La preocupación por la actual desaceleración y posible inicio de la recesión en Estados Unidos, así como su impacto en la economía mexicana continúa latente.
Y ante este escenario cada vez más adverso, el sector privado empezará a tomar las medidas necesarias para evitar que el efecto sobre las empresas y la planta productiva nacional sea mayor.
Por lo pronto, en las primeras semanas de este 2023, los integrantes de las cúpulas del sector privado acelerarán reuniones con Raquel Buenrostro, actual titular de la Secretaría de Economía, a fin de plantearle diversas alternativas que permitan reducir la informalidad.
Nos adelantan que en este mes también buscarán acercamientos con legisladores de los diferentes partidos políticos para analizar propuestas tanto del Congreso como de la IP para aumentar la inversión, fortalecer el estado de derecho y reducir los elevados niveles de inseguridad.
La alerta de los empresarios es que el menor crecimiento junto con las altas tasas de interés y la inflación provoquen una reducción en el número de empresas sobre todo las de menor tamaño y que éstas migren hacia el mercado informal.
Para los analistas, a partir del segundo trimestre del 2023 podría iniciar la recesión en Estados Unidos que implicará una caída de su Producto Interno Bruto (PIB) y el impacto será prácticamente inmediato para la economía mexicana. Ésta se reflejará en principio de una disminución de las exportaciones y se observará un efecto sobre la actividad productiva por la vinculación entre ambas economías.
De acuerdo con proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) naciones europeas, Estados Unidos y China registrarán disminuciones simultáneas en su economía. Para el vecino país del norte se prevé un crecimiento de apenas 0.5% para este año.
En el caso específico de la inflación, los especialistas empezaron a ver una luz al final del túnel luego de que las acciones de política monetaria que puso en marcha el Banco de México durante el 2022 ya empezaran a surtir efecto y se empezará a ver una reducción de este indicador hacia el segundo semestre del año.
Se prevé incluso, que el menor consumo genere un efecto de desaceleración en la inflación. De acuerdo con el Banco de México, en el último trimestre de este año, este indicador se ubicará en 4%, pero la mala noticia es que esta disminución se acompañara de una menor actividad económica y una posible recesión.
Son cada vez más las voces que anticipan que este 2023 no será un buen año para el crecimiento del país, a pesar de que la inflación reportó ligeros síntomas de que empezará a ceder.
Incluso, continúan los indicios de que en el corto plazo se registrará una disminución en la inflación global, ya que el Índice de Alimentos de la FAO registra un comportamiento positivo desde hace varias semanas. Esto también se observa en algunos commodities que empezaron a bajar de precio, así como el índice global de la cadena de suministros que mostró una mejoría.
Así las cosas…