Alejandro Juárez, inmigrante mexicano de 39 años, trabajó durante más de una década como camarero y asistente de cocina en el Trump National Golf Club Westchester, en Nueva York. En ese tiempo llegó a atender la mesa de Donald Trump.
Su vida en Estados Unidos terminó abruptamente en septiembre de 2025, cuando fue detenido y deportado a México sin audiencia judicial, según reportó The New York Times.
El 15 de septiembre, Alejandro Juárez acudió a una cita de control con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Días después, fue trasladado desde un centro de detención en Manhattan hasta Texas, y posteriormente llevado al puente fronterizo que conecta con México.
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En ese momento, pidió explicaciones a los agentes, quienes le respondieron que seguían órdenes.
Un error admitido
Funcionarios del ICE y del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) reconocieron más tarde que Juárez fue deportado por error.
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De acuerdo con documentos citados por The New York Times, el mexicano fue “puesto en el transporte equivocado” y enviado a México en lugar de a un centro de detención en Arizona.
Su abogado, Aníbal Romero, señaló que nunca había visto un caso similar en veinte años de práctica legal. Cuando asistió a la audiencia programada para su cliente, el tribunal desconocía su paradero.
Juárez llamó desde Matamoros para informar que ya se encontraba en territorio mexicano.
Consecuencias familiares y respuesta oficial
La deportación afectó profundamente a su familia en Westchester. Su esposa, María Priego, quedó a cargo de cuatro hijos, todos ciudadanos estadounidenses, uno de ellos infante de marina.
“Mis hijos me preguntan cuándo regresaré”, dijo Juárez al Times desde Puebla, su ciudad natal.
El DHS informó que facilitaría su retorno a Estados Unidos solo para colocarlo nuevamente bajo custodia del ICE.
La agencia indicó que el proceso de deportación continuará y que Juárez no podrá permanecer en el país. Su abogado busca una exención especial por su vínculo con un miembro activo del ejército.
Patrón de empleo y vulnerabilidad
El caso de Juárez forma parte de un patrón más amplio de trabajadores indocumentados empleados por la Organización Trump.
En 2019, durante el primer mandato presidencial de Trump, Juárez fue despedido junto con otros empleados sin papeles.
Entre ellos estuvo Victorina Morales, de Guatemala, quien denunció en 2018 que el club de golf de Trump en Bedminster, Nueva Jersey, contrataba migrantes sin documentos y que incluso algunos supervisores facilitaban papeles falsos.
También Sandra Díaz, de Costa Rica, trabajó en el mismo club y se unió a Morales en la denuncia pública sobre estas prácticas laborales.
Errores y presión institucional
De acuerdo con la investigación del The New York Times, el ICE no mantiene registros sobre cuántas personas fueron deportadas erróneamente.
Kerry Doyle, exabogada principal de la agencia durante el gobierno de Joe Biden, explicó que el volumen de detenciones y la carga laboral del personal aumentan el riesgo de equivocaciones.
El caso de Juárez ilustra esa vulnerabilidad: un trabajador que sirvió a una de las figuras más influyentes del país terminó expulsado sin poder defenderse.
Expertos advierten que, con el incremento de las detenciones, errores como este podrían repetirse con mayor frecuencia.
VGB
