PERIFÉRICO SUR

Periférico Sur 2273: en Álvaro Obregón temen infierno por proyecto inmobiliario

En esta zona de Periférico Sur ya se presentan problemas constantes de tráfico y también problemas derivados del ruido de los autos, por los dos pisos de la vialidad

Créditos: Raúl Estrella/La Silla Rota
Escrito en METRÓPOLI el

Luz García Arribas es vecina de avenida de las Flores, en la colonia Flor de María. Su casa está a unos metros de Periférico 2273, un proyecto inmobiliario que incluiría 800 departamentos distribuidos en tres torres, un centro comercial, así como 2 mil 200 cajones de estacionamiento en una zona en la que ya hay escasez de agua y que se convierte en una “pesadilla” en las horas pico del tránsito.

“Este proyecto inmobiliario nos tiene preocupadísimos porque no hay las condiciones para una construcción de ese tamaño. No hay la cantidad de energía ni la luz y en cuestiones de agua en épocas de secas lo pasamos muy mal”, dice Luz García a La Silla Rota.

En esa zona, como en distintas partes de Periférico hay problemas constantes de tráfico y también problemas derivados del ruido de los autos, por los dos pisos de la vialidad. Se hacen nudos de tráfico pese a que el predio, en el que durante años operó la empresa Jafra, ya no está operando.

“Si pensamos en 800 departamentos, en 2 mil 500 metros cuadrados de oficinas, en un centro comercial, sería una locura esta zona”, no duda en alarmarse Luz García.

Para el proyecto de la constructora Balm en mayo comenzó la limpieza del terreno, incluida la demolición de la bodega de Jafra. En julio, algunos árboles que había en el estacionamiento fueron sacados, al tiempo que se eliminaban las jardineras y se colocaban tapias en una parte del predio en que se hará la excavación de los ocho niveles de sótanos que albergarán a los estacionamientos.

Ya quitaron árboles

Luz García no es la única vecina que teme que el proyecto derive en un caos una vez que se termine la obra, sino en el proceso de su construcción, que se estima en cinco años de constante trajín de entrada y salida de camiones y trabajo de máquinas.

Otro vecino que ya se puso en alerta es Raúl Santoyo, quien vive en un conjunto habitacional horizontal contiguo al predio. Desde ahí le ha tocado ver cómo han quitado los árboles. Incluso grabó un video en el que se ve que unos trabajadores cubrir con plástico la base de un ejemplar, mientras una voz femenina pronostica que ese árbol va a morir, porque no va con toda su raíz.

Foto: Raúl Estrella

Después, en el mismo video se ve que una trabajadora saca su celular y graba a los vecinos y luego aparece un camión que transportará el árbol que según la voz femenina tiene 40 años.

Santoyo advierte que no van a permitir que se construya el desarrollo. “Quieren hacer un hoyo de 52 metros de profundidad. Cinco años de construcción en nuestras orejas”, se queja.

Será un edificio más en la lateral de Periférico. La zona está plagada en ambos lados de edificios habitacionales y de oficinas que llegan hasta Barranca del Muerto.

Foto: Raúl Estrella

En qué consiste el proyecto

Una página de internet explica el objetivo del proyecto y en qué consistirá.

Se trata de una construcción de dos etapas de un conjunto de edificios para usos de vivienda, comercio y oficinas sobre un predio con superficie de 9 mil 526 metros cuadrados y una de construcción sin número de bloques, un área total dentro del proyecto de construcción- de 103 mil 486.19 metros cuadrados.

De acuerdo con el proyecto, hay un área de influencia social en las colonias Flor de María, Atlamaya, Las Águilas, Ampliación Alpes y Los Alpes. La construcción para oficinas, así como los de tipo habitacional tendrán 12 niveles. Uno de estos edificios tendrá 119 departamentos, otro 313 y otro 368. El proyecto tendrá una altura máxima de 54 metros al último nivel habitable.

A ello se suman los ocho niveles de sótanos, con cisterna y planta de tratamiento, 2 mil 11 lugares de estacionamiento y 450 para biciestacionamiento.

Foto: Raúl Estrella

Los inconvenientes

El 30 de abril vecinos de Flor de María dirigieron un escrito a la alcaldía Álvaro Obregón, así como a las secretarías de Desarrollo Urbano y Vivienda, y la de Medio Ambiente y Recursos Naturales (hoy de Planeación) con observaciones ciudadanas sobre el proyecto Periférico 2273 en el que expresan su rechazo.

En el documento plantean que el proyecto significa un exceso de densidad poblacional, al plantear una concentración de 800 viviendas en una zona catalogada de baja intensidad conforme al programa parcial de desarrollo de San Ángel, San Ángel Inn y Tlacopac.

