Por más de 4 días, la familia de Carmen lleva esperando a que se le realice una operación en la cadera dentro del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga” y, a como va la situación, eso “va para largo”.
“Desde que llegamos, tardamos más de 24 horas en que le dieran una cama. Mi mamá viene porque se rompió la cadera; tiene su hueso partido en tres y ella está en una silla de ruedas cuando no podía ni estar así. Tenía que estar en una camilla. Toda la noche así se la pasó”, comentó afligida su hija a la entrada del hospital a La Silla Rota.
Sin embargo, no es el único problema al que se han enfrentado desde que está internada. La hija de Carmen se ha visto de frente con el desabasto de medicamentos en esta institución y ha tenido que poner de su dinero para poder seguir con el tratamiento necesario para su madre.
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“Ya medicamentos no hay… van dos o tres medicamentos que vamos comprando y la verdad, por ejemplo, lo que nos están mandando es de 2000 pesos”, señaló.
Además, comenta que en el hospital no tienen lo necesario para realizar el estudio de hemoglobina glicosilada, por lo cual ahora buscan a algún externo que pueda venir a sacar la muestra y realizar la prueba.
Por lo pronto, espera que la operación de su mamá se realice la siguiente semana, pero la actitud por parte del personal médico la hace cuestionarse si esto podrá suceder.
Una historia de miles del hospital
A las afueras del Hospital General de México, ubicado en la colonia Doctores de la Ciudad de México, se reúnen cientos de personas todos los días de la semana en la espera de saber qué sucederá con su paciente internado.
En 2023, la exdirectora de la institución, Guadalupe Mercedes Lucía Guerrero Avendaño, afirmó que se disponía de más de mil 100 camas y se atiende cerca de 300 mil pacientes, lo cual se traduce en más de un millón y medio de servicios anuales.
Actualmente, tiene mil 192 camas, de las cuales el área de hospitalización cuenta con 808 y 384 en atención transitoria o provisional.
Sin embargo, las familias viven una realidad compleja referente a la atención dentro del hospital, en la cual se ven en la necesidad de desplazarse miles de kilómetros de sus casas y pasar días enteros sin saber qué sucederá con la salud de sus pacientes.
María Luisa, originaria de Chignahuapan, Puebla, platicó que su padre es paciente recurrente del Hospital General y, en esta ocasión, está en la lista de espera para una operación de un tumor cerebral.
“Lo trajimos de emergencia… lo reciben en urgencias y, en el caso de mi papá, como él no se quejaba de dolor ni nada… se me hicieron demasiadas horas las que él estuvo en una silla de ruedas, sin moverse, sin nada ahí… no sentíamos que le prestaran rápida atención, como familiar, sentíamos que necesitaba atención ya”, compartió.
María Luisa comentó que su padre esperó más de un día para estar en una camilla, ya que llegó a las 11 de la noche y, hasta las 5 de la tarde del día siguiente, se liberó el espacio para él.
“Llevamos 8 días acá afuera viviendo en la calle y lo vemos con algunos familiares, la impotencia de que está ahí y, pues no sabe uno, todavía no lo pasan a darle más atención”, señaló.
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Asimismo, su familia se ha visto en la necesidad de comprar medicamentos y pañales para que su papá pueda seguir en las mejores condiciones posibles mientras espera el turno de su operación.
Sobre si afecta a su economía este tipo de gastos, ella recalcó que “todos los que somos de bajos recursos y no tenemos tanto… pero la prioridad es nuestro familiar”.
Hospital General de México, referente en atención y sobredemanda
Contexto: El H.G.M. se inauguró el 5 de febrero de 1905 con el objetivo de brindar servicios médico-quirúrgicos y de apoyo a diagnóstico y tratamiento. Actualmente, forma parte de la red de seis hospitales que prestan servicios de salud pública en la zona central del país.
Cuenta con 85 especialidades y subespecialidades; entre ellas se encuentran oncología, dermatología, gineco-obstetricia y endocrinología. Además, las instalaciones cuentan con el equipo necesario para realizar trasplantes de órganos.
Sin embargo, la presión para uno de los hospitales referentes de México llegó tras el decreto de gratuidad en servicios de salud del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Con la gratuidad, hospitales como este dejaron de cobrar una cuota de recuperación que ayudaba a aliviar las finanzas de esta institución.
Esta gratuidad se publicó el 30 de noviembre de 2020 en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
“Se deberá garantizar los servicios públicos de salud a toda la población que no cuente con seguridad social y el acceso gratuito a la atención médica y hospitalaria, así como los exámenes médicos”, se lee.
Presupuesto austero, recortes constantes
El Presupuesto de Egresos de la Federación de los últimos años ha recortado los recursos de diversos hospitales, entre ellos, el Hospital General de México.
En este 2025, solo se aprobaron 4 mil 791 millones de pesos, una reducción del 12.34% en comparación al año pasado.
Esto ha sido un tema recurrente en las finanzas del hospital y, durante el sexenio de AMLO, recibió cuatro cortes en su presupuesto aprobado.
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Además, el presupuesto ejercido por este hospital siempre ha rebasado el que se le da para ejercer.
Tan solo en 2024, se le otorgó un monto de 5 mil 466 millones de pesos y, según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el Hospital General de México ejerció 6 mil 489 millones de pesos.
Se consultó con fuentes de la Secretaría de Salud para saber qué sucede al interior de este hospital, respecto a largos tiempos de espera y falta de medicinas; sin embargo, no han respondido hasta el momento.
¿Por qué es importante?
La crisis en el Hospital General de México refleja el deterioro del sistema de salud pública ante la combinación de sobredemanda, recortes presupuestales y desabasto de insumos médicos.
Las familias, muchas provenientes de otros estados, deben enfrentar largas esperas, gastos imprevistos y falta de certeza sobre la atención de sus pacientes.
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La eliminación de cuotas de recuperación y la insuficiencia de recursos han dejado a uno de los hospitales más importantes del país operando bajo una presión financiera que amenaza con afectar su capacidad de respuesta y calidad de servicio.
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