El inicio del proyecto inmobiliario de Fuentes Brotantes 134, frente al Parque Nacional Fuentes Brotantes, catalogado como Área Nacional Protegida por la Secretaría del Medio Ambiente, ya causó el retiro de 40 árboles de la zona.
Opositores al proyecto sostienen que la obra afectará el abasto de agua en el pueblo de Santa Úrsula Xitla, en Tlalpan, por lo que han pedido su clausura. En noviembre la alcaldía suspendió los trabajos por irregularidades en la demolición, pero la constructora obtuvo una suspensión y los sellos se retiraron. Luego, la Secretaría del Medio Ambiente local clausuró la obra por la tala y la constructora volvió a ampararse y actualmente ya hay anuncios de venta
En ese predio de 9 mil metros cuadrados las empresas inmobiliarias Graus y Azimuth buscan construir 52 casas de lujo que costarán 9 millones de pesos cada una.
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El proyecto, ubicado en Camino a Fuentes Brotantes 134, en el pueblo originario de Santa Úrsula Xitla, Tlalpan, ya exhibe lonas en las que se anuncia la venta de condominios. Unas más advierten que quien sea sorprendido pintando grafitis o consignas será sancionado, a raíz de la pinta que alguien colocó en noviembre con la palabra “Clausurado” y la frase “Agua sí, inmobiliaria no”.
Fuentes Brotantes 134 cobró relevancia desde mediados de julio, cuando la segunda marcha contra la gentrificación partió de un punto cercano a ese proyecto inmobiliario. Los organizadores de la manifestación, que aseguran no tuvieron que ver con la primera realizada el 4 de julio en el Parque México de la Condesa, presentaron seis demandas al gobierno capitalino, la principal, cancelar el proyecto para evitar desplazamientos.
En qué consiste el proyecto
La superficie en la que se planea levantar Fuentes Brotantes 134 tiene una superficie total de 9 mil 517.17 metros cuadrados. La entrada está enfrente del parque natural Fuentes Brotantes, sitio que luce como un oasis ya que es una zona boscosa, con una presa, una zona de paseo entre árboles, y negocios de comida.
De acuerdo con la página de la empresa Graus, el proyecto comenzó desde 2020. Se describe como un complejo plurifamiliar, ubicado dentro de uno de los pulmones verdes del sur de la ciudad de México.
“Son 52 casas que se disponen sobre un terreno en pendiente con un diseño lineal, modulada, contemporánea y consiente (sic)”.
La página incluye un mapa aéreo del terreno, con una entrada estrecha sobre Camino a Fuentes Brotantes. También se incluye parte del diseño de las casas de dos pisos, en un conjunto con una plazoleta de acceso y un espejo de agua de 20 centímetros de profundidad.
En la página de la otra constructora se define el proyecto como “‘un diálogo entre el bosque y la ciudad” y destaca su ubicación privilegiada al sur de la CDMX, con acceso a vialidades importantes y promete la reforestación con más de 100 árboles dentro del conjunto.
https://www.azimuthdesarrollos.com/wp-content/uploads/2025/01/BROCHURE_FUENTES-BROTANTES-2024.pdf
Contexto: El Parque Nacional Fuentes Brotantes se creó en 1939 y actualmente cuenta con 21.9 hectáreas. De acuerdo con la tesis “Recuperación del parque Fuentes Brotantes de Tlalpan”, de Erick Flores Ángeles, ha sufrido disminución en su extensión, debido al crecimiento de la mancha urbana, pero continúa su papel de ser pulmón de la ciudad de México y requiere un manejo adecuado.
El proyecto inmobiliario estará muy cerca de Insurgentes, Periférico, Plaza Cuicuilco y Perisur, así como del pueblo de Santa Úrsula Xitla, que ya existía desde el siglo XVI.
“Queremos evitar desplazamientos"
Ernesto Entrada fue uno de los organizadores de la marcha del 20 de julio en contra de la gentrificación y también es uno de los opositores al proyecto y explica la causa a La Silla Rota.
“Estos movimientos son en contra de la gentrificación también, pues este proyecto va a empezar a desplazar a la gente original del pueblo de Santa Úrsula Xitla. Aparte, al subir la plusvalía va a aumentar el pago de los servicios como son la luz, la renta y el predial”.
Otra razón para pedir la cancelación definitiva es que debe haber una gestión comunal del bosque y el pueblo debe tener el control sobre cómo se cuida el territorio.
