Pues con la novedad de que antes de terminar el periodo de sesiones, la Cámara de Diputados recibió una iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador para reformar la Ley de Aeropuertos y la Ley de Aviación Civil.
La intención del Jefe del Ejecutivo es nada más y nada menos que la creación de la nueva aerolínea gubernamental y ¿por qué no? incentivar la operación de compañías extranjeras en territorio nacional en vuelos de cabotaje, es decir, trasladando pasajeros y carga.
La lectura inicial de los especialistas es que esta medida significa un embate político a la industria de la aviación mexicana que se resiste a utilizar el AIFA y al mismo tiempo, busca tapar o trasladar a otros la responsabilidad en el retraso para recuperar el nivel 1 de seguridad aérea.
Lo que sigue incomodando al mandatario es que el Aeropuerto Felipe Ángeles no termina de ser una buena opción para la mayoría de las compañías nacionales y extranjeras que operan en el país, ya que a decir los expertos nunca fue una alternativa viable para ofrecer una solución definitiva a la saturación del aeropuerto de la Ciudad de México.
Pero el problema de la iniciativa que envió el Ejecutivo, nos dicen, es que si logra concretarse podría ser el típico caso de un remedio que resultará peor que la enfermedad, ya que la línea aérea que pretende crear el presidente y que estarán bajo el mando de militares, afectará en principio a las compañías de bajo costo.
Por lo que toca a la aviación de cabotaje, aún y cuando la iniciativa establece que deberá aprobarse por el gobierno federal cada ruta, lo cierto es que se trastocará el funcionamiento de la aviación comercial, ya que las compañías mexicanas tendrían que competir contra las extranjeras en circunstancias desiguales, ya que muchas de éstas reciben incentivos en sus países de origen.
Los que más saben del tema aseguran que una de las preocupaciones de las aerolíneas mexicanas es que con tal de generar movimiento de rutas locales hacia el AIFA y las presiones directas e indirectas, podrían perder la rentabilidad que recuperaron tras el golpe financiero que representó la pandemia de covid-19 en el turismo local e internacional.
No está por demás recordar que el sector aéreo a nivel global aporta más de 65 millones de empleos y una derrama que se calcula en 2.7 billones de dólares. Sólo en México representa el 2.5% del Producto Interno Bruto (PIB) y genera fuentes de trabajo para 6.5 millones de familias.
De acuerdo con el Sustainability Accounting Management and Policy Journal, el sector aéreo creció cerca de 9% anual en los últimos 50 años.
Nos cuentan que si bien en el último año se registró una recuperación importante en el número de pasajeros, la intención del gobierno de crear su propia aerolínea afectará al resto de las compañías que operan en el país, aunque hay la percepción de que este bonito deseo para el 2023 quedará en eso, en un acto de buena voluntad, tal y como ocurrió con otras ideas poco aterrizadas como Gas Bienestar.
Así las cosas…