En el marco del Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, conmemorado cada 26 de marzo, es crucial destacar la importancia de la prevención y la detección temprana de esta enfermedad que, a nivel mundial, se estima que afecta a alrededor de 604 mil 127 mujeres y causa la muerte de 341 mil 831 anualmente, ubicándose como el cuarto tipo de cáncer más frecuente en mujeres.
El cáncer cervicouterino, también conocido como cáncer de la matriz, consiste en el crecimiento anormal de las células que se encuentran en el cuello uterino. A nivel global, es la principal causa de muerte por cáncer, aunque las cifras varían por país.
Contexto: situación en México
En México, el panorama del cáncer cervicouterino sigue siendo preocupante. Desde 2006, se ha consolidado como la segunda causa de muerte por cáncer en las mujeres. Datos de 2020 estiman 9 mil 439 nuevos casos y 4 mil 335 muertes en el país, con una tasa de incidencia de 12.6 y de mortalidad de 5.7 por cada 100 mil mujeres.
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Si bien se observa una disminución importante en la incidencia con respecto a 2012, en 2021, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) detectó mil 155 casos nuevos y mil 59 defunciones. Es destacable que el estado de Chiapas presenta la tasa de mortalidad más alta del país, con 11.91 por cada 100 mil.
Causas y Factores de Riesgo
En el 95% de los casos, el cáncer cervicouterino es causado por el Virus del Papiloma Humano (VPH), un grupo de virus que se transmiten sexualmente. Si bien la mayoría de las infecciones por VPH se eliminan por sí solas, en algunos casos pueden persistir y provocar lesiones precancerosas que evolucionan a cáncer. Otros factores de riesgo incluyen tener muchas parejas sexuales, iniciar la actividad sexual a temprana edad, haber padecido otras Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), fumar y tener un sistema inmune debilitado.
La prevención es clave
La buena noticia es que el cáncer cervicouterino es prevenible y, si se detecta a tiempo, puede ser curable. Las principales estrategias de prevención incluyen:
- Vacunación contra el VPH: Se recomienda aplicar la vacuna en niñas y mujeres de entre 9 y 26 años. La vacunación en mujeres adolescentes puede prevenir cerca del 70% de los casos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda dos dosis en niñas de nueve a 13 años.
- Tamizaje periódico: Realizarse estudios como el Papanicolaou o citología cervical y la prueba del VPH es fundamental para detectar lesiones precancerosas. El IMSS implementa la estrategia PrevenIMSS, que incluye el tamizaje con Papanicolaou a partir de los 25 años, cada tres años después de dos detecciones anuales con resultado normal.
- Prácticas sexuales seguras: Usar condón en cada relación sexual y tener una sola pareja sexual que esté libre de la infección reduce el riesgo de contagio de VPH.
- Estilo de vida saludable: Mantener una alimentación balanceada, realizar actividad física, evitar el consumo de alcohol y tabaco contribuye a la salud en general.
Esfuerzos Mundiales
La Asamblea Mundial de la Salud de la OMS estableció en 2020 una estrategia mundial para acelerar la eliminación del cáncer de cuello uterino como problema mundial de salud pública para 2030, con el objetivo de alcanzar una incidencia inferior a 4 casos por cada 100 mil mujeres por año.
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Esta estrategia se centra en fortalecer la prevención a través de la vacunación, la detección y el tratamiento de lesiones precancerosas, así como el tratamiento del cáncer invasivo y el acceso a cuidados paliativos.