Desde hace años comenzó la organización contra el proyecto. En noviembre de 2024 activistas y pobladores de Santa Úrsula Xitla decidieron cerrar Insurgentes, a la altura de la estación del Metrobús Fuentes Brotantes, para protestar. Representantes de la alcaldía gobernada por la morenista Gabriela Osorio acudieron al lugar.
Se estableció una mesa de diálogo y poco tiempo después la alcaldía suspendió la obra, pero la empresa inició un juicio de amparo y logró la reanudación de la obra.
Después los inconformes se quejaron ante la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX, que acudió con un visitador, gracias a lo cual se logró otra suspensión, ordenada por la Secretaría de Medio Ambiente; las empresas promovieron otro juicio y consiguieron levantar la suspensión, recuerda Estrada.
Según el activista, actualmente el terreno está casi sin árboles, y ya listo para cimentar.
Compartió con La Silla Rota videos en los que se ve cómo un trabajador corta las ramas de un árbol con una motosierra. El terreno aún luce varios ejemplares arbóreos. En otro video se observa el mismo terreno, pero ya solo con un par de árboles y con maquinaria que excava tierra de una parte del lugar. En otro se ven tres vehículos que trabajan sobre el vasto terreno.
Crítico de las autoridades capitalino, comparte otro video en el cual se ve al subsecretario de Gobierno, Fadlala Akabani hablar sobre la autorización para el proyecto. Dice que la falta de agua en el pueblo se da por causas estructurales y “52 casas más o 52 casas menos no es por ahí que se tiene que trabajar para solucionar el tema del agua”.
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Hubo quejas ante la PAOT
Desde 2021 ya hubo quejas ante la autoridad. El 13 de septiembre de ese año una persona denunció ante la Procuraduría Ambiental de Ordenamiento Territorial (PAOT) el derribo de varios árboles, derivado de una construcción que, acusaba, no contaba con los permisos correspondientes.
En el expediente de conclusión, la PAOT encontró que se había iniciado el proceso de consulta vecinal para el proyecto denominado Residencial Fuentes Brotantes 134 y que aún no contaba con permiso para el proyecto constructivo, pero ya estaban realizando todos los trámites correspondientes.
Ahí se detalla que hasta 2018 en el predio había cuatro cuerpos construidos con una superficie de 770.16 metros cuadrados y 2 niveles para un proyecto de obra nueva de 52 viviendas, de las cuales 41 eran de 2 niveles y 11 de 3 niveles (planta baja y dos niveles).
La revisión de la PAOT determinó que se realizaron actividades de obra, consistentes en la construcción de un inmueble de 2 niveles de altura y la colocación de una techumbre a base de estructura metálica y la excavación del predio, sin que para ello se tuviera las autorizaciones correspondientes. Esto es visible desde la calle.
La procuraduría establecía que le correspondía a la Dirección General de Asuntos Jurídicos y de Gobierno de la alcaldía Tlalpan, entonces gobernada por la perredista Alfa González, substanciar el procedimiento iniciado al predio, imponiendo las medidas precautorias y sanciones procedentes, a fin de evitar que se construya sin contar con las autorizaciones correspondientes.
Respecto a la tala de árboles, el representante del predio presentó un dictamen de existencia de 150 árboles y no se constataron actividades de derribo de arbolado. Pese a ello, en la información del expediente se tenía que en el predio ya se habían llevado a cabo el derribo de árboles y se tenían previsto más, sin autorización para ello. La PAOT pidió información a la alcaldía, que respondió que no se detectó documentación al respecto.
Como resultado de la investigación, se detectó que por encontrarse en un área de conservación patrimonial, cualquier intervención requiere contar con un dictamen técnico emitido por la dirección de Patrimonio Cultural urbano y Espacio Público de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda.
La Silla Rota consultó a autoridades de Tlalpan para cotejar el dato de la clausura que hicieron del predio y las obras. La respuesta fue que ocurrió en noviembre pasado porque la empresa no tenía los documentos sobre la demolición en orden. Pero por orden judicial empleados de la alcaldía debieron quitar los sellos, además de que se subsanaron las fallas.
En el caso de la Secretaría del Medio Ambiente la clausura se ordenó en febrero de este año y fue por tala de árboles, pero también se subsanaron las fallas y los sellos fueron levantados en marzo.
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La Silla Rota buscó a la Sedema para ampliar la información, pero no hubo respuesta. También buscó a la empresa Graus para tener su postura, pero no hubo una contestación en el número telefónico que aparece en su página de internet.
kach