fallido. El objetivo, desgastar la imagen de Cárdenas rumbo a las elecciones del 2000.

Durante la jefatura de gobierno de López Obrador en la capital, también se desató “de la nada” una ola de violencia que llevó a la llamada sociedad civil a realizar su primera marcha vestidos de blanco, reclamando la destitución del jefe de gobierno y pidiendo por la “Paz”. Curiosamente en paralelo, iniciaba el proceso de desafuero, el objetivo una vez más, menguar la imagen del que se sabían sería, el candidato del PRD a la presidencia en 2006.

Curiosamente en ambos casos, nada más pasadas las elecciones, las olas de violencia e inseguridad en la capital promovida en los medios de comunicación, desaparecieron como por arte de magia. Sin embargo, la violencia real se siguió gestando y creciendo en los estados del occidente y norte del país.

Resulta curioso cómo antes de finalizar el año, como de manera casi sistemática, los actos de violencia y masacres se secundaron uno tras de otro en donde vimos lamentablemente, el deceso de muchos inocentes, pero nunca vimos, por parte de los medios, la investigación para detectar de dónde venían los ataques. Perdón, que esa tarea es del gobierno.

El presidente ya declaró que se está investigando cada caso para dar con el origen de cada hecho, pero está claro que a la velocidad con que actúa la procuración de justicia en este país, en breve se les acumularán los casos, pues parece que los grupos de la delincuencia “organizada” se han propuesto sembrar terror precisamente cerca de las elecciones de 2024.

No es casualidad tanta violencia acumulada, pues es consecuencia de un país y un Estado que por muchos años ha estado cooptado por la delincuencia organizada, tando la sicaria como la de cuello blanco, y mucho estará en juego en las elecciones de junio próximo, así que, veremos lamentablemente, más violencia en los meses por venir y mucho más señalamientos contra la estrategia de abrazos no balazos, que sus críticos no han querido entender o simplemente no les interesa entender, pues para ellos, la violencia se combate con violencia y si no hay violencia que la pare, pues entonces generan la violencia.

Así es la espiral de corrupción y violencia que tiene cooptado a este país desde hace 30 años y nos tiene sumidos en una metástasis de violencia e inseguridad.  

Ismael Jiménez 

@ijm14