Jonathán Hernández, un joven de 21 años originario de Tepatepec, Hidalgo, tuvo que endeudarse para poder pagar una operación “sencilla” ya que las dos clínicas del IMSS a las que acudió para atenderse una fractura de un hueso en la pierna se negaron a atenderlo.
Su pesadilla comenzó el 25 de diciembre, cuando sufrió una grave lesión jugando futbol. Tras el incidente acudió a una clínica en la que le realizaron una radiografía y le diagnosticaron fractura de peroné.
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De ahí acudió a la Clínica 16 del IMSS, ubicada en el municipio de Actopan, confiando en que recibiría atención inmediata ya que está asegurado a través de su institución educativa, el Instituto Tecnológico Superior del Occidente, donde cursa la carrera de Ingeniería en Sistemas Computacionales.
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El 26 de diciembre, al llegar a urgencias en Actopan, le informaron que no había traumatólogo disponible. Lo enviaron a Pachuca, a la Clínica 1, en la que tampoco fue atendido. A pesar de su evidente necesidad de atención médica, Jonathán fue dado de alta y se le pidió que regresara al día siguiente.
Según su testimonio, el 27 de diciembre finalmente fue ingresado en urgencias de la Clínica 1 del IMSS en Pachuca, sin embargo, no recibió atención médica adecuada. "Pasé tres días con dolor, esperando que alguien me atendiera, pero solo me daban diclofenaco y me colocaron una férula. El día 30 me dijeron que los quirófanos estaban en remodelación, pero que me enviarían a la Clínica 36 de Pachuca, donde me harían la operación", explicó en entrevista a La Silla Rota.
Su operación se programó para la noche del 31 de diciembre. Su familia hizo el papeleo necesario y coordinó el traslado en ambulancia, no obstante, esta nunca llegó. Al preguntar, les dijeron que en la Clínica 36 tampoco había traumatólogo, por lo que tendrían que reagendar su operación. Así, Jonathán pasó Año Nuevo.
Falta de material médico en el IMSS
La operación fue reprogramada hasta el 3 de enero. "Porque el día 1 nadie trabaja", le dijeron. En esta ocasión, la ambulancia sí pasó y Jonathán fue trasladado.
Sin embargo, al llegar a la Clínica 36, la sorpresa fue aún mayor: el personal médico alegó que no tenían material quirúrgico para realizar la operación y que no se había recibido ninguna notificación sobre su caso.
“El traumatólogo nos dijo que a él no le habían informado nada, que no tenía material para hacer la operación, porque ese material lo tienen que pedir a una empresa externa. De hecho, el doctor nos firmó una hoja de que él no tenía conocimiento (de la situación) ni material para operarme ese día”, relata Jonathán, quien regresó a la Clínica 1.
El 4 de enero, tras más de una semana de espera y con su pierna inmovilizada por una férula, Jonathán fue trasladado nuevamente a la Clínica 1 del IMSS en Pachuca, donde lo volvieron a ingresar a la lista de espera, sin fecha específica para intervenirlo.
“En lugar de darme una solución, lo único que hacían era culparse entre ellos”, mencionó Jonathán. A medida que pasaban los días, la esperanza de recibir atención se desvanecía. A pesar de que su madre y hermana, ambas involucradas en la gestión del caso, hicieron todo lo posible para agilizar el proceso, la respuesta siempre fue la misma: más demoras y excusas.
Jonathán terminó pagando por una operación que debía ser gratuita
Después de varios días de maltrato y errores administrativos, la subdirección de la Clínica 36 les dijo que sí lo operarían, pero que tendría que esperar 15 días más. Ante la desesperación y a pesar de que su familia no tenía los recursos para afrontar los costos de una cirugía particular, optaron por buscar una clínica privada.
Tras pedir un préstamo, la familia solicitó su alta voluntaria. Sin embargo, al momento de realizar el trámite un traumatólogo del IMSS les ofreció operarlo de forma privada, por un costo de 28 mil pesos.
El traumatólogo les dijo que “era una operación muy sencilla” y que él podía realizarla rápidamente en una clínica particular, sin que el paciente tuviera que esperar más.
”Sistema de salud como Dinamarca no llegó a Hidalgo”
Finalmente, el 5 de enero, Jonathán fue operado en el Centro Médico Bapeva, en Pachuca, en el que, según su relato, la atención fue completamente diferente. La operación duró apenas 40 minutos y, en comparación con la espera en el IMSS, el trato fue profesional y eficiente. El costo total fue de 24 mil pesos entre honorarios médicos y hospitalarios, una cifra considerable para una familia que tuvo que endeudarse con una tienda departamental para poder cubrir los gastos.
¿Un sistema de salud como el de Dinamarca?, le preguntamos. “Aquí no. A menos que tengas dinero o alguien influyente, el seguro siempre va a ser el mismo para nosotros, el pueblo”.
¿Se podría exigir al IMSS un reembolso?
Si un derechohabiente del IMSS no recibe su tratamiento y se ve en la necesidad de comprar sus medicamentos por fuera, entonces el IMSS tiene la obligación de reembolsar los gastos en los que incurra el paciente. Sin embargo, en el caso de gastos médicos mayores, la situación no es tan clara.
De acuerdo con Juan Carlos Hernández Lara, especialista en recursos humanos, afirma que sí es posible un reembolso siempre y cuando se cumplan con las condiciones para ello, “aunque, como todo trámite ante una entidad gubernamental, el proceso pueda ser largo y engorroso”.
“Es necesario aclarar que el posible reembolso de gastos médicos no procedería si es que el derechohabiente, por su propia decisión y responsabilidad, se interna en un hospital privado o acude al médico particular sin acudir al IMSS”, explica Hernández Lara.
“Para lograr el reembolso de gastos médicos en que hayan incurrido los derechohabientes del IMSS al acudir a instituciones privadas, es necesario que se haya acudido a la clínica respectiva del IMSS y se haya negado el servicio, haya sido deficiente, o incluso hasta por causa de fuerza mayor o caso fortuito, pero nunca se podrá lograr el reembolso si de manera directa se acude con el médico particular y luego se pretende el reintegro de lo pagado”, añade.