Hace tres semanas iniciamos una serie de artículos que tienen la intención de informar sobre los principales problemas de México y las cifras que nos dejan.
La primera entrega fue sobre salud y el desastre en el que se convirtió el sistema de salud, dejando cerca de un millón de muertes que pudieron ser evitadas. En la segunda entrega hablamos de seguridad y de la forma en que se han disparado las cifras en todas las materias, pero principalmente la de homicidios. La semana pasada hablamos de niñas, niños y adolescentes; la forma en que han sido abandonados, y las cifras que dejan sin aliento a propios y extraños. Hoy abordaremos el tema del campo en nuestro país y cómo ha sido abandonado.
- El sector agrario representa 13% del empleo en México, con 27.2 millones de personas involucradas.
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- Existen cerca de 5 millones de unidades de producción trabajando en 32 millones de hectáreas; aunque 3 millones de hectáreas permanecen inactivas por problemas legales o de crédito. Aproximadamente 46% del área rural de México, equivalente a 192 millones de hectáreas, sin ser plenamente aprovechada.
- El crecimiento en el sector agrario ha disminuido significativamente, pasando de un promedio de 6% en 2012 a solamente 1.20% durante el gobierno de López Obrador.
- Alrededor del 47% de las unidades de producción enfrentan dificultades para comercializar sus productos, lo que limita su crecimiento y rentabilidad. De hecho, únicamente el 6% de las unidades de producción agrícola se consideran empresas con capacidad de comercializar sus productos a nivel nacional e internacional, y el mismo porcentaje tiene acceso a crédito institucional.
- El apoyo gubernamental al sector agrícola es solamente el 0.6% del PIB, el más bajo entre los países de la OCDE.
- La sequía que ha alcanzado a más de la mitad del país afecta directamente al campo mexicano. Es lógico que el riego se vea afectado, pero también el ganado se ve mermado ya que debe ser alimentado artificialmente y eso es mucho más costoso para el productor que en la mayoría de los casos prefiere vender barato, que esperar y alimentar artificialmente.
- De hecho, según la Unión Ganadera, se ha perdido más del 50% del ganado.
- Otro factor que ha generado grandes problemas es el aumento en más de 300% del precio de los fertilizantes (esto está relacionado con la guerra de Rusia contra Ucrania ya que de allá venían) y la falta de sensibilidad del gobierno para hacer algo al respecto.
- La apicultura también ha sido muy afectada por la falta de agua ya que al no haber flores ni agua las abejas tienen que ser alimentadas artificialmente, y esto además de ser costoso representa que se puede recoger una o dos veces al año miel de las colmenas, cuando lo común era el doble. Además, se necesita que se apliquen insecticidas amigables con las abejas.
- Tampoco ha tenido atención la pesca y la acuacultura en donde no hay inspección ni vigilancia y en donde está viva la amenaza norteamericana de un embargo total (se discute en el legislativo de los vecinos)
- La lógica del libre comercio con América del Norte afecta al campo mexicano ya que en Estados Unidos hay muchos más subsidios para los productores.
- Como la mayoría de las secretarías, direcciones y programas del gobierno federal, los enfocados al campo están desmantelados y de cerca de 150 programas han dejado sólo 50. No es casualidad que el medio esté en crisis.
- No hay apoyo financiero (Nafin), no hay precios justos de garantía, no hay apoyos para adquirir forrajes y los fondos para el campo se han visto mermados. También, anteriormente existían varios programas de apoyo para las mujeres del campo y todos han sido desmantelados.
En fin, el campo mexicano está en crisis y si le sumamos el abandono de los sistemas educativo y de salud, además puede ser una condena de muerte para quienes viven de eso. Han sido 5 años de retrocesos en lo referente al campo y llevará décadas establecer de nuevo un sistema que sea funcional y realmente productivo.
El presidente López Obrador se ha llenado la boca hablando de “soberanía alimentaria” pero no estamos ni cerca de no depender de las importaciones para que haya alimentos en nuestro país.