La inversión productiva en México tuvo un arranque desfavorable en 2025.
La inversión en maquinaria, equipo y construcción registró una caída anual de 6.8% durante el primer trimestre del año, informó el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi).
En su comparación trimestral, el Inegi reportó que la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF) que mide el desempeño de la construcción, maquinaria y equipo tuvo una disminución de 4.0%.
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Este retroceso no fue repentino: en el cuarto trimestre de 2024, la FBCF ya mostraba una contracción de 2.6% anual y 1.6% trimestral, tras haber registrado un modesto crecimiento de 1.4% anual y 1.1% trimestral en el tercer trimestre de ese mismo año.
La caída, por tanto, se ha venido acentuando alcanzando su punto más crítico al arranque de 2025.
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Gabriela Siller, directora de Análisis Económico en Grupo Financiero Base, aseguró que ese retroceso evidencia un entorno económico poco propicio para la expansión de capacidad productiva, lo que podría afectar negativamente el crecimiento en el mediano plazo.
La contracción de la inversión ha sido constante, intensificándose a inicios de este año. Incluso, considera que se está alejando de los objetivos del Plan México que busca que la inversión explique el 28% del PIB en 2030, agregó la especialista.
“Con esto, suman cuatro trimestres consecutivos de contracción trimestral en la formación bruta de capital fijo pública”, explicó la especialista.
La caída en la FBCF también impactó la contribución al crecimiento del PIB: restó 1.3 puntos porcentuales al total trimestral, añadió Siller.
Expuso que ese comportamiento refleja cautela por parte de los inversionistas, tanto públicos como privados, ante la incertidumbre económica y política.
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Se contrae la oferta y demanda global durante el primer trimestre
La actividad económica en México mostró señales de debilidad al inicio de 2025. Durante el primer trimestre del año, la oferta y demanda global de bienes y servicios disminuyó 0.1% en términos reales a tasa anual, de acuerdo con cifras desestacionalizadas publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Este indicador refleja el comportamiento agregado de la producción nacional y las importaciones, así como de los componentes del gasto total.
La reducción anual se explica, principalmente, por una caída de 1.9% en las importaciones de bienes y servicios, y una desaceleración en la inversión y el consumo privado. Aunque el Producto Interno Bruto (PIB) creció 0.6%, este avance fue insuficiente para contrarrestar el retroceso general.
En términos trimestrales, la contracción fue aún más marcada: la oferta y demanda global descendió 1.1% respecto al cuarto trimestre de 2024, lo que refuerza la percepción de un arranque económico débil para el año en curso.
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Consumo privado modera su ritmo; gasto público sostiene la demanda
El consumo privado, componente clave de la demanda interna, también presentó una disminución anual de 0.8% en el primer trimestre, mientras que en su comparación trimestral cayó 0.4%. Este comportamiento sugiere un menor dinamismo en los hogares, posiblemente por efecto de la inflación y el estancamiento de los ingresos reales.
Por el contrario, el consumo del gobierno mostró un ligero repunte. Aumentó 1.1% anual y 0.4% trimestral, convirtiéndose en uno de los pocos componentes de la demanda que mantuvo una trayectoria positiva. Este gasto público contribuyó con 0.2 puntos porcentuales al crecimiento del PIB.
“En el primer trimestre del 2025 el consumo privado explicó el 69.94% del PIB, siendo la menor proporción desde el segundo trimestre del 2023. Por su parte, el consumo de gobierno representó el 11.08% del PIB, casi sin cambios respecto al trimestre previo”, añadió Siller.
No obstante, el impulso gubernamental no logró compensar la debilidad generalizada en el consumo privado ni la fuerte caída en la inversión. La recuperación del mercado interno depende, en buena medida, de que los hogares recuperen capacidad adquisitiva y confianza económica.
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Exportaciones avanzan con fuerza, pero no compensan caída en importaciones
En contraste con la debilidad del mercado interno, el sector externo mostró un desempeño positivo. Las exportaciones de bienes y servicios crecieron 12.9% anual y 1.1% trimestral, lo que representa el mayor crecimiento entre todos los componentes de la demanda global.
Este resultado permitió que las exportaciones aportaran 4.7 puntos porcentuales al crecimiento del PIB en el trimestre, de acuerdo con los cálculos del Inegi. Sin embargo, las importaciones cayeron 1.9% anual y 4.3% trimestral, lo que refleja una menor demanda de insumos y bienes del exterior.
La caída en las importaciones, aunque contribuye a reducir el déficit comercial, también es una señal de debilidad económica, ya que suele asociarse con una menor producción y consumo interno. En conjunto, estos datos revelan un desequilibrio en el dinamismo del sector externo.
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Ahorro bruto disminuye 0.8% en el trimestre
El Indicador Trimestral del Ahorro Bruto (ITAB), que mide la parte del ingreso que no se destina al consumo final, también mostró un retroceso. En cifras desestacionalizadas, el ahorro bruto cayó 0.8% en el primer trimestre de 2025 respecto al periodo anterior.
A pesar de esta caída, en cifras originales el ahorro total ascendió a 6.9 billones de pesos, lo que representa el 20.0% del Producto Interno Bruto. De este total, la economía interna aportó el 18.2% del PIB, mientras que el financiamiento proveniente del exterior se ubicó en 1.8%.
El comportamiento del ahorro bruto refleja la capacidad de los agentes económicos para generar recursos que puedan ser destinados a inversión. Su debilitamiento podría comprometer la sostenibilidad de proyectos productivos a futuro, en especial si no se recupera la inversión nacional.
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¿Qué mide este indicador y por qué es relevante?
Contexto: el indicador de Oferta y Demanda Global Trimestral (ODGT) proporciona una visión integral del comportamiento de la economía, ya que agrupa la producción nacional (PIB), las importaciones, el consumo privado y de gobierno, la inversión y las exportaciones. Su evolución permite identificar desequilibrios o fortalezas estructurales.
A su vez, el Indicador Trimestral del Ahorro Bruto (ITAB) evalúa la parte del ingreso que no se consume y que puede financiar inversión. Ambos indicadores son clave para entender la capacidad de crecimiento y sostenibilidad económica de un país.
El Inegi publica estos datos trimestralmente, permitiendo dar seguimiento puntual a la salud económica nacional y sus principales componentes.
MA