LETICIA RAMÍREZ AMAYA

Leticia Ramírez Amaya: una secretaria de Educación Pública de 7

El nivel académico de la secretaria de Educación contrasta con los requisitos que se exige a quienes aspiran a ocupar una plaza del Servicio Profesional de Carrera en la SEP. | Alberto Sánchez Cervantes*

Escrito en OPINIÓN el

La conductora de noticias de Televisa, Danielle Dithurbide, entrevista a Leticia Ramírez Amaya (Ciudad de México, 1961) en su quinto día de labores como titular de la Secretaría de Educación Pública. Aunque la entrevista de ese 5 de septiembre de 2022 incluye diversas preguntas, una relacionada con el nuevo plan de estudios pone en evidencia a la novel secretaria. 

“Trátenos de poner un ejemplo, ¿cómo va a aprender un niño las matemáticas en segundo de primaria que ya esté dentro del nuevo modelo educativo?”, preguntó Dithurbide. Una pregunta inofensiva y sin jiribilla. Después de dudar cuatro largos segundos, Ramírez Amaya dijo: “No podría contestar eso”. 

El tropiezo tuvo lugar en un corredor del histórico edificio de la SEP, entre el aura del genio de Diego Rivera y a unos pasos del famoso escritorio de José Vasconcelos.

En ese momento, el hecho le dio la razón a quienes cuestionaron su nombramiento al frente de la estratégica Secretaría de Educación Pública que tiene bajo su responsabilidad la formación de más de 34 millones de alumnos de nivel básico a superior. Quienes objetaron el nombramiento de Ramírez Amaya señalaron su bajo perfil académico, su alejamiento de los asuntos educativos, su limitada experiencia para conducir el timón de la SEP e inclusive se habló del menosprecio del presidente Andrés Manuel López Obrador por la educación pública. 

También se dijo que personajes afines a la Cuarta Transformación tenían más méritos académicos para ocupar el cargo: Enrique Semo, Luciano Concheiro, Raquel Sosa (todos con nivel de doctorado y obra publicada).

Ramírez Amaya era la tercera titular de la SEP en cuatro años de gobierno de la Cuarta Transformación. 

El primero en ocupar el cargo fue Esteban Moctezuma Barragán, con estudios concluidos en economía y filosofía. Continuó Delfina Gómez Álvarez, profesora en educación primaria, licenciada en educación básica y maestra en administración de instituciones educativas. 

A Ramírez Amaya le alcanzaron los estudios de profesora en educación primaria para ocupar la oficina de José Vasconcelos. 

En la mañana del 15 de agosto de 2022, durante su presentación como futura titular de la SEP, el presidente calificó a Ramírez Amaya como una persona de su absoluta confianza, preparada, honesta y con convicciones. “Leti –dijo el presidente– tiene como profesión ser maestra, dio clases 12 años…”, aunque el dato es incorrecto. 

Hasta ese día Ramírez Amaya había sido una funcionaria pública de bajo perfil. Cuando López Obrador fue Jefe de Gobierno del Distrito Federal fungió como coordinadora de Atención Ciudadana y posteriormente fue asesora en la Secretaría del Medio Ambiente capitalina. También se había desempeñado como directora general de Atención Ciudadana de la Presidencia de la República. Fue en esta oficina donde presuntamente un ciudadano anónimo entregó la información relativa a los ingresos del periodista Carlos Loret de Mola, la cual hizo pública el presidente en respuesta al reportaje sobre el estilo de vida de su hijo mayor en Houston.

En su juventud, Ramírez Amaya fue militante de la OIR-Línea de Masas. En esa época de militancia maoísta se le conocía como “La Raquí”, su nombre de lucha clandestino. En la Escuela Normal fue integrante del grupo político-cultural Servir al Pueblo.

Como militante de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) fue activista en el movimiento magisterial que derrocó en 1989 a Carlos Jonguitud Barrios, líder moral del SNTE desde 1972. Al triunfo del movimiento ocupó la Secretaría de Organización 3 en el Comité Ejecutivo de la Sección 9 de la Ciudad de México. A partir de entonces se incorporó de lleno a la política, primero en el PRD y después en Morena. 

Cuando estudió en la Escuela Normal (1976-1980) solo se requerían estudios previos de educación secundaria. De acuerdo con información obtenida para este reportaje, egresó de la escuela secundaria número 10, “Leopoldo Ayala”, con calificación promedio de 8.7.

En cuanto a la educación normal que la preparó como profesora de educación primaria, y cuarenta y dos años después la catapultó al despacho de la SEP, obtuvo un promedio final de 7.8.

