Cuando se construyó la línea 1 del Metrobús, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y la secretaria de Medio Ambiente, Claudia Sheinbaum, tomaron una decisión acertada, hacer esa primera línea en Insurgentes. Era el corredor de mayor demanda de pasajeros no atendido por metro. Esto dio lugar a una línea con más de 500 mil pasajeros diarios. Sin embargo, esa decisión tuvo un impacto: se descartó el segundo corredor con mayor potencial, el Eje 8 Sur, que hasta la fecha carece de una solución integral.
El “Eje 8”, como suele llamársele, está conformado por las avenidas Plateros, José María Rico, Popocatépetl y Ermita Iztapalapa y es una de las principales vías de comunicación de las Alcaldías Benito Juárez e Iztapalapa. Cuenta con tramos anchos, en general, algunos de dos sentidos y otros en dirección al Oriente. Cuenta con intersecciones peligrosas, de las cuales algunas han tenido intervenciones temporales que han ayudado a mejorar el entorno y urge hacerlas definitivas.
El Eje 8 Sur jamás ha sido atendido bajo una perspectiva integral: en los años 90 se construyeron 5 estaciones de la línea 8 del metro; luego se hizo un desnivel “trenzado” hacia 2005, que dificultó el paso de la línea 12 del metro tiempo después, por lo cual no hay estación en el Eje 3 Oriente. Dicha línea también carece de estación en el Eje 1 Oriente, las resistencias vecinales cayeron como anillo al dedo cuando las autoridades buscaban bajar los costos de la construcción.
A los parches del Eje 8 Sur ahora se suma el trolebús elevado. La Jefa de Gobierno quería una obra que se viera. Ampliar la línea 8 del metro hasta Santa Martha costaba entre 12 y 16 mil millones de pesos. Otras alternativas como el tranvía y el Metrobús a nivel no la convencieron. Dejó en ridículo al secretario de Movilidad, Andrés Lajous, que en el pasado se había opuesto a soluciones a desnivel para la ciudad.
Ahora, frente a la próxima inauguración del trolebús elevado, el propio Lajous difundió un plano de la línea completa desde Santa Martha hasta Mixcoac, como Línea 10 del Servicio de Transportes Eléctricos, a la vez que defendió la necesidad de que la línea tenga un tramo elevado de Constitución de 1917 hacia el oriente.
Nuevamente vamos por un parche.
A la población a veces le parece extraño que las estaciones de Metrobús queden a la mitad de un eje vial, pero hay una razón técnica para ello: ese diseño catapulta la capacidad de transportar personas y no coches. Elevar 7 kilómetros de trolebús, pero no confinar el resto de la vía no incrementa la capacidad; lo poco que ganan los usuarios en tiempo por la ausencia de semáforos, lo pierden en el acceso a la estación.
Si el diseño del tramo Constitución-Mixcoac no da velocidad operativa, está condenado al fracaso. Eso, justamente, requiere un rediseño integral del Eje 8 Sur, desde Mixcoac hasta la salida a Puebla; estaciones al centro para agilizar el abordaje y evitar la invasión al carril, y una semaforización no para los autos como toda la ciudad, sino para el transporte público.
El Eje 8 Sur tiene un tramo curioso y mal diseñado, en el centro de Iztapalapa, donde los sentidos de circulación se separan. El problema es que al hacerlo dividió a los barrios San Lucas y San Pablo, a tal grado que existe un puente antipeatonal para que las procesiones a la Iglesia de la Cuevita, la más tradicional de Iztapalapa, entren por allí. En el tramo paralelo tenemos una vialidad ancha y sobrada. Una reconfiguración del Eje 8 Sur exigirá reunificar el centro de Iztapalapa, y desviar los dos sentidos de circulación al tramo sur.
Otros dos de los tramos difíciles con que cuenta el Eje 8 Sur son el paso a desnivel de Calzada de Tlalpan, construido hace más de 50 años, y el puente trenzado de Eje 3 Oriente. Éste, en específico, debe ser demolido. Dificulta la operación de la línea 5 de Metrobús y hará lo propio con la del Trolebús y los transbordos entre ambas. También habría que poner sobre la mesa la circulación de autos al poniente de La Viga, donde se interrumpe la circulación de quienes vienen del oriente y se les desvía hacia el norte; con estaciones al centro será posible tener al menos un carril de La Viga a División del Norte.
Siendo francos, no creo que el Gobierno de la Ciudad de México esté dispuesto a hacer un diseño técnico de la Línea 10 del Trolebús. Al final, improvisarán un carril bus bici lleno de problemas operativos, que a su vez convivirá con los autos en una vialidad parchada, peligrosa y congestionada.