POLARIZACIÓN

La trampa de la polarización

Un país dividido difícilmente sale adelante. | Marco Adame

Escrito en OPINIÓN el

México vive inmerso en un peligroso proceso de polarización política que amenaza la estabilidad social, la vida democrática, el crecimiento económico y el desarrollo del país.

Salir de la trampa de la polarización es uno de los mayores retos para quienes impulsan la alternativa democrática en las próximas elecciones, ya que el riesgo no se agota en el proceso electoral; y es el mayor desafío para quienes proponen los gobiernos de colación para reconstruir el país, ya que supone un ejercicio abierto de pluralidad y de reconciliación nacional.

El grupo en el poder usa la polarización como arma político electoral, la división y el enfrentamiento que se propone desde la conferencia mañanera es el detonador de la estrategia que han elegido para mantenerse en el poder. En ese sentido, la retórica populista es algo más que un discurso maniqueo para dividir al país en buenos y malos.

La oposición debe evitar caer en la trampa que a diario le pone el presidente, la candidata oficial y los voceros del régimen. Construir el discurso opositor desde la agenda presidencial sería una ingenuidad y un grave error de cálculo político, de pronóstico reservado, con tres efectos indeseables: metería a AMLO a la boleta, aumentaría la polarización y nos llevaría a una elección plebiscitaria. Ese es un escenario perdedor.

La fuerza opositora debe asumir que la propuesta de cambio y esperanza, que incluye a los gobiernos de coalición, debe ser una propuesta innovadora y disruptiva, no una respuesta visceral o reactiva, pues la salida al país no está en un cambio de manos en el poder ejecutivo, La propuesta de fondo es un cambio de régimen que asuma la promoción y defensa de la democracia y las libertades y que nos aleje de la polarización de cualquier signo. La agenda de la esperanza y de la paz, debe incluir el compromiso con la seguridad y con una política social y económica que garantice que nadie se quede atrás.

De ahí la importancia de construir una narrativa convocante, con propuestas de mejora, que ponga en movimiento a los ciudadanos que se ha alejado de las urnas por indiferencia o conformismo. Para este propósito, no basta la movilización y las maquinarias partidistas; el voto duro de los partidos es, en ese sentido, un voto cautivo que resulta claramente insuficiente para ganar, ante la amenaza de una elección plebiscitaria impulsada con toda la fuerza de estado.

El crecimiento económico y el desarrollo del país con seguridad, justicia y paz, requiere de políticas claras y de la unidad de la mayoría los mexicanos -muchos de ellos jóvenes y mujeres- en torno un propósito general que mejore lo que se ha logrado hasta ahora. Una propuesta de país que deje atrás la polarización, que logre una unidad básica, que apoye a las familias que quieren salir adelante y que deje claro que un país dividido, partido por la mitad como hoy se encuentra, difícilmente sale adelante.

Hay mucho que hacer para vencer el escepticismo y recuperar la esperanza, las próximas elecciones serán un parteaguas y una oportunidad para lograrlo, si logramos salir de la trampa de la polarización.

 

Marco Adame

@MarcoAdame