Ramírez Amaya no impartió clases 12 años, como aseguró el presidente, solo lo hizo en 9. Entre 1980, cuando egresó de la Normal, y 1989, año en que fue electa para ocupar un cargo sindical en la Sección 9 del SNTE. Los tres años de diferencia con el dato del presidente, los desempeñó como comisionada sindical (1989-1992).

En 1984 se inscribió en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) para cursar la licenciatura en Antropología Social, pero nunca terminó la carrera. Según el Registro Escolar expedido por la ENAH, de 40 materias que constaba el plan de estudios, Ramírez Amaya cursó 32 y en una de ellas no fue acreditada. 

En una constancia emitida por la ENAH el 7 de octubre de 2009 se asienta que cubrió el 77 por ciento de créditos, con 8.7 de promedio. Pese a contar con este documento, en enero de 2019 Ramírez Amaya registró falsamente en su declaración patrimonial que había finalizado la carrera. 

Ramírez Amaya abandonó las clases en la ENAH a finales de 1988, antes del inicio de las movilizaciones magisteriales de 1989. 

En 1990, mientras se desempeñaba con goce de sueldo como comisionada sindical en la Sección 9 del SNTE, se inscribió a dos materias más, aunque solo cursó una: Antropología urbana.

En el currículum de Ramírez Amaya se dice que “realizó el Programa de Alta Dirección Pública en la Escuela de Administración Pública del Distrito Federal”, pero en realidad se trata de un curso de 24 sesiones que efectuó del 24 de noviembre de 2009 al 25 de mayo de 2010, y del cual obtuvo una constancia de participación.

Los libros de texto gratuitos diseñados y editados durante la gestión de Ramírez Amaya, fueron señalados de contener múltiples errores conceptuales y en datos específicos. La propia SEP reconoció 11 casos en los libros de educación primaria en un documento intitulado “Algunas precisiones a los libros de texto gratuitos”, entre los que destacan la fecha de nacimiento de Benito Juárez y la mención de que el español es la lengua oficial de México. La revista “Letras Libres” (noviembre, 2023) documentó 47 casos más entre errores, omisiones y distorsiones en los contenidos de la materia de Historia.

En contraste, en sus memorias Jaime Torres Bodet, secretario de Educación Pública, cuenta que él y Martín Luis Guzmán, responsable de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, revisaban personalmente los originales de los libros destinados a niñas y niños. Para entonces Torres Bodet ya había escrito 14 poemarios, 7 libros de narrativa y múltiples ensayos; y Martín Luis Guzmán se había consagrado con dos novelas que marcaron huella en la literatura mexicana: “El águila y la serpiente” y “La sombra del caudillo”. La trayectoria académica y el bagaje cultural de un secretario de Educación Pública son indispensables al momento de hacer una tarea como esa. De Ramírez Amaya no se conoce ningún artículo publicado.

El historial académico de Ramírez Amaya contrasta con el del resto de sus compañeras y compañeros de gabinete quienes cuentan con estudios de licenciatura, maestría o doctorado, excepto Ariadna Montiel Reyes, secretaria del Bienestar, quien tiene licenciatura trunca en arquitectura por la UNAM.

Montiel Reyes y Ramírez Amaya cuentan con el perfil académico más bajo en el gabinete de López Obrador.

El nivel académico de la secretaria de Educación también contrasta con los requisitos que se exige a quienes aspiran a ocupar una plaza del Servicio Profesional de Carrera en la SEP. Para concursar por una plaza de director general, director de área, subdirector y jefatura de departamento, se requiere contar al menos con título de licenciatura.

Las personas que pretenden ocupar una plaza docente en educación preescolar, primaria, secundaria y media superior, también deben contar con título de licenciatura.

En noviembre de 2019, para justificar el cuestionado perfil de algunos de sus funcionarios, el presidente López Obrador acotó: "¿Y saben qué es lo que más me importa, más que la experiencia? La honestidad. Ya para irnos entendiendo mejor, o sea, porque hay quienes tienen mucha experiencia, están graduados hasta en universidades del extranjero, tienen hasta doctorados, pero son deshonestos. Y a nosotros lo que más nos importa, lo que más nos importa de todo es la honestidad. Si hablamos en términos cuantitativos, 90 por ciento honestidad, 10 por ciento experiencia”.

* Periodista egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Autor del gran reportaje “Maestros bajo control. Clientelismo político en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación” (en prensa).

Alberto Sánchez Cervantes

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