Largo ha sido el camino que han tenido que recorrer las autoridades electorales, principalmente los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE) para integrar, además de las urnas tradicionales, mecanismos electrónicos como las urnas electrónicas para recibir la votación de la ciudadanía.
Estos instrumentos fueron utilizados por el órgano electoral del estado de Coahuila a partir de 2005. Desde entonces varias instituciones electorales las han utilizado en proporciones menores para diversos ejercicios que van desde su uso de forma no vinculante para conocer la aceptación y opinión de la ciudadanía, pasando por diversos ejercicios de consulta en universidades, para la aplicación de diversas políticas públicas, hasta su uso de forma vinculante para recibir la votación de las y los ciudadanos en diversas elecciones.
En este sentido, los OPLE han sido las instancias pioneras en su uso como un mecanismo que facilita el registro del voto, permite la obtención de resultados de forma mucho más rápida que con la urna tradicional y genera confianza en la ciudadanía, tal cual lo han reportado diversos informes presentados por dichas instituciones.
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Para el caso del Instituto Nacional Electoral (INE) que llega retrasado en comparación con los OPLE en el uso de las urnas electrónicas, tuvo apenas su primer ejercicio de forma vinculante en 2020 cuando determinó realizar un ejercicio con urnas electrónicas en 94 casillas electorales en las dos entidades que tuvieron elecciones locales; 54 en Coahuila y 50 en el estado de Hidalgo. De los resultados obtenidos destaca que el 91% de la ciudadanía encuestada manifestó que le resultaba fácil usar urnas electrónicas; 80% refirió que le resultó un proceso rápido y el 85% señaló que le gustaría volver a utilizar las urnas electrónicas.
En el proceso electoral federal y local 2020-2021, se instalaron solo 100 urnas electrónicas; 50 para el estado de Coahuila y 50 para Jalisco que representaron apenas el 0.06% del total de las más de 163 mil casillas que fueron instaladas a lo largo y ancho del país en dicha elección.
Para el proceso electoral local 2022-2023 el INE acordó, de nueva cuenta, el uso de la urna electrónica, en donde, en un principio se habían proyectado utilizar 238 urnas electrónicas; 164 para el Estado de México y para Coahuila. No obstante, y debido a algunas inconsistencias en las urnas de Coahuila se canceló el ejercicio en dicha entidad por lo que el ejercicio se redujo solo a 164 casillas.
Para recibir el voto de las y los mexicanos residentes en el extranjero, se instalaron 3 urnas electrónicas modelo 7.0 propiedad del INE por cada sede consular en Dallas, Los Ángeles, y Chicago, Estados Unidos y dos urnas electrónicas para cada sede en Montreal, Canadá-
Ahora para la elección de 2024, en donde se renovará la Presidencia de la República, el Senado, la Cámara de Diputadas y Diputados, así como las diversas elecciones locales que se registrarán en las 32 entidades federativas, el INE tiene la gran oportunidad de dar un importante paso en la utilización de urnas electrónicas.
De entrada, si el INE quiere contar con mayores resultados sobre los beneficios y las áreas de oportunidad en la utilización de urnas electrónicas, deberá hacer un esfuerzo mayúsculo para instalar un número mayor de urnas electrónicas en diversos tipos de casillas, por ejemplo, básicas, contiguas y especiales. Los resultados obtenidos, seguramente darán suficiente información para seguir avanzando en este proyecto que el INE y los OPLE impulsan.
Finalmente, y a raíz de que el INE presentara su modelo de urna electrónica 7.0 sería conveniente que las autoridades electorales se reunieran para analizar la conveniencia de contar con un modelo único que tenga la mejor funcionalidad, menor costo y operación para facilitar el voto de las y los ciudadanos. De lograrlo, estaremos avanzando en modernizar diversos procesos electorales que beneficia el desarrollo de las elecciones.
Veremos en su oportunidad que resuelven las autoridades electorales administrativas.