La entrada del huracán Otis en las costas de Guerrero es el de mayor categoría (5) ha tocado tierra en el pacifico mexicano. Nunca se había tenido registro de un huracán que entrara por el Pacifico que tuviera esa categoría y fuerza, de acuerdo a datos del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC). Debido a que nunca había tocado tierra un huracán categoría cinco en territorio nacional los daños en la costa de Guerrero, pero en especial en Acapulco y municipios aledaños fueron devastadores.
Fue emitida la declaratoria de emergencia para dar aviso a la población horas antes de la entrada del huracán Otis, pero no se estaba preparado para un huracán de esa categoría y fuerza destructora, por lo que se activaron el Plan DN-III-E y Plan Marina para la prevención y control de los riesgos del impacto destructivo sobre la vida y los bienes de la población.
El día jueves 26 de octubre los mexicanos nos levantamos con mucha incertidumbre y poca información de lo que había pasado en Guerrero, en específico en Acapulco y municipios cercanos. Las noticias eran pocas y diversas, muchas versiones informaban que el puerto de Acapulco estaba destrozado, se supo que no había luz, ni servicios telefónicos, que los daños eran fuertes en la zona hotelera del puerto. Poco a poco la información fue llegando por diferentes medios de comunicación y personas que tuvieron comunicación con familiares. Las Fuerzas Armadas, junto con la Guardia Nacional, iniciaron los trabajos de limpieza y reconstrucción de las vías de comunicación, de acuerdo a lo que establecen las fases del Plan DN-III-E y el Plan Marina para auxiliar a la población civil en casos de desastres.
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Como es natural en estas situaciones, la poca información por la falta de servicios de comunicación fue creando un vacío en la información que se fue llenando con muchas notas desinformando sobre lo sucedido. Hablaban de situaciones falsas y se fue nutriendo por diversos medios de comunicación y mensajes en redes sociales que desinformaban sobre lo que era importante: apoyar a la población civil.
Conforme han pasado los días, se han restablecido servicios de comunicación, las carreteras ya están habilitadas para poder llegar directamente al puerto de Acapulco. Se puede observar el apoyo de las Fuerzas Armadas, la Guardia Nacional y diferentes instituciones gubernamentales apoyando en los trabajos de recuperación de las zonas afectadas.
Como todo lo que sucede últimamente en nuestro país, este suceso de la naturaleza sirvió para que los opositores del gobierno informaran de las carencias que tiene la sociedad civil, pero también para desinformar e inventar supuestos audios que señalaban a elementos de la Guardia Nacional participando en robos. Decían que le robaban a la gente sus pertenencias y que no había paso directo por carretera hacia el puerto de Acapulco, lo cual incluso fue desmentido posteriormente por varios líderes de opinión, opositores al mismo gobierno, aclarando que era falso que el Ejército, la Marina o la Guardia Nacional estuvieran negando el paso o reteniendo los insumos que las asociaciones civiles o grupos organizados llevaban como donación a la población de Acapulco.
Es importante señalar que contrario a lo que muchos comunicadores y medios han hecho creer a la gente, es falso que el Ejército y la Marina estén reteniendo víveres a las personas que quieren donarlas en Acapulco. Lo que sí existe una declaratoria de desastre natural emitida por el Gobierno Federal, y tal y como lo señala la ley General de Protección Civil, se toman las medidas de seguridad que se deben seguir y respetar. De igual manera, SEDENA al Implementar el Plan DN-III-E crea un puesto de mando en coordinación con la SEMAR y el Plan Marina para ser ellos los que organizan y realizan el uso de los recursos materiales y humanos, con las demás dependencias gubernamentales de los tres niveles de gobierno hasta que se regularice la situación. Es decir, se crea un teatro de operaciones o centro de mando para ser operados los planes de ayuda. Esto ha sido siempre así en México desde 1966, que fue la primera vez que se aplicó el Plan DN-III-E en nuestro país, y que no tiene nada que ver con cuestiones de carácter político electoral como algunos tratan de hacer creer a la sociedad.
Han pasado pocos días de la tragedia, pero los servicios más básicos se están restableciendo, no será una tarea fácil y se necesitará mucho trabajo, esfuerzo y recursos para recuperar a Acapulco y municipios afectados a la normalidad. Tengo confianza que con la SEDENA y la SEMAR, así como con el apoyo del gobierno federal y ciudadanos organizados se podrá dar pronta respuesta a los estragos que dejó este desastre natural.
Más allá de fobias o posturas políticas hoy lo importante es apoyar a nuestros hermanos de Guerrero y dejar de mentir, difamar, tergiversar, calumniar por conseguir un beneficio político o personal.
Mi reconocimiento como siempre a los elementos del Ejército Mexicano, de la Armada de México, la Guardia Nacional, la Comisión Federal de Electricidad, Protección Civil, Policías de la Secretaria de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Policía Estatal de Guerrero, Policías Municipales y todas aquellas personas trabajadoras del gobierno o de la sociedad civil que han apoyado a nuestros hermanos en desgracia, para ellos todo mi reconocimiento y respeto.
Por último, el día sábado 29 de octubre tuve oportunidad de ver la entrevista que le hicieron en canal 40 al General Salvador Cienfuegos Zepeda, quien fuera Secretario de la Defensa Nacional con el Presidente Enrique Peña Nieto. Lamentablemente el que utilizaran a Jorge Fernández Menéndez le restó credibilidad a la entrevista, ya que en la SEDENA entiendo tienen cierto gusto por periodistas de su tipo. Recordemos que fue el mismo que entrevistó al General José Rodríguez Pérez al interior de la prisión militar del Campo Militar número uno, acusado de la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, cuando fungía como comandante del 27 batallón de infantería.
Ese mismo Jorge Fernández Menéndez, al que le mandaban los boletines para escribir sobre determinados temas, es el mismo al que le pagaron por escribir algunos libros y que lo han recibido en la quinta galeana para desayunar con todos los honores. Sí, a ese mismo que ha traído escoltas militares y que un secretario de la defensa le regaló un arma de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas con todo y su permiso, aunque no estaba permitido; y que curiosamente esa arma apareció en manos de algunos criminales. Ese que aparece en las listas del The New York Times y que fue exhibido por el Gobierno de México como uno de los periodistas que recibían pagos, o como se le dice chayote, del gobierno de Enrique Peña Nieto. Ese al que su credibilidad solo se la creen en la SEDENA y en algunos medios corporativos, fue al que se les ocurrió utilizar para que el General Cienfuegos le diera una entrevista exclusiva de lo que había pasado al momento que fue detenido y durante su proceso judicial.
¡Caray, si yo fuera desconfiado pensaría que fue la misma SEDENA quien le sugirió al General Cienfuegos que le diera la entrevista a dicho personaje! En realidad, no creo que nadie sea tan estúpido para pensar que un tipo, al cual no lo sigue nadie, con cero carisma, con pésima reputación y odiado por la sociedad en general por ser un patiño del poder, pudiera ser recomendado por la Secretaría de la Defensa Nacional. Curiosamente ese Jorge Fernández Menéndez era a quien utilizaba cierta Cofradía de Poder Militar, que se autodenominaban el Sindicato, para que fuera uno de sus voceros. Así que no creo que nadie fuera tan estúpido como para haberle recomendado a ese personaje, en lo particular, al General Cienfuegos, tal vez él lo escogió, tal vez se sintió en confianza por los viejos tiempos. Sin embargo, creo que perdió una oportunidad muy importante para contar su verdad, ya que al utilizar a ese patiño perdió la poca credibilidad que pudo tener su versión.