México, desde que llegó López Obrador, ha tenido una conducta internacional sumamente errática y perdió un liderazgo internacional que se tenía desde décadas atrás, posiblemente desde el Tratado de Tlatelolco. Durante muchos años el juego se trató de mediar entre los dos polos que existían en el mundo, el capitalista y el comunista, de hecho, el concepto que todavía se usa de “tercer mundo” o de país “tercermundista” viene de esa época; cuando estaban los países de primer mundo como EU y los de tercero, como nosotros, pero el “segundo mundo” no se mencionaba y era por ser considerado a los comunistas.
Después de esa época, que se podría decir que terminó en noviembre del 89 con la caída del Muro de Berlín, o en su defecto con la disolución de la Unión Soviética en diciembre del 91, la política internacional se hizo un poco más simple, en un concepto dicotómico enfrentado, pero más complejo, en un concepto multilateral. Es en esa época cuando surgen los conceptos de “hard” y “soft power”, que acuñó inicialmente Joseph Nye, y que tenían mucho que ver con la posibilidad de llevar las coincidencias axiológicas a la relación entre países; más adelante el concepto de diplomacia cultural sustituyó esa visión y las relaciones económicas que primero sólo eran entre países con valores común se han sustituido por una visión más pragmática.
México, a partir de su consolidación democrática marcó una política internacional de denuncia a los países que no respetan los derechos humanos, a los gobiernos autoritarios y a los dictadores. La presencia en espacios como el Consejo de Seguridad nos obligó a tomar partido claro y nos pusimos del lado de la libertad; sin embargo, el mundo otra vez se empieza a ver en dos polos y de unos años a la fecha ya no se ve a México del lado de los derechos humanos y eso pasa por una razón: López Obrador se siente más cómodo con los autoritarios. Algunos comentarios al respecto:
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- Si López Obrador convoca a una cumbre en Palenque y sólo asisten los mandatarios de Haití, Honduras, Cuba, Venezuela y Colombia, no sólo hace evidente el poco liderazgo que tiene nuestro presidente, hace evidente el lado que está tomando en el concierto mundial parado con los dos dictadores de la región, y con los países que más expulsan migrantes.
- Si creen que firmar una carta pidiéndole a los EU que “levanten sanciones” contra Cuba y Venezuela para reducir la migración va a reducir la migración es que no han entendido el problema.
- La gente no se va de Cuba porque haya un bloqueo, se va de Cuba porque no hay oportunidades y el mal gobierno. El principal problema es que el 88% de los cubanos viven en pobreza extrema y que no hay libertad ni para salir del país. Hay crisis alimentaria, corrupción, inflación y una dictadura que ha acabado con todo.
- Lo mismo pasa con Venezuela. Fue uno de los países más ricos del mundo en alguna época. Entre 1950 y 1980 se le reconoce una época dorada y fue tan rico que incluso le llegó a prestar dinero a los Estados Unidos. Chávez llegó al poder en 1998 y de ahí empezó el problema, aunque todavía con un país rico. Ahora es de los más pobres, con menor escolaridad, informalidad y un régimen totalmente autoritario. La dictadura tiene presos políticos y exiliados al por mayor y eso no es culpa más que del mismo país. La semana pasada ganó las primarias la oposición a Maduro y ojalá salgan de ese bache.
- Ver a López Obrador celebrar a esos países, celebrar el autoritarismo y recibir dictadores es preocupante. El ejército ruso en el desfile de independencia en plena invasión a Ucrania es otro mensaje. Las vacunas contra el Covid que compra México son la rusa y la cubana, ninguna de ellas aprobada por la OMS.
Ese es el México que proyecta AMLO con Morena, el de sus amigos dictadores. No sale con los presidentes de Europa o Norteamérica que siguen promoviendo la libertad y la democracia; no vienen a México. Habla de que nadie se debe meter ni opinar de las dictaduras, pero no deja de opinar y atacar a las democracias y a los países libres… ¿de qué lado está México? La libertad y la democracia son el único camino hacia el progreso y hacia el crecimiento económico… ¿de qué lado queremos estar?