Hace unos días iniciamos una serie de artículos que tienen la intención de informar sobre los principales problemas de México y las cifras que nos dejan.
La primera entrega fue sobre salud y sobre el desastre en el que se convirtió el sistema de salud, dejando cerca de un millón de muertes que pudieron ser evitadas. En la segunda entrega hablamos de seguridad y de la forma en que se han disparado las cifras en todas las materias, pero principalmente la de homicidios. La tercera semana hablamos de niñas, niños y adolescentes; la forma en que han sido abandonados, y las cifras que dejan sin aliento a propios y extraños. La cuarta semana hablamos sobre el abandono al campo y hoy abordaremos el tema económico.
Ciertos logros o situaciones como el aumento al salario mínimo, el precio del dólar o el “nearshoring” han hecho parecer que la situación económica es positiva y en algunos aspectos lo es, no obstante, analizando a mayor profundidad es notorio que la conducción económica ha sido deficiente y desde señales duras, como la renuncia del Secretario de Hacienda iniciando el sexenio o el aumento exponencial de la deuda tanto del gobierno como de Pemex y CFE, se puede deducir que la realidad es negativa y lo es en la mayoría de los aspectos. Los datos:
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- En los primeros cuatro años del sexenio aumentó la inversión extranjera directa 2.8% y aunque seguramente habrá quien presuma esto como logro, en EEUU aumentó 40.3%, en Guatemala 37.8%, en Chile 162.7%, en Uruguay 440%, en Perú 84.7% y en Colombia 49.3%... eso por nombrar países de la región, en Suecia aumentó 772.3% y en Singapur 92%... Sí hay un nearshoring, sí hay capitales buscando lugares para invertir, pero con la falta de agua, de energía y de condiciones políticas (seguridad, certeza jurídica, corrupción, etc.) estamos dejando pasar la oportunidad.
- Somos el lugar 60 de 190 en facilidades para hacer negocios. Lugar 120 en pago de impuestos, 107 en apertura de negocios y 106 obtención de electricidad…para obtener electricidad se tienen que realizar siete trámites (el promedio en países de la OCDE es 4.4), tardan 112 días (en AL el promedio es 66.8) y cuesta casi 5 veces más que en el promedio de países de la OCDE. En foros recientes me tocó escuchar empresarios que denuncian que tienen que poner toda la infraestructura y “regalársela” al gobierno para tener energía.
- Sumando que el Ejército hoy hace infraestructura, que la inversión pública ha caído (y no sólo en nueva infraestructura, también en mantenimiento (eso es notorio en las carreteras o en los accidentes del Metro)), que 8 de cada 10 contratos gubernamentales se asignan directamente (corrupción), que la deuda pública ha crecido al grado de que estará por arriba del 50% del PIB (eso es más que el Fobaproa, que llegó al 39.8%) y que la deuda se está utilizando para gasto corriente, el resultado es obvio: el PIB es como en el gobierno de Miguel de la Madrid, hay cerca de 50 millones de personas en pobreza (400 mil han caído en pobreza extrema en este sexenio) (y si le sumamos pobreza por carencias o por ingreso la cifra llega al menos a 90 millones de personas)… y la deuda per cápita ha incrementado $42,592.43 pesos; o sea hoy cada mexicano debemos: $126,785.39
- Si a las cifras anteriores se les suma el desastre del sistema de salud y del sistema educativo es poco esperanzador pensar a futuro.
En fin. Se puede hablar de ciertos aspectos positivos pero la suma final es sumamente negativa y lo es por falta de voluntad política y visión. La situación económica exige un cambio de rumbo profundo y eso no será una realidad a largo plazo sin una reforma fiscal (de preferencia iniciando el siguiente sexenio), y cambios sustantivos en seguridad, salud y educación.
Vamos con el 2024.