FRONTERA MÉXICO-EU

Tratado de aguas con EU da la razón a México; no hay motivo para aranceles: experta

Por segunda vez este año, el presidente Donald Trump amenazó a México con imponer aranceles por el incumplimiento al acuerdo de aguas en la frontera, firmado en 1944 y que se debe revisar cada cinco años. El gobierno mexicano alega que es por la sequía

Tratado de aguas con EU da la razón a México; no hay motivo para aranceles: expertaCréditos: Cuartoscuro | Ilustrativa
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El reclamo del presidente Donald Trump por el incumplimiento del pago del agua que México debe a EU no tiene nada que ver con aranceles como los que quiere aplicar el mandatario estadounidense, y así está estipulado en el acuerdo firmado por ambos países desde 1944 al respecto.

Así lo aseguró la investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Carmen Carmona Lara.

“En ningún momento puedo combinar una cosa con la otra. Eso lo ganaríamos en un juicio, porque el objetivo desde 1944 es compartir agua, que no es de México o de Estados Unidos. No nos pueden castigar porque tendrían que ver en ese caso qué han sufrido los del lado estadounidense por la supuesta escasez que existe. No es que me esté robando tu agua, ni es que me la estés dando de buena fe, no, somos socios, ¿qué ganas con ponerme aranceles? Eso no tiene nada que ver”, dijo a La Silla Rota la investigadora.

Sin embargo, la circunstancia en que México comparte agua en la frontera respecto a Estados Unidos es diferente para ambos países. Del lado mexicano sale perdiendo su población, porque hay más, y si el gobierno la quita para enviarla a Estados Unidos, la ciudadanía va a molestarse.

Aunque el tratado nada tiene que ver con los aranceles, Carmona ve en la amenaza trumpista un manotazo para asustar a México, sobre todo luego de la aprobación de la ley de Aguas Nacionales en el Poder Legislativo, en la que el gobierno reforzó su control sobre el agua.

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La amenaza

El presidente Trump amenazó a México este 8 de diciembre con imponerle un arancel del 5% si no entrega agua para los agricultores de su país, luego de acusar que México incumple con el tratado bilateral para el reparto del líquido. En abril de este año hizo algo similar.

El tratado establece que México se compromete a entregar un volumen medio anual de 431 mil 7 millones de metros cúbicos de agua del río Bravo en ciclos de 5 años consecutivos, mientras que Estados Unidos está obligado a entregar un volumen anual de 1 mil 850 millones de metros cúbicos del río Colorado.

Es una asignación recíproca y el objetivo es la distribución justa del recurso entre los dos países, explicó Carmona.

Para regular y vigilar este reparto, se creó una instancia binacional que es la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA). Ahí es en donde a partir de las diferentes actas que se revisan cada 5 años, se dan los arreglos o los ajustes que se requieren al compromiso que se adquirió en 1944.

Pero el tratado no tiene nada que ver con cuestiones arancelarias o comerciales, remarcó.

Trump está dando el manotazo para cobrar. También es nuestra agua. No la están regalando”.

Contexto: no es la primera vez que México enfrenta problemas por el tema de la entrega de agua a Estados Unidos. En 2020, bajo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ya hubo un reclamo del vecino. Ese año, la entonces directora de la Comisión Nacional del Agua, Blanca Jiménez quería enviar el agua de la presa de Boquilla, en Chihuahua a Estados Unidos, recordó la investigadora.

Pero la presa La Boquilla no está dentro del tratado, porque su agua está destinada para el distrito de Delicias. Incluso la ciudad que lleva el mismo nombre, se fundó por la presa, porque antes no había agua ahí, entonces la infraestructura es para dar agua a los agricultores de Chihuahua.

“Cuando digo agricultores también estoy hablando de los nogaleros y de una serie de situaciones muy productivas, pero que ahora alguien llega y les dice, ‘yo me llevo el agua’, de La Boquilla, les van a responder que para el año siguiente no tendrán nada”.

Entregar esa agua afectaría a agricultores de Chihuahua por el agua que supuestamente no tienen los texanos, y dice supuestamente porque quizá tienen menos agua superficial, pero ya están aprovechando los pozos, algo que por cierto del lado mexicano aun no ocurre.

Negociación complicada

La negociación parte con dos conceptos encontrados. Trump quiere que el agua sea mercancía y la Constitución mexicana dice que no lo es, lo que anticipa un severo problema, comentó la investigadora.

Lo que puede pasar es que se le explica al gobierno estadounidense que el agua se comparte con ellos o se dirime en instancias como la Comisión Internacional de Límites y Aguas, que es de carácter binacional, con representantes de ambos países, donde hay todo un procedimiento para la para dirimir el conflicto.

Si eso pasa, la CILA va a exponer todo lo que tiene que ver con el agua, cuánta hay, de dónde viene, la infraestructura, pero la parte comercial no le corresponde a la comisión, ni corresponde para nada en la aplicación del tratado.

“No hay manera de conectar ese tratado ni con el TMEC. Lo que vamos a ver si no se ponen de acuerdo es que los de la CILA van a tener que trabajar horas extras, como casi siempre lo hacen cada que termina un ciclo. Ahora, son muy buenos, verdaderamente son héroes nacionales porque pelean de una manera muy inteligente y son muy muy preparados. Entonces, desde el punto de vista diplomático y de lo que es la CILA, me siento con mucha confianza”.

Carmona pidió al gobierno mexicano evitar que la parte política ensucie esa negociación que siempre ha sido más o menos tersa en el sentido de que ambos lados entienden cuáles son las razones y si no hay agua, no hay agua.

“Entonces ahí es a partir de esa premisa que es como se tiene que negociar”.

Presas del Río Bravo: Cuartoscuro | Ilustrativa

La negociación

Este 9 de diciembre comenzó a las 2:00 p.m. de manera virtual la quinta reunión binacional del año, para el seguimiento a las entregas de agua y evaluación técnica, con el objetivo de alcanzar un acuerdo que beneficie a ambos países, en apego al Tratado de Aguas de 1944.

La reunión virtual de alto nivel contó con la participación del secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué; del subsecretario para América del Norte y encargado del despacho de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Roberto Velasco; y del titular de la Comisión Nacional del Agua, Efraín Morales.

La representación del gobierno estadounidense es encabezada por Brooke Rollins, secretaria de Agricultura, y Christopher Landau, subsecretario de Estado.  

El subsecretario para América del Norte, Roberto Velasco, explicó en la conferencia de la presidenta Claudia Sheinbaum de este 9 de diciembre que México está actuando conforme a lo establecido en el Tratado, el cual establece que “si en un quinquenio no se puede cubrir el volumen entero porque hubo una sequía extraordinaria, ese volumen se puede cubrir en el ciclo inmediato siguiente”, que es lo que está sucediendo en este momento.

Sin embargo. Carmona dijo que, de acuerdo con el tratado, la sequía también debe probarse.

“En caso de extraordinaria sequía o serio accidente en los sistemas hidráulicos en los afluentes mexicanos aforados que hagan difícil para México dejar escurrir los 431 mil 721 millones de metros cúbicos anuales que se asignan a los Estados Unidos como aportación mínima de los citados afluentes mexicanos, los faltantes que existieran al final del ciclo aludido de 5 años se repondrán en el ciclo siguiente con agua procedente de los mismos tributarios”.

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VGB