La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, manifestó este viernes su rotundo desacuerdo con la continuidad de la construcción del muro fronterizo por parte del Gobierno de Estados Unidos, y enfatizó que México no está contribuyendo ni participando en la obra, y que considera que el muro no es necesario.
Sheinbaum afirmó que, sin la necesidad de un muro, se ha logrado una frontera "muy segura" con Estados Unidos, gracias a la colaboración y coordinación entre ambos países. Y subrayó que la política de su gobierno busca la cooperación para el desarrollo y el respeto a los derechos de los mexicanos que residen en EU.
La presidenta destacó que la construcción del muro responde a una decisión del presidente Trump, y que la visión de su administración se basa en la cooperación binacional, no en medidas de exclusión o militarización. "No más muros, sino más oportunidades para todos", afirmó. Concluyó diciendo que "México no construye muros, construye puentes".
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La mandataria fue categórica al deslindar a México de cualquier financiamiento o intervención en la obra, declarando que "lo están haciendo ellos" y que México "no está pagando ni interviniendo en la obra", refutando así las promesas de Donald Trump, quien había asegurado que México pagaría por el muro.
Dejó claro que Estados Unidos está costeando la totalidad de la construcción.
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Detalles de la nueva fase del muro
La nueva fase de construcción del muro fronterizo, impulsada originalmente por Donald Trump, se está llevando a cabo específicamente entre el desierto de Santa Teresa, Nuevo México, y Ciudad Juárez, Chihuahua. Según el medio Border Report y el CBP, se construirán 9.6 kilómetros de muro fronterizo secundario, con estructuras de acero de aproximadamente nueve metros de altura.
Otros reportes indican que este nuevo proyecto es de 11 kilómetros de largo con barras de acero de más de 30 metros de altura. Estas obras forman parte de un proyecto más amplio que contempla más de 137 kilómetros de nuevo muro en sectores clave como San Diego, Yuma, Tucson, El Paso y el Valle del Río Grande.
Los trabajos iniciaron en la frontera a la altura de la Asociación Ganadera de Ciudad Juárez, muy cerca del cruce internacional Jerónimo–Santa Teresa. Esta zona es conocida por su actividad de contrabando y rescate de migrantes que enfrentan temperaturas extremas.
El nuevo muro secundario apoyará una malla de acero de unos 5.5 metros de altura que ya existe, la cual muestra las cicatrices de ataques de contrabandistas y cárteles. Se ha observado la presencia de camionetas, trabajadores y maquinaria, así como vehículos blindados del ejército de Estados Unidos reforzando la seguridad en el límite fronterizo.
Contexto: Aunque la construcción del muro fue detenida por el presidente Joe Biden en enero de 2021, las imágenes recientes del 16 de julio de 2025 confirman el avance de esta barrera secundaria, retomando una de las promesas de campaña de Trump de 2016, centrada en reducir la inmigración ilegal y el tráfico de drogas. El refuerzo original comenzó en 2018.
A pesar de estas obras, se ha registrado una disminución en la llegada de migrantes a la frontera de El Paso, Texas, y Ciudad Juárez, Chihuahua, desde enero, tanto de deportados como de extranjeros que buscan cruzar ilegalmente.
Sheinbaum reafirmó el compromiso de México con una política migratoria humanista y de respeto mutuo, desvinculándose de una construcción que sigue generando controversia en ambos lados de la frontera.
Aunado a la construcción del muro, autoridades estadounidenses han confirmado la continuación de las redadas contra los migrantes en la frontera, incluso afirmando que en Estados Unidos no hay ciudades santuarios, como se les conoce a las ciudades demócratas donde las autoridades defienden a los inmigrantes de las fuerzas federales.
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EU reporta el fin de la crisis migratoria en frontera
Desde la Casa Blanca, EU reportó el fin de la crisis migratoria en la frontera con México. Según Karoline Leavitt, vocera del presidente, Donald Trump "cumplió su promesa de terminar con la invasión migrante", lo que evidencia el éxito de la política migratoria de su administración.
Cifras del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) respaldan esta afirmación. La Patrulla Fronteriza registró 6,070 intentos de ingreso sin visa en junio de 2025, una disminución del 15% respecto a marzo del mismo año. El 28 de junio, se reportaron 137 cruces no autorizados, la cifra más baja en un solo día en los últimos 25 años.
Por segundo mes consecutivo, no se liberaron migrantes interceptados, incluso aquellos que solicitaron asilo, implementándose la retención obligatoria en centros de detención federales. Esto contrasta con flujos migratorios de años previos que superaban constantemente los 150,000 encuentros mensuales. En el sector El Paso, las detenciones cayeron casi un 90% de octubre de 2024 a mayo de 20256.
Esta tendencia descendente se atribuye a mayores operativos de vigilancia, colaboración con autoridades mexicanas y nuevas órdenes ejecutivas.
Desde abril de 2025, Estados Unidos ha reforzado la seguridad fronteriza con vehículos blindados y la presencia del ejército en los 3,000 kilómetros de la frontera, tras designar las zonas colindantes como Áreas de Defensa Nacional. Además, el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) reporta la expulsión de más de 176,000 mexicanos por diversas violaciones desde el año fiscal 2023, con 35,084 expulsiones solo de mexicanos en lo que va de 2025.
¿Por que es relevante la negativa del gobierno mexicano a cooperar con EU para la construcción del muro fronterizo?
La negativa del gobierno mexicano a cooperar con Estados Unidos en la construcción del muro fronterizo es relevante por sus implicaciones políticas, diplomáticas y simbólicas en la relación bilateral. Esta postura, mantenida por sucesivos gobiernos mexicanos, representa una defensa de la soberanía nacional y del principio de no intervención, al rechazar participar en una política que criminaliza la migración y refuerza narrativas xenófobas.
Desde el inicio del proyecto, promovido con fuerza desde la primera administración de Donald Trump, el muro ha sido percibido como un gesto hostil hacia México y los migrantes latinoamericanos. La negativa mexicana a financiarlo o colaborar en su construcción no solo responde a un rechazo moral y político, sino que también busca evitar validar una política basada en la exclusión y la estigmatización.
Aceptar dicha colaboración significaría asumir una corresponsabilidad en una estrategia que ha sido ampliamente criticada por organismos internacionales de derechos humanos. Además, la negativa fortalece la imagen del gobierno mexicano frente a su población y a sus connacionales en el extranjero, al posicionarse como defensor de sus derechos y de su dignidad.
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También permite a México mantener una postura más firme en temas migratorios, enfocándose en el desarrollo regional y en acuerdos de cooperación que aborden las causas estructurales de la migración, como la pobreza, la inseguridad y la falta de oportunidades en Centroamérica.
Diplomáticamente, esta decisión marca un límite claro en la colaboración bilateral, recordando que, si bien México ha cooperado en control migratorio, no está dispuesto a respaldar políticas que contradigan sus principios constitucionales y humanitarios. En suma, la negativa a cooperar con la construcción del muro fronterizo es un acto con alto contenido político y ético que impacta la relación México-Estados Unidos y el debate sobre los derechos de los migrantes.
VGB