APELLIDOS

¿Romero, Morales o Robles? Checa el verdadero origen detrás de estos apellidos

El origen de los apellidos se remonta a cientos de años atrás, sin embargo con el paso del tiempo han sido modificados según las necesidades de identificación

Los apellidos han ido evolucionando conforme van pasando los tiempos.Créditos: LSR / ISTOCK
Escrito en NACIÓN el

Los apellidos, que hoy damos por sentados como parte fundamental de nuestra identidad, tienen una historia larga y compleja que refleja los cambios sociales, políticos y culturales de las sociedades humanas. Aunque actualmente se utilizan para registrar, identificar y organizar poblaciones, sus orígenes fueron mucho más personales y circunstanciales. 

En la antigüedad, muchas culturas se conformaban con un solo nombre para cada individuo. Sin embargo, con el crecimiento de las poblaciones surgió la necesidad de distinguir entre personas con nombres iguales. Así comenzaron a agregarse descriptores que eventualmente se transformaron en apellidos.

En Europa, los apellidos comenzaron a consolidarse entre los siglos XI y XV. Se derivaban comúnmente de características personales (ej. Delgado), oficios (ej. Herrera), lugares de origen (ej. Toledo) o filiación (ej. Rodríguez, que significa "hijo de Rodrigo"). En algunos casos, el apellido representaba estatus social o linaje noble. En el caso de México, la evolución de los apellidos es inseparable del mestizaje, la conquista y la búsqueda de identidad nacional.

El caso mexicano: entre la imposición y la integración

Contexto: En el territorio que hoy conocemos como México, los pueblos originarios tenían formas distintas de identificación, muchas veces ligadas a símbolos, genealogías orales o nombres ligados a eventos naturales. La llegada de los españoles en el siglo XVI impuso una nueva estructura de nombres y apellidos como parte de la colonización cultural.

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Durante la evangelización, millones de indígenas fueron bautizados con nombres cristianos y se les asignaron apellidos españoles. Muchos adoptaron los apellidos de sus padrinos españoles o de los frailes que los convertían. De ahí que apellidos como Hernández, García, Martínez o López estén tan presentes entre los mexicanos, sin importar su origen indígena.

El sistema de nombres y apellidos fue reforzado por la burocracia colonial y, más tarde, por el registro civil republicano del siglo XIX. Fue entonces cuando se hizo obligatoria la inscripción legal de los nacimientos, estableciendo el uso del apellido paterno seguido del materno, una tradición que se mantiene hasta hoy en México.

¿Tienes alguno de estos apellidos? descubre su origen

Más allá de la fama de los apellidos, algunos como  Romero, Morales o Robles  comparten un rasgo curioso y poco comentado: tienen un origen vegetal. En concreto, se estima que más de 3,4 millones de personas, esto al menos en España, llevan un apellido derivado del reino vegetal.

Uno de los casos más destacados es el apellido Romero, que proviene de la conocida planta aromática (hoy clasificada como Salvia rosmarinus), muy habitual en campos y jardines del sur de España. Sin embargo, el origen del apellido también podría estar vinculado al término latino romaeus, usado para describir a los peregrinos que viajaban a Roma o a Tierra Santa. De esta manera, la coincidencia fonética pudo unir dos raíces diferentes en un mismo apellido. Romero no está solo. Le siguen muchos otros apellidos con raíces botánicas:

  • Morales
  • Carrasco
  • Robles
  • Castaño
  • Naranjo
  • Olivares

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Todos estos, en su mayoría, tienen un origen toponímico, es decir, derivan del nombre del lugar donde vivía una familia, y ese lugar estaba caracterizado por una vegetación particular.

Aunque la relación entre la distribución botánica de una especie y la frecuencia de su apellido no siempre es directa, en algunos casos se observa una clara coincidencia. Por ejemplo, Romero es más común en el sur de España y la región mediterránea, donde también abunda el arbusto del mismo nombre.

Esto sugiere que en muchos casos, los apellidos vegetales no sólo señalaban el entorno natural del linaje original, sino que también reflejaban una conexión social, económica o cultural con la flora local.

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