La evidencia científica ha demostrado que mantenerse físicamente activo durante el tratamiento contra el cáncer mejora la calidad de vida, según un reporte de Mass General Brigham, uno de los sistemas de salud más reconocidos de Estados Unidos.
Contexto: Mass General Brigham está compuesto por hospitales de prestigio como el Massachusetts General Hospital y el Brigham and Women’s Hospital conocidos por ofrecer atención médica de alta calidad y realizar investigaciones pioneras.
Ejercicio y cáncer
De acuerdo con Lynn Gray-Meltzer, fisioterapeuta y colaboradora del Lifestyle Medicine Program del Mass General Cancer Center, las investigaciones y la experiencia clínica demuestran que iniciar o continuar con un programa de ejercicios durante el tratamiento oncológico puede:
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- Disminuir los efectos secundarios
- Mejorar la resistencia físicia
- Aumentar de los niveles de energía
- Reducir la sensación de fatiga
- Mejorar las probabilidades de recuperación de algunos tipos de cancer
- Disminuir el riesgo de que ciertos tipos de cáncer vuelvan a aparecer
- Hacer más sencillo la realización actividades cotidianas
- Mejorar la calidad de vida
- Reducir los síntomas de linfedema como la hinchazón
Además, el ejercicio ayuda a la realización de actividades cotidianas, mejorar el estado de ánimo y reduce síntomas como el linfedema (hinchazón), que genera un impacto positivo en la salud integral del paciente.
Ejercicio durante y después del tratamiento oncológico
Steve Wechsler, fisioterapeuta e investigador en el Massachusetts General Hospital, explicó que la actividad física ayuda a dormir mejor, permitiendo al paciente sentirse más descansado y con energía durante el día, además de ayudar a reducir el estrés, la ansiedad y los síntomas de depresión.
La doctora Gray-Meltzer añadió que “hacer ejercicio durante el tratamiento ayuda a prevenir un deterioro pronunciado de la salud física”.
¿Cuánto ejercicio es recomendable en pacientes con cáncer?
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomienda 150 minutos a la semana de actividad física moderada (como caminar a paso ligero), o 75 minutos semanales de actividad física intensa (como correr o nada) en adultos a partir de los 18 años.
Por su parte, las guías de la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer recomiendan realizar 300 minutos de actividad física moderada a la semana.
El doctor Wechsler comentó que en la lucha contra el cáncer lo ideal es empezar lento y avanzar poco a poco. “Algo de movimiento es mejor que nada”, recalcó.
Cómo integrar el ejercicio a la rutina diaria de un paciente oncológico
Los especialistas recomiendan establecer un “ritmo” de actividad que adapte el nivel de movimiento al estado físico del día, por ejemplo:
- Días con menos energía: realizar estiramientos suaves o caminatas cortas.
- Días con mayor energía: incorporar tareas como lavar ropa, subir escaleras o participar en entrenamientos guiados.
Tipos de ejercicios recomendados para pacientes con cáncer
- Realizar actividad física: subir las escaleras y caminar son dos excelentes ejercicios con los que se puede comenzar.
- Entrenamiento de fuerza: fortalece los músculos para proteger mejor las articulaciones y los huesos, reduciendo el riesgo de caerse y la pérdida muscular, dando mayor resistencia para realizar actividades cotidianas.
- Ejercicios de equilibro: el cáncer y sus tratamientos pueden llegar a ocasionar mareos o pérdida de equilibrio, aumentando el riesgo de caídas.
El ejercicio, combinado con una alimentación saludable, un buen descanso, mejor manejo del estrés y cuidado de la salud emocional permite un enfoque integral cada vez más utilizado en la atención oncológica moderna.
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¿Por qué esto es importante?
Conocer el impacto que tiene el ejercicio en la calidad de vida de los pacientes con cáncer permite tener decisiones más conscientes sobre salud y bienestar a largo plazo.
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Además, da opciones para integrar el ejercicio de forma segura durante y después del tratamiento que reducen el riesgo de recaídas y promociona hábitos de vida saludables.
JL