Los tratamientos para “retrasar” el envejecimiento, basados en terapias celulares, suplementos y biotecnología, pueden alcanzar precios de hasta 300 mil pesos por paciente, y aunque se presentan como alternativas para “rejuvenecer”, muchos de ellos no están científicamente comprobados ni regulados para ese fin, advierte la doctora Esmeralda Bastidas, especialista en medicina regenerativa, funcional y biohacking.
Los programas de longevidad son personalizados y varían ampliamente en costo. “Hay pacientes que con cambios básicos de hábitos y algunos suplementos gastan alrededor de cinco mil pesos, pero otros que requieren programas integrales con terapia hormonal o celular pueden pagar entre 200 y 300 mil pesos”, señala.
En entrevista con La Silla Rota indica que aunque el mercado de la medicina regenerativa crece a ritmo acelerado, no existen tratamientos aprobados por la autoridad sanitaria mexicana que puedan anunciarse legalmente como antienvejecimiento o rejuvenecedores.
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“Cofepris no permite usar esos términos. En México no hay una sustancia ni una terapia que esté aprobada para detener o revertir el envejecimiento”, subraya.
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Esta precisión es relevante ante la gran cantidad de procedimientos que se pratican en México y el mundo.
En 2024, el mercado de cirugía estética en México alcanzó aproximadamente mil 330 millones de dólares. El país ocupa el quinto lugar en cantidad de tratamientos estéticos, de acuerdo con el estudio de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética correspondiente a 2023.
Se estima que el crecimiento anual (CAGR) del mercado mexicano de cirugía estética entre 2025 y 2033 será de alrededor de 9.32%.
En México se practicaron unos 860 mil 718 procedimientos cosméticos y el país aparece entre las naciones con mayor número de procedimientos estéticos per cápita, con una tasa estimada de 5.31 procedimientos por cada 1000 personas.
Atención ante promesas imposibles de cumplir
Las terapias que hoy se ofertan como infusiones de vitaminas, ozonoterapia, suplementos de NAD o células madre se aplican como coadyuvantes para mejorar la salud celular, la energía o la recuperación metabólica, pero no como “fuentes de juventud”.
“Son tratamientos que pueden optimizar la función celular, pero no van a evitar que envejezcamos. El objetivo no es detener el tiempo, sino acompañarlo con salud”, aclara.
Los riesgos, sin embargo, aumentan cuando los pacientes buscan resultados rápidos o acuden a lugares sin regulación. Bastidas advierte que en redes sociales proliferan productos que se promocionan como “terapias antiedad” sin autorización sanitaria.
“Vemos a personas comprando péptidos, exosomas o suplementos importados sin saber su origen ni dosis. Muchos llegan a consulta tomando hasta 15 suplementos distintos y en realidad no necesitan ninguno”, indica
La médica también cuestiona la falta de supervisión sobre los tratamientos estéticos o regenerativos de alto costo que se ofrecen sin respaldo profesional.
“Hay clínicas que venden paquetes carísimos prometiendo rejuvenecer diez años, pero sin sustento médico. Algunos incluso manipulan el término ‘celular’ para hacer creer que se trata de terapias avanzadas, cuando solo aplican vitaminas o sueros básicos”, advierte.
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No estresarse y dormir, la fuente de la juventud
Bastidas es fundadora de una clínica especializada en nutrición ortomolecular, terapia hormonal y medicina antienvejecimiento,
Sobre los factores que realmente impactan el envejecimiento, la especialista subraya que la ciencia apunta a pilares mucho más simples, aunque difíciles de mantener: controlar el estrés, dormir bien y adoptar hábitos alimenticios saludables.
“El estrés acelera el envejecimiento celular hasta en un 40%. Dormir menos de seis horas reduce la esperanza de vida y una dieta alta en azúcar o carbohidratos daña las células. No hay cápsula mágica que sustituya eso”, insiste.
Aunque los tratamientos personalizados en Neoclinic combinan infusiones, terapia hormonal, regulación metabólica y nutrición celular, Bastidas admite que uno de los límites más grandes es el económico.
“En México la prevención no forma parte del sistema de salud ni de los seguros médicos. Prevenir sigue siendo un privilegio. Es mucho más barato prevenir una diabetes que tratarla, pero seguimos actuando cuando la enfermedad ya está encima”, dice.
Finalmente, la especialista recomienda no seguir consejos de redes sociales y consultar siempre a un médico con licencia sanitaria antes de iniciar cualquier protocolo antienvejecimiento. “La salud no es un lujo ni una moda. Cuando tienes salud, tienes muchos sueños; cuando la pierdes, solo te queda uno: recuperarla”, concluye.
djh
