RIGOBERTA MENCHÚ

Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz 1992, se naturaliza mexicana

Desde la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores, De la Fuente reconoció la trayectoria de Menchú en la defensa de los derechos humanos y de los pueblos indígenas

Rigoberta Menchú y el canciller Juan Ramón de la FuenteCréditos: Cuartoscuro
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La activista Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz 1992, recibió este miércoles su carta de naturalización como mexicana de manos del canciller Juan Ramón de la Fuente, en representación de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum.

Desde la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), De la Fuente reconoció la trayectoria de Menchú en la defensa de los derechos humanos y de los pueblos indígenas.

Además, resaltó sus aportaciones a la vida académica en diversas universidades tanto de México como del extranjero.

“En la sede de la SRE, el canciller Juan Ramón de la Fuente recibió, a nombre de la presidenta Claudia Sheinbaum, a Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz 1992, a quien entregó su carta de naturalización la cual la acredita como mexicana”, informó la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Contexto: la activista guatemalteca ha tenido una relación cercana con México desde hace décadas, especialmente tras el exilio que vivió en el país durante el conflicto armado en Guatemala.

Su trabajo ha influido en múltiples iniciativas relacionadas con los derechos de las mujeres, los pueblos originarios y la educación intercultural.

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La entrega del documento simboliza el reconocimiento del Estado mexicano a una figura emblemática de la lucha indígena en América Latina.

¿Por qué es importante Rigoberta Menchú en la región de América Latina?

Rigoberta Menchú nació en 1959 en Laj Chimel, una comunidad maya quiché del occidente de Guatemala. Desde joven vivió la discriminación y represión que enfrentaban los pueblos indígenas en el país. Su familia fue directamente afectada por la violencia del Estado durante el conflicto armado:

Su padre, Vicente Menchú, fue asesinado en 1980 durante una toma pacífica de la Embajada de España en Ciudad de Guatemala.

También perdió a su madre y a uno de sus hermanos en actos de represión militar.

Estas experiencias marcaron profundamente su vida y motivaron su activismo.

Testimonio y reconocimiento internacional

En 1983, en el exilio en México, Menchú publicó su testimonio en el libro Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia, editado por la antropóloga Elisabeth Burgos. El libro tuvo un impacto internacional y ayudó a visibilizar la represión sistemática contra los pueblos indígenas y la población civil durante el conflicto guatemalteco.

En 1992, recibió el Premio Nobel de la Paz por:

  • Su lucha en favor de la justicia social.
  • La defensa de los derechos indígenas en América Latina.
  • Su denuncia internacional de las violaciones a los derechos humanos en Guatemala.

Activismo y trabajo político

Después del conflicto armado, Menchú continuó trabajando en:

  • La Fundación Rigoberta Menchú Tum, que promueve los derechos humanos, la paz, la memoria histórica y el desarrollo sostenible en comunidades indígenas.
  • Participación en procesos judiciales internacionales contra responsables de crímenes de guerra en Guatemala.
  • Incursiones en la política nacional, incluyendo su candidatura a la presidencia de Guatemala en 2007 y 2011, con el objetivo de dar voz a los pueblos indígenas en el sistema político.

El legado de Menchú ha sido clave en:

  • El reconocimiento internacional del genocidio indígena en Guatemala.
  • El impulso de la justicia transicional y los derechos colectivos en América Latina.
  • La defensa de la cultura, la lengua y la autodeterminación de los pueblos originarios.