Las imágenes del conflicto en Medio Oriente son desgarradoras. Es la guerra y sus horrores sin filtros ni matices. Video en tiempo real, y cada bando las aprovecha como quiere o las difunde sin restricciones, ni contexto ni datos. En lo único que coinciden, es en el testimonio crudo de una guerra despiadada sin cuartel.
Mientras escribo estas dolorosas líneas, se reporta el criminal bombardeo sobre un hospital en Gaza, con cientos de muertos como saldo: niños, adultos, mujeres y hombres de todas las edades. El infierno. Y sin embargo, hasta este momento no sabemos quién realmente lo hizo, ¿Fue la Yihad Islámica por error? O ¿Fue una decisión del ejército israelí? Ninguna respuesta dejará satisfecho a nadie y mucho menos le regresará la vida a esos niños palestinos que no jugarán más y que no se les dio la oportunidad de hacer una vida.
Los daños y la tragedia no terminan con los muertos, la cadena de relaciones familiares quedan rotas para siempre y el único pensamiento humano posible a botepronto, solo genera odio y ánimo de venganza; así llevan décadas en esa zona. Y eventos catastróficos como este solo son combustible para irradiar terror y odio más allá de la franja de Gaza.
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¿Y los medios, o nuestros colegas en la región? ¿Es realmente posible una cobertura oportuna, eficaz y objetiva, en medio de tanta sangre dolor y desinformación? Además, ¿qué papel están jugando las redes sociales, y los improvisados influencers, en este contexto? ¿Por qué vía está usted informándose sobre el desarrollo de la guerra? ¿Diarios, radio, televisión, portales, redes o WhatsApp? ¿A quién le cree usted?
Esta guerra dejará miles de muertos y cientos de preguntas. Nos robará el sueño y será referencia por años de la capacidad infinita de destrucción y muerte que podemos generar como especie.
Y mientras esa inefable guerra sigue su curso, surgen nuevos perfiles de testigos presenciales que no se, si llamar periodistas o testigos circunstanciales con Drone e Instagram a la mano, que igual toman fotos que video, pero adicionalmente se registran a ellos mismos cargando cadáveres o llorando en un hospital mientras nos cuentan lo que sucede en Gaza. Un ejemplo de lo anterior es Motaz Azaiza, vive en Gaza y sin duda es bueno con lo que hace, lo siguen más de cuatro millones de personas de todo el mundo desde la guerra y creo que honestamente trata de ser neutral y honesto, aunque claramente no siempre lo logra, pero se entiende, se arriesga diario y cada tanto muere un amigo o familiar suyo en esa pesadilla. Imposible pedir más de lo que hace, pero, si se le puede exigir profesionalismo y responsabilidad, que creo, hasta ahora lo ha demostrado sin problemas. Síganlo en Instagram en @motaz_azaiza y vean sus testimonios.
Es claro que viene lo peor, Israel no se detendrá después de la humillación a la que fue sometido el pasado 7 de octubre que dejó como saldo poco más de 1,300 muertos en un sólo día. Difícil pedirle moderación a Israel en el contraataque, aunque a decir de las cifras de bajas en Gaza, ya duplicó la estela de muerte que se generó el primer fin de semana.
¿Qué sigue en esta catástrofe? Apenas se abrió un respiro para los residentes en Gaza, con la apertura de ese paso fronterizo con Egipto que les acercará, agua, medicinas o comida, pero que los mantendrá encerrados en la franja, porque al parecer nadie los quiere fuera de su territorio.
Pero mientras tanto, está pendiente la posible incursión terrestre para ingresar a Gaza y destruir al grupo terrorista de Hamás, en ese posible escenario el ejército israelí se enfrentaría a un enemigo atrincherado y bien armado “con miles de armas antitanques, drones y armas pequeñas dentro de un ambiente urbano muy complejo.”
Además el grupo Hamás peleará desde túneles, alcantarillas y puntos fuertes establecidos en edificios rodeados de escombros, buscando arrastrar a las tropas israelíes a trampas tendidas desde las ventanas de sus innumerables callejones, utilizando armas más desde los tejados o desde bunkers bien preparados de antemano. Ese ejército entonces enfrentará el mayor desafío de su historia, con consecuencias mucho peores a las que vistas en la última invasión a Gaza de 2014. Será diez veces peor que Vietnam.
Así las cosas, lo que hemos visto es solo el principio de una guerra sin precedentes, con enorme potencial bélico, y un contexto mediático insospechado, con repercusiones en tiempo real en cualquier parte del mundo, cómo acabamos de verlo por el tema del hospital atacado.
En conclusión, al parecer la mejor solución a largo plazo, según varios expertos, debería ser la de la famosa creación de dos Estados con garantías mutuas y recíprocas de paz y seguridad. Como dijera el internacionalista Gabriel Guerra: “La vieja y cansada fórmula de quienes llegaron primero o quienes tienen derechos históricos NO funciona. Estamos en el siglo 21 y el mundo ha cambiado.”
Y es precisamente por todo lo anterior que sin duda me sumo a estas tres ideas: El Estado de Israel tiene todo el derecho de existir y vivir en paz, así, sin matices. Pero los Palestinos también tienen derecho a un país propio. Y obvio, los ataques y asesinatos realizados por Hamás contra civiles son injustificables y monstruosos.