ELECTROMOVILIDAD

Taruk: el primer autobús eléctrico hecho en México busca abrirse paso en el mercado local

Pese a la competencia china, los fabricantes de Taruk aseguran que existe la capacidad suficiente para competir en el mercado local; Orlando Ruiz Martínez, coordinador de proyectos del sur de Dina, asegura a La Silla Rota que el reto es lograr que los potenciales compradores puedan costearlo

Taruk: el primer autobús eléctrico de pasajeros diseñado y fabricado completamente en MéxicoCréditos: Laura Quintero
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Morelos.- Taruk es el primer autobús eléctrico de pasajeros diseñado y fabricado completamente en México, pero, según Orlando Ruiz Martínez, coordinador de proyectos del sur de Dina, el reto es lograr que los potenciales compradores puedan costearlo e instalar la infraestructura necesaria.

En entrevista con La Silla Rota, Ruiz explicó que Taruk “sí puede ser adquirido por cualquier empresa que tenga la capacidad económica, pero en la práctica los costos siguen fuera del alcance de la mayoría de los transportistas”, reconoció.

En el marco del STS Forum Latam (Foro de Ciencia, Tecnología y Sociedad, por sus siglas en inglés), Orlando Ruiz dijo que muchos operadores, calculan el ahorro en combustible, pero cuando comparan el precio de un autobús eléctrico con uno de diésel, la diferencia puede equivaler a tres unidades tradicionales.

Esa brecha hace que, hoy, el mercado natural del Taruk sean proyectos gubernamentales o modelos donde los concesionarios se formalicen como empresas para acceder a financiamiento colectivo.

El coordinador confirma que no existe aún una flota vendida; el primer proyecto en negociación contempla alrededor de 60 unidades, lo que sería la primera venta formal de este autobús.

Contexto: Taruk, significa “correcaminos” en lengua yaqui, es fabricado por Dina y Megaflux. Cuenta con una autonomía de hasta 350 kilómetros por carga, capacidad para 60 usuarios y 70% de componentes nacionales, representa el mayor salto tecnológico en la producción de autobuses en décadas.

Orlando Ruiz Martínez, coordinador de proyectos del sur de Dina. Crédito: Laura Quintero

Infraestructura: el punto crítico

A diferencia de un vehículo eléctrico particular, el Taruk no puede cargarse simplemente conectándolo a un cargador doméstico. Ruiz aclara que estos autobuses requieren análisis de red eléctrica, patios especializados y voltajes de 440, muy por encima de los 220 que poseen muchas bases de transportistas.

Por ello, antes de adquirirlos, se deben realizar estudios previos, adecuar rutas y reforzar la infraestructura existente. Esta complejidad, reconoce, frena su comercialización para uso convencional.

México tiene espacio, pese a competencia china

Sobre la presencia de fabricantes chinos, Ruiz admite que es una competencia “completa e interesante”, pues China es líder mundial en vehículos eléctricos y ofrece múltiples marcas. Sin embargo, señala que el gobierno mexicano impulsa el desarrollo de una cadena de suministro nacional, lo que abre oportunidades para empresas como Dina.

La compañía afirma contar con más de 74 años de experiencia y capacidad suficiente para competir en el mercado local, especialmente en proyectos impulsados desde el sector público.

Aceptación positiva en universidades y gobiernos

Aunque su venta es todavía incipiente, la recepción entre autoridades estatales e instituciones universitarias ha sido favorable. Los beneficios ambientales, como la reducción de la huella de carbono, han sido decisivos para generar interés.

Ruiz comenta que el primer prototipo acumuló entre 50 mil y 80 mil kilómetros en pruebas con distintos clientes y rutas, lo que permitió validar su operación. Varios estados han solicitado demostraciones, aunque ninguno ha concretado compras por falta de financiamiento.

Aunque Dina sí ha exportado unidades a Estados Unidos, Honduras, Colombia y El Salvador, Ruiz subraya que su mercado principal es México, aunque asegura que representantes de otros países han mostrado interés en el modelo eléctrico.

No obstante, reconoce que naciones de la región ya cuentan con más unidades eléctricas en operación que México, donde la flota apenas ronda las 500 unidades, pero considera que el país avanza “poco a poco”.