La presidenta Claudia Sheinbaum acusó a Estados Unidos de guardar responsabilidad por la situación de violencia que se vive en Sinaloa desde el año pasado, tras la captura de Ismael "El Mayo" Zambada. La mandataria insistió en que la intervención de agencias o instituciones del gobierno estadounidense en la detención de “El Mayo” Zambada "provocó lo que ha ocurrido durante este año" en la entidad.
"Estamos trabajando y vamos a pacificar Sinaloa, eso va a ser así. Se trabaja todos los días. Cuando hay honestidad, estrategia y trabajo, hay resultados, en Sinaloa y en todo el País. Por supuesto que se va a pacificar Sinaloa", declaró la mandataria a un año de la captura del líder del Cártel de Sinaloa.
No obstante, insistió en que es "importante" analizar "cómo se dio esto (la captura del narco) y la valoración de cómo fue la intervención en su momento de agencias o instituciones del Gobierno de los EU para provocar lo que ha ocurrido este año (violencia en Sinaloa)".
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Sheinbaum subrayó que su gobierno busca colaborar con Estados Unidos, pero "sin injerencionismo", enfatizando la necesidad de que EU tenga programas de atención a las causas de las adicciones y detenciones de quienes se dedican a la venta ilegal de drogas en su territorio.
"Desde su lado, también tienen que hacerlo en lo que se refiere a atención a las causas que provoca el consumo de drogas, que es lo que hace que haya el tráfico de drogas; desde México a Estados Unidos siempre hemos planteado que ellos siempre tienen que tener un programa de atención a las causas de las adicciones y también de detenciones en Estados Unidos de aquellos que se dedican a la venta ilegal de droga", declaró.
A pesar del panorama, la presidenta reiteró su confianza en pacificar Sinaloa, el cual cerró junio como el estado más violento de México. Afirmó: "vamos a avanzar en la estrategia de seguridad, estoy convencida de que estamos haciendo lo correcto, lo estamos haciendo bien, están disminuyendo los homicidios y vamos a disminuir todos los delitos", agregó.
La violencia desatada tras la captura de "El Mayo"
La detención de Ismael "El Mayo" Zambada en Estados Unidos, el 25 de julio de 2024, marcó un punto de inflexión, desencadenando una ola de violencia sin precedentes en Sinaloa. Se ha reportado que su captura fue resultado de una presunta traición de Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín "El Chapo" Guzmán.
"El Mayo" Zambada mismo ha declarado que fue secuestrado por Joaquín Guzmán López y llevado a Estados Unidos contra su voluntad, sin el conocimiento de las autoridades mexicanas y mediante un plan de vuelo irregular. Esta acción fracturó al Cártel de Sinaloa, dando inicio a una guerra interna entre las facciones de "Los Chapitos" y "La Mayiza".
Desde septiembre de 2024, Sinaloa ha experimentado un repunte significativo en los niveles de violencia. Estimaciones periodísticas de abril de 2025 señalan más de mil muertos en esta guerra interna. Las cifras de violencia son contundentes: 1,764 homicidios dolosos, 1,767 personas privadas de la libertad, y 6,269 vehículos robados.
El impacto también se ha sentido en la economía, con más de 15,700 empleos formales perdidos y 4,000 negocios cerrados en el estado, principalmente en Culiacán. Expertos coinciden en que, a un año de la caída de "El Mayo", la estructura del Cártel de Sinaloa ha llegado a su fin tal como se le conocía.
El gobierno federal ha respondido incrementando la presencia de las fuerzas armadas, logrando casi 1,500 detenciones, el aseguramiento de 3,000 armas, 53 toneladas de droga (incluyendo fentanilo) y el desmantelamiento de 91 laboratorios clandestinos. Sin embargo, estos operativos han tenido un costo, con diez elementos del Ejército Mexicano fallecidos y 35 heridos.
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¿Por qué es relevante el tema?
La postura de la presidenta plantea una lectura crítica del papel de Estados Unidos en la violencia desatada en Sinaloa, tras la captura de Ismael “El Mayo” Zambada.
Al señalar la intervención de agencias estadounidenses como detonante del actual conflicto interno del Cártel de Sinaloa, Sheinbaum abre un debate sobre los límites de la colaboración bilateral en seguridad, así como sobre la soberanía nacional en temas de alto impacto.
El conflicto generado tras la captura ha dejado más de 1,700 muertos, miles de desaparecidos, empleos perdidos y negocios cerrados, lo que refleja un colapso económico y social en la entidad. Aunque el gobierno federal ha intensificado operativos y detenciones, la crisis sigue vigente.
La mandataria insiste en que la solución no solo depende de operativos en México, sino también de que EU atienda las causas de fondo del narcotráfico, como el consumo y el mercado de drogas en su propio territorio.
Este posicionamiento es clave para entender la nueva narrativa de seguridad nacional, donde se exige corresponsabilidad internacional, se cuestiona el injerencismo extranjero y se busca un enfoque integral frente al crimen organizado y sus consecuencias estructurales.
VGB