En el primer año de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, el sistema de salud mexicano enfrenta un panorama estructural marcado por recortes presupuestales y desabasto de medicamentos, de acuerdo con especialistas.
“El ajuste presupuestario difícilmente permitirá una mejoría sustancial. Los indicadores financieros revelan que la salud no parece estar en la primera línea de prioridades de la agenda nacional”, advirtió Jorge Cano, investigador de México Evalúa.
El Paquete Económico 2025 contempló una reducción de más de 100,000 millones de pesos para los servicios de salud dirigidos a la población sin seguridad social. A la par están los datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024, que revelan que más de 44 millones de mexicanos carecen de acceso a servicios médicos, mientras el gasto de bolsillo en salud sigue creciendo.
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Además, el dinero que desembolsan los hogares para sus necesidades médicas creció 41.4% entre 2018 y 2024, debido a que los hogares están pagando más del doble en medicinas, según México Evalúa.
"Buena parte del incremento en el gasto de medicamentos se debe a su desabasto en hospitales públicos. Vale la pena mencionar que, a partir de 2018, el suministro de medicinas en instituciones públicas cambió significativamente. Con el objetivo de abaratar costos, en 2019 se eliminó a los distribuidores intermediarios y la compra se centralizó en la Secretaría de Hacienda y Salud. La estrategia no funcionó, dijo.
Por su parte, Mariana Campos, directora de México Evalúa, sostuvo que los problemas actuales “reflejan, en buena medida, el cierre del sexenio anterior”, pero evidencian que el deterioro es estructural y persiste en la nueva administración.
A la par de la falta de recursos, el desabasto de medicamentos se ha convertido en el rostro más visible de la crisis, pues dijo, denuncias de personal médico y organizaciones de pacientes dan cuenta de hospitales sin insumos básicos, suspensión de cirugías, cierre de laboratorios y la reducción de servicios en clínicas públicas.
En este contexto, Karla Báez, directora ejecutiva de Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica AMIIF, reconoció que la actual administración muestra interés en mejorar el sector, pero advirtió que ese interés debe materializarse en acciones concretas.
“Me parece que el gobierno tiene buenas intenciones y entiende la importancia de poner reglas claras en primera línea. Lo que rescato es el interés, pero siempre debe ir acompañado de acciones. Si no se traduce en compromisos y resultados, el sector seguirá enfrentando los mismos problemas”, afirmó.
Enfermedades graves, otro golpe al bolsillo
Los hogares destinan cada vez más recursos a combatir los padecimientos más graves del país. El principal desembolso es para medicamentos contra la presión arterial, seguido de antibióticos para infecciones y fármacos para la diabetes. Entre 2018 y 2024, estos tres rubros registraron aumentos reales de 242.3%, 37.1% y 261% respectivamente. Esto refleja el peso creciente que la enfermedad y la falta de acceso efectivo a tratamientos imponen sobre la economía familiar.
Según datos de México Evalúa, el gasto en fármacos para dolores de cabeza y fiebre —padecimientos comunes— es el que más ha crecido, con un aumento real de 333% entre 2018 y 2024. Hoy, este es el quinto concepto del gasto de bolsillo en el que los hogares mexicanos destinan más recursos.
Castigo al gasto para los más vulnerables
Los recursos para las personas sin seguridad social —que contemplan a la Secretaría de Salud, al Organismo Público Descentralizado, IMSS-Bienestar, y al Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud— llegaron a 55,800 millones de pesos, en el primer trimestre del 2025. Esto es 22.5% (16,200 millones de pesos) menor al mismo periodo de 2024, y el peor monto en por lo menos nueve años que hay información desagregada a nivel trimestral, de acuerdo con México Evalúa.
De las aportaciones para financiar la salud pública de los estados, el Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud fue el componente más castigado: al primer trimestre sólo registró 18,500 millones de pesos, un recorte de 42% (13,300 millones de pesos) frente el mismo periodo de 2024. La disminución se explica por el proceso de centralización del gasto para las 23 entidades signatarias del Organismo Público Descentralizado IMSS-Bienestar. Es decir, los estados firmantes reciben menos recursos de la Federación y ésta asume más responsabilidades en la gestión de la salud pública. En específico, tales estados acumulan un recorte del 50% en los recursos que recibían del Fondo de Aportaciones con respecto al año pasado.
Otro factor que reduce el gasto en salud para las personas sin seguridad social es la desaparición del Programa IMSS-Bienestar, que en el primer trimestre de 2024 ejerció un monto de 7,400 millones de pesos.
Los recortes en los diferentes componentes del gasto en salud para personas sin seguridad social, no fueron compensados con un incremento suficiente en el IMSS-Bienestar. Esta institución recibió 29,400 millones de pesos, tan sólo un aumento de 6,200 millones de pesos.
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