Cada año, México enfrenta la amenaza de los ciclones tropicales, fenómenos meteorológicos que, aunque forman parte natural del ciclo climático del planeta, pueden tener consecuencias devastadoras si no se toman las precauciones adecuadas. Estos sistemas de tormenta, que pueden evolucionar desde simples depresiones hasta potentes huracanes, afectan principalmente a las zonas costeras del país y representan un riesgo tanto para la vida humana como para la infraestructura y la economía regional.
En ese sentido, es importante saber que los ciclones tropicales son sistemas de baja presión que se forman sobre aguas cálidas del océano, generalmente cuando la temperatura del mar supera los 26.5°C.
Estos fenómenos se originan a partir de una perturbación atmosférica que, al alimentarse del calor y la humedad del océano, comienza a girar por efecto de la rotación de la Tierra, organizándose en un patrón ciclónico. A medida que gana fuerza, este sistema puede clasificarse en depresión tropical, tormenta tropical o huracán, dependiendo de la velocidad de sus vientos.
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El impacto de un ciclón tropical no se limita solo al momento en que toca tierra. A menudo, las lluvias torrenciales asociadas a estos sistemas provocan desbordamientos de ríos, afectaciones agrícolas, daños a viviendas, suspensión de servicios y, en casos graves, la pérdida de vidas humanas.
¿Cómo afectan las tormentas tropicales a México?
Contexto: Con la llegada de la temporada de ciclones tropicales, que se extiende oficialmente de mayo a noviembre en el país, México se prepara una vez más para enfrentar uno de los fenómenos naturales más peligrosos y recurrentes en su territorio.
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Y es que tan solo vale la pena recordar que cada año, decenas de sistemas ciclónicos se forman en las aguas cálidas del Océano Pacífico y del Atlántico, y una parte de ellos impacta directamente a territorio nacional, dejando a su paso lluvias intensas, inundaciones, deslaves, daños a la infraestructura y, en los peores casos, pérdidas humanas.
Los ciclones tropicales, que incluyen depresiones, tormentas y huracanes, afectan principalmente a los estados costeros, aunque su influencia puede sentirse tierra adentro. Entidades como Quintana Roo, Veracruz, Yucatán, Campeche, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco, Sinaloa, Nayarit y Baja California Sur son frecuentemente golpeadas por estos sistemas, pero las lluvias que generan pueden afectar también a estados del centro y norte del país, provocando emergencias en zonas que no están directamente en el litoral.
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Uno de los principales impactos de estos fenómenos es el exceso de precipitaciones, que suele ocasionar inundaciones en zonas urbanas y rurales, desbordamiento de ríos y afectaciones severas a la red carretera y a cultivos. Las zonas serranas son especialmente vulnerables a los deslaves y derrumbes, lo que puede aislar comunidades enteras. Además, los fuertes vientos y marejadas provocadas por huracanes de categoría alta suelen arrasar techos, derribar árboles, postes eléctricos y dañar viviendas, especialmente en zonas con infraestructura precaria.
Así impactará a México el nuevo ciclón tropical de la temporada
Autoridades meteorológicas han emitido una alerta ante el incremento significativo de lluvias en gran parte del territorio nacional, como resultado de una compleja combinación de sistemas atmosféricos. Entre ellos destaca una zona de baja presión con potencial de desarrollo ciclónico en el Océano Pacífico, cuya evolución podría derivar en un ciclón tropical durante los próximos días.
Debido a estas condiciones climatológicas, desde este jueves 26 y hasta el lunes 30 de junio, se prevé una cadena de fenómenos meteorológicos que podrían ocasionar lluvias fuertes a torrenciales, vientos con rachas de hasta 90 km/h, oleaje elevado y altas temperaturas en distintas regiones del país.
De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, esta situación es provocada por la interacción entre una zona de baja presión al sur de Chiapas, canales de baja presión, ondas tropicales activas, incluyendo la número 6, y una circulación ciclónica en niveles altos de la atmósfera, sumado al ingreso constante de humedad proveniente del océano Pacífico, el golfo de México y el mar Caribe.
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Las zonas más afectadas por lluvias intensas a torrenciales incluyen Puebla, Veracruz, Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Colima y Jalisco. En estos estados, las precipitaciones pueden superar los 150 milímetros diarios, lo que representa un riesgo elevado de inundaciones, deslaves y crecidas de ríos. También se esperan lluvias fuertes a muy fuertes en el centro del país, incluido el Valle de México, así como en la Península de Yucatán y varios estados del norte y noroeste.
Para el fin de semana, se prevé que la onda tropical núm. 6 sea absorbida por la zona de baja presión, la cual podría evolucionar a ciclón tropical al sur de las costas de Oaxaca y Guerrero. Este sistema, en combinación con otra onda tropical que ingresará por la península de Yucatán, intensificará aún más las lluvias en los estados del sureste y gradualmente en el occidente mexicano. El domingo, y parte del lunes el sistema comenzaría a desplazarse paralelo a las costas de Michoacán, con potencial de generar lluvias torrenciales en Guerrero y Michoacán, oleaje de hasta seis metros de altura, y rachas de viento superiores a los 80 km/h.
Protección Civil y autoridades locales han exhortado a la población a mantenerse informada a través de fuentes oficiales y seguir las recomendaciones de seguridad, ya que las lluvias podrían provocar encharcamientos, cortes carreteros, daños a viviendas, caídas de árboles y riesgo para las actividades agrícolas. Asimismo, se pide especial atención en zonas montañosas, donde los deslaves podrían poner en peligro a comunidades rurales.
AJA