Foto: Raúl Estrella

Además, hay una inadecuada provisión de área libre, ya que se simula su cumplimiento mediante pasillos comerciales, contraviniendo la Norma General de Ordenación 4, que establece que las áreas libres deben ser permeables y destinadas a la recarga natural de acuíferos.

Otra falla del proyecto es que carece de espacios de recreación pública.

Una de las inconformidades vecinales es por la altura excesiva de las construcciones. Los cuerpos A y B del proyecto superan los 12 metros de altura junto a las viviendas existentes, lo que afecta la luz natural, la ventilación y el derecho a la intimidad, contraviniendo lo estipulado en el Reglamento de Construcciones para el Distrito Federal y en los parámetros de altura derivados del Certificado Único de Zonificación de Uso de Suelo.

Foto: Raúl Estrella

El diseño compromete la seguridad residencial, ya que el pasillo comercial planeado entre los cuerpos A y B termina en las áreas comunes del 344 de Avenida de las Flores, vulnerando principios de diseño seguro y convivencia armónica, establecidos en el propio RCDF.

La cifra proyectada de 2 mil 011 cajones de estacionamiento no parece suficiente para absorber la demanda de residentes, visitantes y comercios, generando un riesgo de saturación vial en la zona, en contradicción con la política de movilidad de la Ciudad de México.

La excavación de tres niveles de sótano adyacentes a viviendas existentes genera riesgos de afectación estructural. La ubicación de las cisternas de aguas residuales es inadecuada y la proximidad a casas habitadas podría generar riesgos de filtraciones o fugas.

Foto: Raúl Estrella

Los opositores señalan omisión de proyecciones de consumo eléctrico e hídrico porque no se exhiben estudios de demanda de agua ni energía.

A ello se suma la saturación del sistema de drenaje. El volumen de aguas residuales esperado (más de mil 200 metros cúbicos diarios) pondría en riesgo la capacidad operativa del drenaje local, lo que afectaría no solo a los nuevos usuarios, sino a toda la comunidad circundante.

Los vecinos temen que con la construcción habrá generación de riesgos sanitarios y de plagas.

Foto: Raúl Estrella

Solicitan la modificación del proyecto en apego al cumplimiento de la normatividad ecológica, urbana y delegacional aplicable. También la imposición de multa correspondiente, en caso de que al revisar la licencia de demolición y construcción se encuentren irregularidades administrativas, técnicas o legales.

La clausura total o parcial del proyecto, en caso de que se determine el incumplimiento de las condicionantes establecidas en la licencia de demolición o afectaciones ambientales graves.

Nunca les avisaron del inicio del proyecto

Luz García dice que a mediados del año pasado Jafra cerró. Pero nadie les avisó del arranque del proyecto. No hubo un letrero, pero sí aparecieron en abril pasado tres pequeños módulos de la empresa consultora GMI en los que unas personas hacían una encuesta a quienes se acercaban.

Ella se acercó y una encuestadora estuvo haciéndole preguntas. Al final, la joven le musitó que de las personas que había consultado, nadie estaba a favor.

Raúl Santoyo dice que la encuesta fue el aviso, y prácticamente el arranque de la demolición para la obra. “Al mes de la primera consulta que tuvimos con ellos nos avisan y entendemos la magnitud del tema”.

Le comentaron que la zona de impacto solo serán 500 metros hacia adelante y hacia atrás. Pero las afectaciones en el tráfico llegarán hasta avenida Desierto de los Leones y hacia los pueblos originarios de Álvaro Obregón, como Santa Rosa Xochiac, donde el tráfico de por sí es lento y con más autos será impactado.

Foto: Raúl Estrella

Otra cosa que le llamó la atención es que los permisos para la obra marcan no sólo el 2273, sino también más adelante, el 515 de Boulevard Adolfo López Mateos.

“Tenemos dos direcciones y no sabemos si realmente están unidos los terrenos, no podemos encontrar información adecuada en los medios, ya hemos hecho las denuncias correspondientes a la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial”.

Otro problema son las inundaciones y en la calle vecina de Barranca de Pilares cuando llueve de manera intensa, se hace una especie de alberca porque se vuelve el receptáculo de las aguas que llegan de Las Águilas.

“Aquí el año pasado tuvimos una inundación de más de metro y medio de agua. Si pones aquí nueve sótanos, vamos a hacer una alberquita para los 2 mil 200 autos que planean”.

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La Silla Rota buscó la versión de la alcaldía Álvaro Obregón y de la Secretaría de Planeación, Ordenamiento Territorial y Coordinación Metropolitana de la CDMX, pero no hubo respuesta.

 

lrc