Los programas sociales que se dispersan a través del Banco del Bienestar han impulsado la bancarización del país, pues representan 26% de las cuentas que están en el sistema financiero, según datos del Índice de Inclusión Financiera Edición 2025, realizado por Banamex.
De acuerdo con Guillermina Rodríguez, directora de estudios económicos de Banamex, el Banco del Bienestar tiene una mayor penetración en los municipios con la menor inclusión a nivel nacional, cabe señalar que en 2018 había 1,540 municipios con una inclusión financiera muy baja y para 2024 sólo hay 1,005, esto significa una reducción de 35%, que han avanzado a un rango de mayor inclusión.
“En los últimos años, la banca de desarrollo a través del Banco del Bienestar ha cobrado presencia en gran parte del territorio nacional. No obstante, es una institución mayormente encaminada a la dispersión de recursos monetarios para la población beneficiada por los programas sociales del gobierno, sin incursionar en todos los servicios ofrecidos por la banca comercial. Con ello y al momento, solo algunos indicadores como sucursales, cajeros automáticos y tarjetas de débito son los que cobran mayor relevancia”, precisó Guillermina Rodríguez.
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La especialista indicó que, si bien la presencia de sucursales de la banca de desarrollo, cajeros y tarjetas de débito contribuyen a la bancarización de la población y con ello a difundir una mayor educación financiera y acceso a los servicios, este segmento dista de colocarse en la misma línea que la banca múltiple, debido a lo limitado de sus servicios, situación que encuentra su origen en su principal función: la dispersión de recursos de programas gubernamentales.
Contexto: El estudio de Banamex muestra que en 2024 el porcentaje de personas que cuentan con al menos un producto financiero corresponde a 76.5% de los mexicanos, mientras que en 2018 habían 68.3%.
Llegan tarde y enfrentan retos tecnológicos
Roberto Vélez Grajales, director ejecutivo del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), indicó que si bien las personas que tiene una cuenta bancaria en donde reciben recursos de programas sociales no necesariamente acceden a financiamiento o dan uso a esa cuenta más allá del retiro de los recursos, sin embargo, representa el primer paso de la inclusión financiera.
“Si bien es un primer paso, eso se tiene que aprovechar, hay un reto porque se está llegando tarde a un público, además de que esto está cambiando en materia tecnológica, lo cual podría generar una exclusión”, aseveró Vélez.
