México debe avanzar hacia cadenas de suministro más ágiles, digitales y diversificadas si quiere fortalecer su competitividad global y reducir su exposición a disrupciones externas, advierte la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En su más reciente informe sobre resiliencia comercial, el organismo internacional subraya que el país enfrenta importantes desafíos para adaptarse a un entorno económico marcado por tensiones geopolíticas, cambios tecnológicos y nuevas exigencias de sostenibilidad.
El estudio, titulado Supply Chain Resilience Review, destaca que los países con fuertes vínculos verticales con economías extranjeras —como es el caso de México— tienden a estar más expuestos a choques internacionales. Aunque esta integración permite aprovechar los beneficios del comercio abierto, también incrementa la vulnerabilidad ante disrupciones en sectores clave.
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En particular, el informe señala que las economías de la OCDE dependen en un 26% de insumos extranjeros en industrias estratégicas como manufactura electrónica, y México comparte patrones similares.
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Alta interdependencia: fortalezas y riesgos para México
Contexto: en su anexo país por país, la OCDE señala que México tiene un grado significativo de interdependencia comercial, especialmente en sectores industriales conectados con cadenas globales de valor. Esta posición le ha permitido integrarse de forma competitiva a mercados internacionales, pero también implica exposición a riesgos externos, como interrupciones logísticas, políticas restrictivas o crisis sanitarias.
El informe advierte que muchos países —México incluido— presentan una alta concentración de importaciones en determinados insumos, es decir, dependen de un número reducido de proveedores para sectores clave. Esta condición puede limitar la capacidad de respuesta ante crisis y es considerada un “punto de vulnerabilidad” por el organismo.
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Relocalizar saldría caro y no mejora la estabilidad
Contrario a algunas estrategias de relocalización productiva que se han discutido tras la pandemia, la OCDE advierte que llevar las cadenas de vuelta al ámbito nacional no garantiza estabilidad económica. De hecho, su modelo proyecta que un escenario de relocalización reduciría el comercio global en más de 18% y el PIB mundial en más de 5%, sin mejoras consistentes en resiliencia.
En el caso de México, una economía integrada a cadenas internacionales complejas, este tipo de políticas podría traducirse en mayor volatilidad económica y pérdida de eficiencia.
“La apertura y la diversificación geográfica de insumos y destinos de exportación ofrecen mejores opciones para ajustarse a disrupciones”, señala el reporte.
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Políticas clave en digitalización, servicios estratégicos y cooperación
Para construir cadenas de suministro verdaderamente resilientes, la OCDE recomienda a sus países miembros —incluido México— impulsar cinco líneas de acción:
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- Facilitar el comercio mediante marcos regulatorios más simples y previsibles.
- Fortalecer sectores de servicios clave, como logística, transporte y telecomunicaciones.
- Impulsar la digitalización, eliminando barreras a bienes tecnológicos y promoviendo flujos de datos transfronterizos.
- Fomentar la cooperación internacional y la coordinación con el sector privado.
- Diseñar políticas que equilibren sostenibilidad, eficiencia y resiliencia sin generar distorsiones ni cargas desproporcionadas para las pequeñas empresas.
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El análisis de la OCDE concluye que la clave no está en eliminar los riesgos, sino en saber navegar entre ellos. Para países como México, la adaptación estratégica será esencial para mantener su competitividad en una economía global cambiante.
