Este 31 de octubre es el último día de la presidencia de Mónica Soto al frente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), y su desempeño será juzgado como uno de los peores en la historia del Tribunal, coinciden expertos electorales.
Para el experto en justicia electoral, Javier Martín Reyes, el balance de la gestión de la saliente presidente del TEPJF es que ella tiene que hacerse cargo de la forma cómo llegó al cargo, en un momento que califica de “muy turbio y oscuro”, en relación con cómo ella y los magistrados Felipe De la Mata Pizaña y Felipe Fuentes Barrera formaron un bloque para derrocar a Reyes Rodríguez Mondragón en diciembre de 2023.
Reyes Rodríguez como presidente del tribunal mostró independencia cuando le retiró las candidaturas a Félix Salgado Macedonio y a Raúl Morón, precandidatos a las gubernaturas de Guerrero y Michoacán por Morena, respectivamente, por no presentar sus informes de precampaña. Pero cuando Soto llegó su actuar se alejó de eso, explica el también investigador.
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“Mónica Soto llega como una reacción a ese momento y déjame ponerlo así, con una visión donde el tribunal se tenía que convertir en una suerte de brazo jurídico de Morena y del oficialismo. La historia de su presidencia y en general de esta integración es la de un TEPJF capturado que se ha dedicado a servir a los intereses de Morena y del gobierno”, afirma el doctor en derecho por la UNAM.
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El director de Estrategia Electoral, Arturo Espinosa, considera por su parte como “muy desafortunada” la manera en la cual llegó Soto, a partir de la remoción anticipada de otro de los magistrados a partir de un supuesto descontento con sus manejos, pero fue algo que no se justificó y por lo cual no debía de haber sido así, además de que el movimiento se produjo en medio de un proceso electoral, ya que fue en diciembre de 2023, rumbo a las elecciones federales de 2024.
La oficina de Morena en el TEPJF
Javier Martín Reyes refuerza su idea de que la Sala Superior del tribunal electoral se convirtió en un brazo jurídico de Morena y sus aliados, en un tribunal cómodo, lo que le permitió ser el único de todos los órganos judiciales a nivel federal al que no solo no destituyeron, sino que le respetaron su periodo de nombramiento, e incluso los premiaron con una ampliación de mandato.
Tan fue un órgano cómodo, que avalaron ese fraude a la Constitución que significó la sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados al final del proceso electoral, en agosto de 2024 y que le permitió a Morena y a sus aliados tener más legisladores de los que obtuvo a través de la votación y con ello, después aprobar la reforma judicial, la desaparición de los órganos autónomos y la militarización en el Congreso de la Unión, todo entre septiembre y diciembre del año pasado.
“Esta Sala Superior y en particular durante la presidencia de Mónica Soto dejó de ser un tribunal y se convirtió en una oficina de Morena. Ese a final de cuentas es el balance. Prácticamente no hay una sola decisión importante y relevante para el poder, en la cual la mayoría de los magistrados no haya decidido a favor del poder”, sentencia Reyes.
En ese sentido, bajo la presidencia de Soto, se marcó una politización prácticamente total de la justicia electoral en el sentido de que resolvió en innumerables ocasiones de forma afín a los intereses del oficialismo, del gobierno y del partido Morena, plantea por su parte Espinosa.
Desde el tema de las conferencias mañaneras con el expresidente Andrés Manuel López Obrador, cuando no se le impidió hablar de elecciones, la calificación de la elección presidencial en donde no quisieron ni siquiera ver ni una sola de las irregularidades que ocurrieron o el caso de la elección judicial y la existencia de acordeones, que negaron, agrega.
Sobrerrepresentación y acordeones, lo más polémico
Se les pregunta a ambos expertos cuál consideran que es la decisión más polémica de la Sala Superior durante la presidencia de Soto. Para Javier Martín Reyes es la sobrerrepresentación.
A partir de esa resolución, se aprobó la reforma judicial, luego la elección judicial del 1 de junio, y a partir del 1 de septiembre una Suprema Corte de Justicia de la Nación capturada.
Si México está inmerso en un proceso acelerado de regresión autoritaria, es en buena medida por esa decisión que permitió que el 54% de los votos de Morena y aliados se convirtieron prácticamente en un 74% de curules, una sobrerrepresentación de casi 20 puntos cuando lo que lo marca la Constitución es que no supere el 8%, dice.
“Esa es la decisión más grave, por la cual se va a recordar a esta Sala Superior y ahí hay que decirlo, la única que votó en contra de esa decisión y que reconoció que estábamos frente a un fraude a la Constitución y que había que ajustar el criterio que había sucedido en la sala superior, fue la magistrada Janine Otálora”, recuerda.
En el caso de Espinosa, la negativa a aceptar la existencia de los acordeones es la decisión más polémica tomada por la Sala Superior presidida por Mónica Soto.
Eso, acompañado de la convalidación de cada una de las malas prácticas que se presentaron durante las elecciones de 2024 y las judiciales de 2025,
“Dijeron que no habían tenido ninguna incidencia en la elección, que no se había aprobado su uso. Me parece que esa es, sin lugar a duda, la peor de todas las decisiones. Ha sido una gestión bastante desafortunada”.
Ni siquiera en el tema donde Soto se dice experta, el de violencia de género y en el que para mostrar su compromiso ponía frente a ella unos lentes descomunales de color violeta en las sesiones, logró destacar y más bien hubo un retroceso, dice Espinosa.
“Ella decía que juzgaba con lentes violeta y demás. La verdad es que lo que hemos visto es un retroceso increíble en los criterios en torno a la igualdad de género y a la paridad y a la protección de las mujeres en la vida, los ámbitos público y político”, concluye.
Uno de los casos de violencia de género más conocidos fue el de la sanción que resolvió el tribunal contra la ciudadana Karla Estrella Murrieta por violencia política en razón de género, tras un tuit crítico hacia la diputada Diana Karina Barreras, identificada en el proceso como “Dato Protegido”.
Diana Karina Barreras es esposa del diputado federal Sergio Gutiérrez Luna.
Contexto: a fines de 2023, en pleno año electoral, Mónica Soto, Felipe de la Mata Pizaña y Felipe Fuentes Barrera armaron un bloque para destituir al entonces presidente, Reyes Rodríguez Mondragón, quien terminó anunciando su renuncia el 11 de diciembre de ese año.
Los magistrados ya sumaban algunas semanas haciendo el vacío y pidiendo la renuncia de Rodríguez Mondragón, por desconfianza y por las supuestas interferencias de la entonces presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña.
Algo que causó suspicacias fue que en ese tiempo se vio una foto de Soto en una cena con el diputado federal y entonces representante de Morena ante el INE, Sergio Gutiérrez Luna, en el exclusivo restaurante SUD///, en la colonia Jardines del Pedregal, en Álvaro Obregón.
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Al ser destituido Reyes Rodríguez Mondragón, Soto fue electa presidenta de la Sala Superior del TEPJF, a donde llegó como magistrada desde 2016.
Este 31 de octubre acaba su mandato, marcado por el bloque que formó con los dos felipes, De la Mata Pizaña y Fuentes Barrera, donde en su afán por no obstaculizar la elección judicial, hasta tuvieron un enfrentamiento con la Suprema Corte de Justicia.
djh