Expertos aseguran que la burbuja que se está formando ante el crecimiento exponencial de las empresas de inteligencia artificial (IA), que suponen la mayor de las ganancias del mercado de valores, es diferente a la de la burbuja punto com, según EFE.
Contexto: a finales de los 90, el auge de Internet hizo que inversores apostaran por empresas tecnológicas que cotizaban en la bolsa sin tener ingresos sólidos, ocasionando una burbuja.
En el año 2000, esa burbuja estalló, causando un colapso en los mercados y generando pérdidas financieras.
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Burbuja impulsada por los grandes
Vasant Dhar, catedrático de negocios y ciencia de datos de la Universidad de Nueva York e investigador de la IA, que vivió la crisis de los 2000, explicó a EFE que la burbuja puntocom fue inflada por “cientos de compañías nuevas” que no tenían ingresos.
La diferencia con la burbuja IA radica en que esta ha sido impulsada por grandes de la tecnología como Nvidia, Microsoft, Meta, Amazon, Google, entre otros.
Estas empresas invierten “sus ganancias reales” en infraestructura que hace que compañías de billones de dólares dominen el espacio de la IA, según Dhar.
OpenAI genera preocupación
OpenAI, creadora de ChatGPT, ha previsto un gasto total de aproximadamente 22,000 millones de dólares en inversión en chips y centro de datos, frente a ingresos de 13,000 millones de dólares, que se traduce en una pérdida neta de 9,000 millones de dólares.
Según documentos financieros obtenidos por The Wall Street Journal, OpenAI prevé en 2028 tener pérdidas operativas por 74,000 millones de dólares, para obtener beneficios significativos en 2030.
Además, la financiación circular de OpenAI, en donde Microsoft invierte en la creadora de ChatGPT y esta a su vez se compromete a gastar miles de millones en la nube de Microsoft y en chips de Nvidia, genera preocupación.
Dhar aclaró que, aunque existen acuerdos circulares, las compañías están invirtiendo gran parte de sus ganancias en centros de datos para hacer infraestructura de la IA “no están especulando a lo loco”.
Asimismo, sostuvo que si OpenAI desapareciera, nadie se vería afectado, ya que los usuarios migrarían a otros modelos de IA que funcionan igual que ChatGPT y que, ante la quiebra, solo se vería un “hipo” en el mercado, sin que suponga un fin del sector.
Pero Sundar Pichai, director ejecutivo de Alphabet (matriz de Google), afirmó que todas las empresas pueden verse afectadas si estalla la burbuja de la IA.
El riesgo está en las 'startups'
El mes pasado, Jamie Dimon, consejero delegado del banco estadounidense JP Morgan, declaró que la inversión en la IA sería rentable, pero que parte del dinero invertido podría perderse.
Para Dhar, existe una burbuja de la IA que está en las “cientos y miles de compañías y jóvenes de 20 años” que levantan millones de dólares en capital especulativo “con solo una idea” y sin un producto real.
De igual forma, destacó que la IA “no se va a ir”, porque es una tecnología que se ha desarrollado durante años.
Además, aunque se construya infraestructura en exceso, la demanda es tan fuerte que “eventualmente” se usará.
Yoni Assie, cofundador y consejero delegado de la plataforma de inversión eToro, quien estudió las burbujas durante su formación, aseguró que “así es como funcionan los mercados”.
Assie pide a los inversores que se informen para que sean “conscientes” de los riesgos.
Nvidia, impulsada por la IA
Nvidia, fabricante de los chips informáticos que han impulsado el auge de la IA, reportó que, para su tercer trimestre fiscal, sus ingresos aumentaron un 62% hasta alcanzar los 57,010 millones de dólares interanuales.
Para el periodo de agosto a octubre, tuvo un beneficio neto de 31,910 millones de dólares, un incremento del 65% frente al mismo periodo de 2024.
El segmento que impulsó este crecimiento fue el de centros de datos, alcanzando ventas de 51,200 millones de dólares.
¿Por qué esto es importante?
El auge de la IA está generando una burbuja económica que, a diferencia de la burbuja de internet de hace 20 años, está respaldada por gigantes tecnológicos que lideran la inversión.
Esto permite anticipar cómo la IA podría impactar los mercados financieros y la economía global en los próximos años.
JL