El mundo diplomático mexicano despidió hoy a una de sus figuras más notables: Eugenio Anguiano Roch, primer embajador de México ante la República Popular China, quien abrió caminos donde antes solo había incertidumbre.
Licenciado en Economía por la UNAM, y con posgrados en las universidades británicas de Leeds y Sussex, Anguiano Roch supo desde joven que su vocación era tender puentes entre naciones. Su formación en el Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de Harvard moldeó el temple académico que acompañaría siempre su vida pública.
En 1972, en plena Guerra Fría, fue el rostro de México en Pekín, una misión histórica que marcó el inicio de una nueva era en las relaciones bilaterales. Aquella responsabilidad sería apenas el preludio de una carrera brillante: embajador en Argentina, Austria, Costa Rica, Brasil.
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También fue representante permanente ante Naciones Unidas en Viena y miembro de la Junta de Gobernadores de la Organización Internacional de Energía Atómica. También llevó la voz de México, como representante suplente, hasta la mesa del Consejo de Seguridad de la ONU.
La Secretaría de Relaciones Exteriores lamentó profundamente su partida, recordándolo como un "destacado diplomático, académico y autor", cuya influencia se extendió tanto en la diplomacia como en el pensamiento internacional.
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