Este 28 de abril fue el último día que Jesús García Pérez fue a trabajar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Lo hizo durante casi 55 años, entró el 19 de agosto de 1969 y se jubila a partir del 1 de marzo, dice afuera de la sede de la sede de la SCJN, en la calle de Pino Suárez, donde él otras personas que también se jubilaron, fueron homenajeados con mariachi y flores.
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Jesús se va satisfecho porque siente que hasta el último día el cumplimiento de sus obligaciones fue excelente.
“Todos tenemos un ciclo y desgraciadamente como la corte antes era autónoma, ahora pasamos al Ejecutivo entonces cambiaron muchas cosas, me quiero ir íntegro con mi salario y me voy muy agradecido”, dijo a La Silla Rota.
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Trabajó con el abuelo de Pardo Rebolledo
En 1969 su hermano, quien trabajaba con el entonces ministro Mario Rebolledo Fernández -abuelo del actual ministro Jorge Pardo Rebolledo- le ayudó a entrar y fue Rebolledo Fernández quien lo designó.
Trabajó en el área donde se imprimía el papel oficial de la Suprema Corte y del Consejo de la Judicatura Federal, que se enviaba a toda la república, lo que significaba imprimir 70 mil hojas diarias en dos máquinas que eran enviadas a todo el país.
Atestiguó también la evolución de las impresiones, con la llegada de las fotocopiadoras, y luego ver ya los documentos compaginados, escaneados y fotocopiados para trabajarse en el máximo tribunal.
Estuvo 19 años sin base
No obstante, enfrentó retos. Durante 19 años no tuvo base ni tampoco era personal de confianza, sino que su puesto era de interinato. Una tarde le avisaron del departamento Administrativo de que su nombramiento se había terminado.
Aquellos eran días en que los carros de los ministros se arreglaban ahí, en la sede, y casualmente él tenía un compadre que era mecánico. Cuando se enteró de su situación, le presentó al ministro José Ramón Palacios Vargas y le compartió la situación y Palacios Vargas le dijo ‘que bueno que me vieron porque tengo un puesto de mecánico A y de base’. Fue algo caído del cielo.
En esta última época trabajó más con los ministros Juan Luis González Alcántara y Jorge Pardo Rebolledo.
Se le preguntó a Jesús qué cambios ha visto en la Suprema Corte y de plano respondió que no le gusta lo que se avecina.
Lamentó que se haya reducido el gasto en la SCJN mientras que en otras dependencias innecesarias eso no se ha hecho.
“El Poder Judicial siempre será la justicia en toda la república y la merecemos limpia y sana. Ahorita están metiendo a cualquier gente de magistrados. Sé de un caso de una magistrada de carrera a quien corrieron y en su lugar pusieron a una odontóloga. ¿Qué puede saber de leyes? Aquí puede impartir la justicia desde un actuario un juez y un magistrado que son de carrera judicial y saben las leyes perfectamente, no de cualquier cosa y que el pueblo vote por eso, como quería el expresidente -Andrés Manuel López Obrador- es imposible”, criticó.
“No estoy de acuerdo porque las leyes son las leyes y a mi forma de pensar aquí se va a inmiscuir el narcotráfico porque pueden llegar a jueces, magistrados o ministros de la corte y nunca va a haber detenidos porque ellos los van a dejar salir. La justicia debe ser imparcial e impartirse como debe ser”, sentenció.
La voy a extrañar
Otro de los 60 jubilados que este 28 de febrero vivieron su último día laboral en la SCJN fue Juan José Delgado López, quien estuvo ahí por 26 años.
Reconoció que va a extrañar el trabajo y a su otra familia, que es como llama a sus compañeros. Pero dice que es hora de descansar.
“Ya es tiempo de irse y ya se cumple un ciclo”.
Él estaba en la Oficialía Mayor donde llega toda la correspondencia de la corte y se analiza y se distribuye a los destinatarios.
Ahora se va a dedicar a disfrutar de su familia.
“De mis nietos, de mí mismo porque se encierra uno mismo en conservar a la familia”, dice, mientras algunos compañeros lo felicitan.
- ¿Es demandante estar en la corte?
-Nada más hay que cumplir, concluyó.
