El pleno ejercicio del derecho fundamental a la libertad de expresión, en cualquier Estado democrático, es esencial para potenciar el ejercicio de otros derechos fundamentales y libertades individuales. Es condición necesaria para la existencia de una sociedad informada y plural.
La libre circulación de ideas genera una ciudadanía más activa, crítica e interesada en participar en la vida pública del país. Con la llegada de las nuevas tecnologías de la información y el auge de las redes sociales, las personas acceden en tiempo real a todo tipo de información y les permite comunicarse directamente con otras personas y generar o compartir contenidos digitales en formatos de texto, imágenes, audio y video.
Bajo esa nueva forma de interconectividad, medios de comunicación y sociedad civil ocuparon ese espacio como fuente de información, análisis y discusión. La velocidad de propagación y procesamiento de información no pasaron desapercibidas al modelo de comunicación política y partidos políticos y sus candidaturas, hicieron de ese espacio, un medio alterno para ofertarse políticamente.
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Esos canales de comunicación no están exentos de la persuasión. El uso de plataformas digitales, para fines político-electorales, les permiten generar flujos conversacionales para favorecer sus ideas, opiniones y posturas sobre determinados temas, apostando a la “viralidad” virtual en la propagación de algunos de sus mensajes.
Como todo medio de comunicación, las redes sociales pueden generar sesgo informativo o “líneas editoriales”, a partir de la difusión de noticias falsas o verdades a medias.
Bajo un nuevo esquema de comunicación política digital, las estrategias de desinformación pueden ser usadas como herramientas encubiertas de propaganda electoral, cuyo fin sea manipular el ánimo del electorado para obtener el resultado favorable el día de la elección, o bien, para generar animadversión de contrincantes electorales.
La desinformación digital, ha incorporado al juego democrático una nueva variable que pudiera ser perniciosa para la integridad de los procesos electorales, ya que, a través de la manipulación de datos, discursos, declaraciones o posicionamientos, se pretende incidir en la narrativa de las campañas electorales e incluso, en el desarrollo de los trabajos inherentes al proceso electoral.
Ante estas contingencias, el Instituto Nacional Electoral ha tenido que adaptarse a esta nueva realidad comunicacional e implementar diversas líneas de acción y estrategias proactivas y efectivas para combatir las noticias falsas y la desinformación, cuya finalidad es garantizar elecciones justas, equitativas y transparentes.
Para ello, se han celebrado diversos convenios de colaboración Facebook, Twitter y Google, para prevenir e identificar las fake news, así como para difundir información veraz y útil para la ciudadanía.
En la pasada elección presidencial de 2018, el INE acordó proporcionar a Facebook, en tiempo real, información relacionada con los resultados del PREP y videos con información relacionada con el desarrollo del proceso electoral. Con Twitter, se acordó asesoría al INE para la generación de un Bot que pudiera compartir información relevante del proceso electoral y con Google, se convino que la empresa podría enviar a sus usuarios diversa información relevante del proceso electoral, pero siempre siguiendo sus términos y políticas.
Por otra parte, desde la elección de 2018 y hasta este proceso electoral, el INE ha implementado el proyecto institucional denominado #Certeza, cuyo objetivo es combatir directamente la difusión de noticias falsas, imprecisas o que puedan poner en riesgo las elecciones tanto a nivel nacional como local.
A través del proyecto #Certeza, se realiza un monitoreo de redes sociales y medios tradicionales (periódicos, radio y televisión) para detectar la circulación de información que pudiera ser falsa; una vez hecha la detección, diversas áreas del INE analizan su veracidad a fin de detectar si es correcta, imprecisa o es totalmente falsa; en caso de ser necesario, se generan materiales y/o evidencia que desmienta los hechos incorrectos o las noticias falsas para su posterior difusión en los canales institucionales; sin fin es garantizar la integridad de los procesos electorales y dotar de seguridad a la ciudadanía sobre la veracidad de la información que gira en torno a las elecciones.
Esta línea de acción ha sido de una gran utilidad en el sano desarrollo de los recientes procesos electorales; por ejemplo, en la pasada elección de la Gubernatura del Estado de México, se desmintió una noticia falsa relacionada con el supuesto hecho de que una persona armada impedía a las personas votar, cuya finalidad era desalentar a las personas para que no asistieran a las casillas a ejercer su derecho al voto. Como resultado, al día de hoy, se han se han detectado y desmentido 1,301 noticias falsas.
En la siguiente entrega, esbozaré las acciones que la autoridad electoral nacional ha emprendido para proporcionar a la ciudadanía mayor información acerca de las personas que son postuladas a una candidatura nacional y estatal.