Analistas y empresarios están más que preocupados por la fragilidad de las finanzas públicas: en los próximos meses se agravarán las presiones al gasto y continuará el déficit público “históricamente alto”.
Por si esto no fuera poco, se tendrán que subsidiar las pérdidas que dejarán las mega obras del actual gobierno: el Aeropuerto Felipe Ángeles, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya.
Bajo este panorama nada alentador, a la próxima administración le será muy difícil reducir el déficit y frenar el crecimiento de la deuda.
El próximo año y en 2025, nos dicen, el gobierno se enfrentará a “diversos riesgos” de insostenibilidad, ya que tendrá pocos márgenes de maniobra para enfrentar la debilidad de los ingresos públicos y las altas necesidades del gasto público en los tres órganos de gobierno. Otra mala noticia para los expertos es que al menos en el sexenio del presidente López Obrador, se descarta una reforma fiscal integral que permita fortalecer los ingresos.
El Presupuesto para 2024 sí plantea un aumento de gravámenes mal entendido, ya que la tasa de ISR sobre intereses pagados por el sistema financiero se multiplicará por 10, es decir, pasará de 0.15% a 1.48%, medida que nos dicen los que más saben, es una doble imposición y regresiva, ya que afectará principalmente a quienes tienen menores ingresos.
Nos adelantan que en el pliego petitorio que las cúpulas empresariales presentarán a las candidatas a la presidencia para el 2024, destaca: recuperar la cobertura de la salud pública para 30 millones de mexicanos que la perdieron entre 2018 y 2022; resolver los rezagos educativos que se registraron durante la pandemia, recomponer el sistema de seguridad pública con estrategias claras y recursos suficientes, invertir en infraestructura –la que presenta un descuido importante– y elevar el presupuesto para enfrentar los mayores gastos por el servicio de la deuda.
También propondrán una reforma fiscal integral que evite el aumento de impuestos, pero que sí aumente la base gravable, que asegure la tributación de los evasores del ISR, en especial de los proveedores de servicios y arrendadores, además de combatir la ilegalidad.
En la lista de propuestas de los empresarios se plantea una mayor eficiencia en la recaudación del IVA, así como reducir el uso del efectivo, ya que al mes el circulante supera los 20 mil pesos por persona, por lo que se requiere limitar su uso para transacciones.
Por lo pronto, el presupuesto para el 2024 ya generó que distintas casas de análisis ajusten las previsiones de crecimiento económico por las implicaciones que tendrá en el marco macroeconómico. Algunos efectos por la “relajación fiscal” generarán una mayor inflación y tasas de interés más altas de las que estima el gobierno federal.
En cónclave las casas de empeño
Los que trabajarán a marchas forzadas esta semana, son los integrantes de la Asociación Mexicana de Empresas Prendarias (Amespre) quienes se reunirán el próximo 28 y 29 de septiembre en el Primer Congreso Internacional de esta industria.
El encuentro tiene como objetivo llevar a cabo un análisis a fondo del sector y buscar los mecanismos necesarios para que el empeño sea un apoyo importante para quienes requieren de efectivo de manera inmediata.
Así las cosas…