El mercado de medicinas falsas o falsificadas se ha expandido de forma acelerada en el país. En específico, “la Ciudad de México, Michoacán y Jalisco, son puntos de atención para la expensa de medicamentos irregulares”, apunta para La Silla Rota Juvenal Becerra Orozco, presidente de la Unión Nacional de Empresarios de Farmacias (Unefarm).
Tepito, El Salado y San Felipe de Jesús son los casos más reconocidos por la venta irregular de medicamentos; sin embargo, esta práctica se ha extendido a más tianguis, mercados y hasta en redes sociales.
Los productos comercializados en el comercio informal se pueden adquirir entre tres y cuatro veces por debajo del costo en que se adquieren en farmacias establecidas.
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La Silla Rota recorrió dos tianguis: el “Victoria Oriente” y el “León Cavallo”, ubicados en la alcaldía Gustavo A. Madero. En ambos se encontró un puesto donde vendían medicamentos.
En León Cavallo, al preguntar por una caja de Losartán, medicamento para la hipertensión, la respuesta del vendedor es que “de esas no caen seguido”, pero tiene una medicina similar, Minipres, que es “de patente y muy caro”, el cual vende por 120 pesos.
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La única caja de Minipres que tiene muestra el logo de Pfizer, la empresa farmacéutica estadounidense; sin embargo, el cartón está maltratado y semiabierto.
Para adquirir esta medicina se necesita receta en algunas farmacias de cadena, y puede costar entre 216 y 322 pesos.
Implicaciones del mercado negro de medicamentos
“El mercado irregular de medicamentos en México representa alrededor de 30 mil millones de pesos anuales… Aunque la principal problemática radica en que se pone en riesgo la salud de las personas”, afirma Juvenal Becerra Orozco.
Por separado, en entrevista con LSR, Larry Rubin, director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIF), expresa: “la gente piensa que está comprando un producto que va a curar el cáncer y se lo están tomando, en el mejor de los casos no los enferma, en el peor de los casos los pueden matar”.
Durante el recorrido realizado por La Silla Rota, en el tianguis Victoria Oriente se encuentra un modesto puesto que, a simple vista, solo muestra vendas y cinta adhesiva para heridas.
Sin embargo, al acercarse, tienen cajas de Diclofenaco y Weserix. Este último medicamento está indicado para el tratamiento agudo y crónico de los signos y síntomas de la osteoartritis; su costo normal en farmacias ronda los 800 pesos.
Igualmente, cuentan con una caja de Droplet, agujas de un solo uso necesarias para los programas diarios de administración de insulina en personas con diabetes. Su precio en farmacia es de 149 pesos, pero en el puesto cuesta 50.
Ante la pregunta directa de si pueden conseguir un medicamento, uno de los vendedores responde que la siguiente semana podría tener, pero no es seguro, ya que ellos venden lo que les va llegando.
En el mundo, uno de cada diez medicamentos es falso, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), además en América Latina, el 30% de los fármacos podrían estar adulterados, de acuerdo a la Federación Latinoamericana de la Industria Farmacéutica (Fifarma).
Los medicamentos más falsificados
“Hasta hace algunos años, el mercado irregular se centraba en medicamentos contra enfermedades crónico degenerativas como la diabetes e hipertensión, cáncer, debido a los altos precios que representan.
Sin embargo, a partir de la pandemia también se empezó a observar la presencia de medicamentos de venta libre como analgésicos, antiinflamatorios y antiácidos, con marcas que son muy populares en el mercado”, afirma el presidente de Unefarm.
Trayenta, medicamento oral para tratar la diabetes tipo 2, se encuentra a un precio de 600 pesos en el tianguis de León Cavallo y, menciona uno de los vendedores, “ese sí tengo cada ocho días”.
Ese medicamento en farmacias establecidas tiene un precio regular de 2,000 pesos.
Además, el vendedor explica que pueden llegar a tener fármacos como Losartán, pero sería cuestión de esperar, ya que, como en el otro puesto, ellos venden “lo que les cae”.
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A la vista resalta la caja de Daflon, que contiene 30 sobres y es utilizada para aliviar el dolor y molestias en piernas con várices o piernas hinchadas. En farmacias convencionales, tiene un costo arriba de los 1,000 pesos.
En el puesto manejan medicamentos de marcas reconocidas como Pepto Bismol, Vick o algunos más específicos como Iliadin, un descongestivo nasal para adultos y niños.
En el mismo lugar manejan cremas corporales, labiales y hasta bloqueadores de marcas reconocidas como Nivea, CeraVe, Royal Men, Eucerin, L’Oréal, entre otras.
La venta de medicinas en redes sociales
Al poner el término "medicinas" en Marketplace de Facebook, se encuentra una lista interminable de diversas marcas y tipos.
La Trayenta se puede conseguir desde los 300 pesos; pero, realmente, cualquier medicina se puede comprar a muy bajo costo tanto en Facebook como en Mercado Libre.
Con el internet, el fenómeno ha escalado, pues es complejo detectar a quienes expenden estos productos vía digital, pues están en constante movimiento, señala Becerra Orozco.
Además, Unefarm ha detectado que muchos de estos sitios web o páginas de redes sociales que ofrecen medicamentos desaparecen rápidamente.
¿Cómo detectar un medicamento falso?
El director ejecutivo de la AMIIF, Larry Rubin considera que se debe trabajar fuertemente con las autoridades, para evitar una mayor expansión del mercado negro de medicamentos, el cual en la actualidad ha sido invadido por el crimen organizado que “está haciendo millones a costa de las vidas de los mexicanos”.
Asegura que esa preocupación ya se le hizo saber al secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch.
“Las personas que no tienen opciones dicen pues mira, aquí lo estoy encontrando, sin saber que lo que están comprando es un producto chatarra”, exclamó Rubin.
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Asimismo, el presidente de Unefarm remarca que es necesario acudir a lugares establecidos para comprar medicamentos, revisar que esté bien empacado, checar la caducidad y, de ser necesario, comparar con una imagen oficial del medicamento en internet.
esr